A la hora de considerar todo el material gráfico
relacionado con Alcalá no podemos dejas en el olvido a las humildes
postales, en su día instrumento fundamental para lo que ahora
denominaríamos promoción turística, y en la actualidad
objeto de deseo para los coleccionistas. Y, aunque en la actualidad se siguen
editando postales, éstas han perdido ya buena parte de su
motivación original aunque sigan siendo -cada vez menos, por obra y
gracia de las cámaras digitales- uno de los más socorridos
recuerdos de una visita turística.
En Alcalá, como tantas otras cosas, las postales
están todavía muy poco estudiadas. Existe, eso sí, un
minucioso y completo trabajo de Manuel Vicente Sánchez Moltó1, pero éste tan
sólo abarca el período clásico, es decir, el del blanco y
negro, por lo que las más recientes postales en color están,
paradójicamente, olvidadas. Es por ello por lo que deseo, dentro de la
limitación de mis medios, intentar cubrir en lo posible esta laguna con
la sección dedicada, precisamente, a estas postales en color que tan
cotidianas nos resultaban y tan poca atención les prestábamos,
pese a que muchas de ellas son hoy ya inencontrables salvo en los mercados de
coleccionismo.
He de hacer un par de advertencias. Primero, que el ámbito
de esta sección va a ser el correspondiente a las postales en color -no
a las de blanco y negro, aunque sí he recogido alguna coloreada a mano-
y no a todas ellas, sino tan sólo a las colecciones desaparecidas ya del
mercado -por razones obvias no voy a traer aquí aquéllas que
estén actualmente a la venta- o bien aquellas otras editadas, con fines
no comerciales, por cofradías, comunidades religiosas, entidades,
asociaciones de todo tipo, etc. Y segundo, que dado que no soy un experto en el
tema, nada más lejos de mi intención -tampoco me sería
posible hacerlo- que realizar una catalogación exhaustiva de las mismas,
conformándome con traer aquí mi propia e incompleta
colección, complementada con los aportes de algún amigo. Por
supuesto siempre faltarán cosas, pero intentaré, dentro de lo
posible, que estas listas sean lo más amplias posibles. Por
último, he de agradecer a Juan de la Plaza su inestimable ayuda para la
redacción de estos trabajos.
El crecimiento de esta sección ha recomendado organizar los
artículos en varios apartados. El primero corresponde a las colecciones
comerciales, entendiendo como tales a las que promovidas habitualmente, aunque
no siempre -de ahí el añadido de genéricas-,
por empresas privadas, abarcan diversos monumentos o rincones de la ciudad
buscando generalmente sus aspectos más turísticos. El segundo
apartado está dedicado a las colecciones monográficas, por lo
general específicas de una institución determinada y dirigidas
principalmente a las personas relacionadas con ella a modo de recuerdo de su
paso. El tercero agrupa a las colecciones editadas por instituciones
públicas, por lo general el Ayuntamiento, la Universidad o bien
entidades relacionadas con ellos. El cuarto recoge las ediciones realizadas por
entidades religiosas, en general conventos pero también cofradías
u otro tipo de asociaciones. El quinto apartado es una especie de cajón
de sastre donde tienen cabida las colecciones y las postales
atípicas que, por una u otra razón, no encajan en
ninguno de los anteriores. Por último, en el sexto se puede encontrar
algún artículo de opinión escrito sobre este tema sin que
se refiera a ninguna postal ni colección en concreto.