La otra Tierra





Ya he comentado en más de una ocasión que Enguídanos había forzado la Saga de los Aznar con la inclusión en ésta de historias colaterales que sólo de una manera muy forzada podían tener cabida en ella, como ocurrió en la primera edición con la crepuscular Robinsones cósmicos, reeditada totalmente fuera de su encaje cronológico natural. Ya en la continuación de la Saga Enguídanos volvió a insistir en lo mismo con el rocambolesco viaje al pasado de los hermanos Aznar a la Alemania nazi de los estertores de la II Guerra Mundial, reincidiendo por segunda vez con La otra Tierra; y aún habría una tercera, lo cual llega a resultar, cuanto menos, redundante. El problema no está en que estas novelas sean malas, que no lo son en absoluto, sino en que encajan muy precariamente en el conjunto de la Saga, lo cual es una lástima porque, de haber sido concebidas como novelas independientes, podrían haber sido consideradas muy positivamente.

Por si fuera poco, en el caso concreto de La otra Tierra Pascual Enguídanos no se limitó a forzar su inclusión en la Saga, sino que además se autoplagió aprovechando una de sus mejores novelas independientes, Llegó de lejos, número 69 de la antigua colección y no publicada en la nueva. He de reconocer que en este caso concreto me resulta bastante difícil ser objetivo; a mí me encantaba -y me sigue gustando bastante- Llegó de lejos, una novela de gran calidad que yo deseaba ver reeditada tal como había ocurrido anteriormente con otras... Pero al ser ésta reescrita por el autor se esfumaban por completo todas las posibilidades de que ello ocurriera -en realidad tras Las estrellas amenazan no se llegó a reeditar ninguna novela más, pero eso era algo que yo ignoraba-, por lo que envié una indignada carta a la editorial protestando por la manipulación... Recibiendo como respuesta de que se había tratado de una iniciativa personal del autor, por lo cual ellos no se hacían responsables.

Independientemente de mi irritada reacción de entonces, lo cierto es que Enguídanos hizo un flaco favor a su obra con este autoplagio, puesto que sacrificó una excelente novela a cambio de obtener una historia colateral de la Saga de los Aznar aceptable sin más y ajena por completo a la trama general de la misma, a la que sólo la une débilmente la forzada aparición como protagonistas de ambos Fidel Aznar, padre e hijo. Pero veamos en que consiste el argumento de esta novela, número 49 de la colección e ilustrada con la portada retocada de Operación Cefeida, número 55 de la antigua colección firmada por el Profesor Hasley.

En sus andanzas por el antiuniverso en busca de un nuevo hogar para los tritones rescatados en ¡Antimateria!, los dos Fidel Aznar llegan a una Antitierra, un planeta idéntico al nuestro aunque algo retrasado en su evolución histórica, puesto que se encuentra todavía en pleno siglo XX. Espoleados por la curiosidad detienen su marcha y Fidel Aznar hijo decide descender al planeta para curiosear. Lamentablemente su nave sufre un accidente precipitándose en el mar, y él se ve obligado a buscar ayuda entre los habitantes del planeta, concretamente en Nueva York.

Sin embargo, sus intentos de explicar su procedencia extraterres­tre son tomados como signos de locura por la policía, y sólo gracias a la ayuda de Betty Seton, una periodista que desea escribir un reportaje sensacionalista que le pueda hacer famosa, consigue escapar del intento de encerrarlo en un manicomio. Evidentemente esta periodista tampoco le cree, tomándole por un inofensivo loco; pero su deseo de abrirse paso en su difícil profesión le hace tomar esta arriesgada y dudosamente ética iniciativa. Escondidos en una vivienda alquilada para huir de la persecución de la policía, Betty Seton comienza a publicar unos reportajes totalmente fantasiosos -no siente demasiados escrúpulos respecto a respetar la veracidad- que, no obstante, alcanzan un inusitado éxito.

Esta circunstancia se revela como un arma de doble filo. Por un lado, Betty acaba convenciéndose de la veracidad de las afirmaciones de Fidel Aznar. Por otro, consigue llamar la atención no sólo de la policía, sino también de los propios servicios de inteligencia norteamericanos, que han encontrado la armadura de diamantina del náufrago y sospechan que pueda tratarse de un astronauta, e incluso de un espía, ruso. Por si fuera poco Betty se ha enamorado de Fidel, y éste le corresponde; pero desbordada por la vorágine de los acontecimientos y ansiosa de fama y dinero, acaba delatándolo a las autoridades norteamericanas a cambio de la débil promesa de que no recibirá ningún daño.

A partir de este momento los acontecimientos se precipitan. Fidel Aznar es capturado e interrogado de forma infructuosa gracias al bloqueo voluntario de su mente, pero Betty Seton, a pesar de haber alcanzado sus metas materiales, se encuentra totalmente insatisfecha. Su amor frustrado aflora sobre cualquier otro tipo de sensación, razón por la que acepta la petición de los agentes gubernamentales de entrevistarse con el prisionero. Betty tan sólo busca reunirse con su amado, pero los servicios de inteligencia norteamericanos pretenden obtener de ella lo que no han podido conseguir de Fidel Aznar: Información. Y lo logran, lo cual no hace sino complicar su situación puesto que, convencidos los norteamericanos de la veracidad de su historia, temen extraordinariamente una hipotética invasión de los valeranos o, lo que sería todavía peor, un desembarco en los mares terrestres de los tritones desmaterializados en las máquinas karendón.

Por fortuna para todos Fidel Aznar padre se encarga de resolver la difícil papeleta. Unas sondas enviadas por los dos discos volantes que forman la pequeña flotilla valerana se acercan a la Tierra, y desde allí interfieren todas las comunicaciones de la costa este de los Estados Unidos con un mensaje sumamente claro: Desea recuperar a su hijo. Y, como gracias a las emisiones de radio y televisión conoce el trabajo periodístico de Betty Seton, solicita entrevistarse con ella como paso previo.

Tras una serie de dudas e intentos de sacar un imposible partido a la situación, el gobierno norteamericano decide devolver a Fidel Aznar Rudel sin ninguna contrapartida por su parte. Desde los dos discos volantes valeranos, convertidos momentáneamente en satélites de la Tierra, parte una pequeña flotilla de cazas delta con la misión de recoger al náufrago. Éste, tras vivir una noche de cálido amor con la periodista, se ve forzado, bien a su pesar, a rechazar su petición de llevarla con él: Una vez encontrado un hogar para los tritones, todos los valeranos volverán al autoplaneta merced al expeditivo método de desmaterializarse en las máquinas karendón y esperar a ser materializados con la copia de la cinta vetatom que previamente dejaron grabada en Valera; puesto que Betty no cuenta con esa opción, resulta imposible su viaje.

La narración termina con la marcha de Fidel Aznar dejando atrás dos corazones destrozados, el suyo y el de Betty, aunque a ella todavía le queda el consuelo de poder recordar su frustrado amor durante toda su vida. Fidel Aznar, por el contrario, olvidará todas estas vivencias una vez que vuelva a ser materializado por la karendón de Valera, al no estar recogida esta aventura en la vetatom conservada en el autoplaneta.

La novela Llegó de lejos, fuente original del argumento, sigue como ya quedó comentado un argumento completamente paralelo. El protagonista, miembro en esta ocasión de un pueblo errante por el universo al haber sido destruido su planeta por un cataclismo cósmico, llega a la Tierra con la intención de solicitar la cesión de un territorio en el que pueda vivir su pueblo. Víctima de acosos y vejaciones al ser tomado por loco, es ayudado por una periodista -Betty Seton en ambas versiones- primero movida por el interés de escribir un reportaje que la haga famosa, pero luego enamorada de él. Esta periodista le ayuda a escapar de la policía y a demostrar su procedencia extraterrestre. Una vez que ha sido dejado claro esto último, los terrestres le niegan finalmente el derecho de asilo, por lo que parte con su pueblo, y también con la periodista a diferencia de la segunda versión, con destino al moribundo Marte, donde su raza establecerá su nuevo hogar.

Aunque La otra Tierra es una buena novela, se trata de una obra que nada nuevo aporta al conjunto de la Saga, mientras Llegó de lejos es una de las mejores obras escritas por Pascual Enguídanos. A pesar de haber sido reescrita por completo, basta con conocer la obra original para descubrir que se trata de algo forzado, de forma que bastaría con cambiar los nombres de los dos Fidel Aznar por otros diferentes -Ran Takau se llamaba el protagonista original- y hacer desaparecer las referencias a Valera, para encontrarnos con una más de las novelas independientes de Pascual Enguídanos. Dos hechos llamativos, por lo curioso, merecen la pena de ser recordados. En primer lugar, el autor mantiene la identidad de la protagonista femenina, Betty Seton en ambos casos, aunque en La otra Tierra le asigna un origen portorriqueño -por exigencias del guión, supongo- que no encaja demasiado bien con su nombre anglosajón. Interesante también es el diferente final de ambas versiones: Mientras en Llegó de lejos la protagonista parte con el visitante abandonando la Tierra, en La otra Tierra el final no es feliz; cierto es que su inclusión en la Saga de los Aznar obligaba necesariamente a ello, pero no por ello tuvo necesidad Pascual Enguídanos de inventarse un final nuevo, ya que éste parece calcado -ignoro si de forma deliberada- de Extraños en la Tierra, otra novela independiente suya.

Otra cuestión que merece también ser considerada, es el hecho de que Pascual Enguídanos interrumpió bruscamente la bifurcación de la Saga, iniciada en ¡Antimateria!, sin explicarnos la conclusión de la aventura de los tritones, que en La otra Tierra siguen desmaterializados en la karendón. A raíz de lo dicho -o por hablar con mayor propiedad, de lo no dicho- en las novelas posteriores, se supone que los dos Fidel Aznar culminaron con éxito su misión desmaterializándose y retornando a Valera gracias a las cintas vetatom grabadas previamente, lo que les imposibilita de conocer los detalles de su aventura... Aunque no sólo a ellos, sino también a los lectores.



Publicado el 28-10-1998 en el Sitio de Ciencia Ficción