Novelas de a duro de ciencia ficción





Antiguo cambio de novelas madrileño. Fotografía procedente de http://madridenlos70.blogspot.com/



Hace ya bastantes años, durante mis primeros escarceos con internet buscando páginas dedicadas a la ciencia ficción, encontré una llamada “Novelas de a duro” que inmediatamente me llamó la atención. En ella se recogían unos listados de las diferentes colecciones de bolsilibros del género, y viendo que podía echar una mano aportando datos me puse en contacto con su administrados, Igor Cantero, por cierto colega mío de profesión.

Igor, un chaval vasco, me acogió con los brazos abiertos e inmediatamente tomó nota de mis aportaciones. Durante un tiempo la colaboración fue fluida, pero las obligaciones profesionales de Igor acabaron motivando que la página dejara de ser actualizada con la puntualidad deseable, quedando estancada en octubre de 2003. Pasó el tiempo y, aunque las circunstancias de Igor no variaron, las mías sí, ya que había abierto mi propia página web. Así pues, llegó el momento en el que le propuse trasladar su página a la mía, responsabilizándome yo de su gestión y actualización... y aceptó, así que éste es el resultado.

Para terminar, reproduzco el texto de la presentación original:


Aunque menos valoradas que en los USA, en este país también hemos tenido nuestras novelas pulp. Como al otro lado del Atlántico, eran novelas baratas, de aspecto modesto y en muchos casos con ínfima calidad literaria. Esto hizo que fueran despreciadas por la mayoría aunque, para mucha gente fueran el inicio de su afición a la lectura y en especial a la Ciencia Ficción. Estamos hablando de las “novelas de a duro”. Han tenido muchas denominaciones: colecciones populares, novelitas, bolsilibros, bolsinovelas, novelas del Oeste, fantaciencia de a duro... y a veces resulta difícil clasificar a una novela dentro de este grupo. Nuestros criterios han sido los siguientes:

“Colecciones escritas exclusivamente por autores españoles (con seudónimo en casi todos los casos), con una periodicidad determinada, normalmente semanal o quincenal (las colecciones de mayor empaque solían tener una periodicidad superior o simplemente carecían de ella), generalmente (aunque no siempre) de tamaño inferior al de los libros y generalmente también (con las honrosas excepciones que conocemos) de una calidad más bien mediocre.”

Podríamos seguir otros criterios menos objetivos: En un principio (años cincuenta) estas novelas iban dirigidas a un público esencialmente juvenil, pero las colecciones de Bruguera acabaron derivando hacia lectores adultos de bajo nivel cultural. Asimismo, y salvo algunos casos muy concretos (Domingo Santos, Ángel Torres Quesada) los escritores de estas novelas forman un colectivo especializado que no escribe obras fuera de estas colecciones (es de hecho un gueto literario) y que además de ser auténticos profesionales -por no decir mercenarios- de la escritura, lo mismo escribían una novela de ciencia ficción que del oeste, de terror o de guerra. Los escritores españoles digamos más consagrados, o bien nunca han colaborado en estas colecciones (Carlos Saiz Cidoncha, Juan García Atienza, Tomás Salvador, todos los que actualmente están en activo) o bien sólo lo hicieron en su primera época hasta que pudieron dar el salto, como Domingo Santos (camuflado como Peter Danger) o Ángel Torres Quesada (como A. Thorkent).

En estas páginas se pueden encontrar todos los autores con sus diferentes seudónimos, todas las editoriales con las diferentes colecciones dedicadas al tema, los artículos publicados, dónde encontrar estas novelas hoy en día.... en definitiva.... TODO sobre las novelas de a duro de ciencia ficción.


En realidad la definición se nos quedó un tanto corta, primero porque también hubo bolsilibros en otros países hispanoparlantes, como Argentina, y segundo porque, sin llegar a ser una práctica frecuente, fueron varias las colecciones españolas que recurrieron a textos traducidos de otros idiomas. Asimismo, en ocasiones resulta difusa la frontera existente entre los bolsilibros propiamente dichos y el escalón inmediatamente superior, al que podríamos considerar como libros de bolsillo... en cualquier caso tampoco es tan importante el matiz, por lo que hemos procurado, dada la gran diversidad existente, ser razonablemente eclécticos sin ceñirnos de forma estricta y excluyente a ningún formato determinado.

Para terminar, deseo mostrar mi agradecimiento a todas las personas que me han ayudado a ampliar y mejorar esta sección: Igor Cantero, Jesús Cuadrado, Jorge Tarancón, Ramón Charlo, Guillermo Romano, Christian Vallini Lawson, Álvaro Holstein y Stéphane Venanzi entre los estudiosos del tema; los responsables de la Tercera Fundación y la Asociación Cultural Hispanoamericana Amigos del Bolsilibro, y los autores y familiares suyos que me aportaron noticias de primera mano sobre su labor. Probablemente me habré dejado algún nombre en el tintero, por lo que les pido disculpas y les ruego que me comuniquen las ausencias para poder incorporarlas a una lista que, pese a todos mis intentos, temo que no pueda llegar a estar completa.

Muchas gracias a todos ellos.