Pese a la profunda relación de Miguel de Cervantes con Sevilla, cabalmente correspondida con el gran cariño que siempre han sentido los sevillanos hacia el escritor alcalaíno, lo cierto es que hasta hace bien poco, que yo sepa, no existía en la capital andaluza ninguna escultura dedicada a Don Quijote. Había, eso sí, una nutrida colección de lápidas conmemorativas de la presencia de Cervantes y su obra en Sevilla, así como un busto dedicado a este escritor, de todos los cuales he dado cumplida cuenta en los correspondientes artículos; sin embargo, se daba la paradoja de que, salvo un par de breves referencias en sendas lápidas, la obra capital de Cervantes permanecía poco menos que ignorada, lo cual no dejaba de ser algo chocante.

Por fortuna esta situación anómala ha cambiado, ya que en fecha tan reciente como el 18 de abril de 2009 se inauguró en el parque del Alamillo, y más concretamente en la zona de éste conocida con el nombre de Jardines de los pueblos de España, una escultura donada a Sevilla por intermediación de la Casa de Castilla la Mancha de esta ciudad; curiosamente, no esperaron unos días, como hubiera parecido lógico, para hacer coincidir el acto con el 23 de abril, la festividad cervantina por antonomasia. Gracias de nuevo a mi buen amigo José García Merino, alcalaíno militante afincado desde hace años en las riberas del Guadalquivir, he podido pergeñar este artículo del cual es él mucho más responsable que yo, puesto que fue Pepe quien me proporcionó tanto la información como las fotografías, limitándome yo tan sólo a redactarlo.

Otra vista de la estatua de Don Quijote

La escultura, que sigue la estética figurativa felizmente cada vez más frecuente en las calles de las ciudades españolas, después de tantos y tan aberrantes excesos vanguardistas, representa al Caballero de la Triste Figura de pie, con un libro abierto en una mano y una lanza en la otra, una iconografía bastante habitual para este personaje. Tiene una envergadura considerable, con una altura de 2,10 metros, y está realizada en fibra de vidrio y poliéster con polvo de granito, unos materiales bastante poco usuales, al menos hasta ahora, en el arte de la escultura.

Sin duda, lo que más llama la atención es su intensa policromía, algo infrecuente en las esculturas -no así en las tallas en madera- cuanto menos desde el Renacimiento, aunque como es sabido tanto los griegos como los romanos pintaban con vivos colores las estatuas de mármol que, si han llegado con la piedra desnuda hasta nuestros días, ha sido simplemente a causa del paso del tiempo.

Detalle de la estatua

Esta estatua formó parte de una exposición itinerante promovida por la comunidad autónoma de Castilla la Mancha en 2005 coincidiendo con el IV centenario de la publicación del Quijote, la cual recorrió diversas ciudades españolas incluyendo Sevilla. Una vez terminada la exposición fue donada, como ya ha sido comentado, a la capital andaluza.

La estatua, todavía más de cerca

Respecto a su autoría, según la información que he encontrado en internet la totalidad de las esculturas pertenecientes a la citada exposición, fueron elaboradas por la asociación Manos Artesanas de Talavera de la Reina bajo la dirección de la ceramista Virginia Gutiérrez. Lamentablemente, no he podido encontrar documentación relativa al resto de las piezas que pertenecieron a esa exposición.

La estatua está colocada sobre un pedestal de granito extremeño de 1,40 metros de altura, en cuya cara frontal se puede leer la siguiente inscripción, grabada en una placa metálica:

LA JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA
Y
LA CASA DE CASTILLA-LA MANCHA EN SEVILLA

HACEN DONACIÓN DE ESTA FIGURA DE D. QUIJOTE
EN EL PARQUE DEL ALAMILLO AL PUEBLO DE SEVILLA

CIUDAD CERVANTINA POR NATURALEZA,
YA QUE EN ELLA VIVIÓ Y GESTÓ PARTE DE SU OBRA,
DON MIGUEL DE CERVANTES,
EL ESCRITOR MÁS UNIVERSAL DE LAS LETRAS HISPANAS

En los laterales del pedestal, y en esta ocasión talladas directamente sobre la piedra, se pueden leer sendas frases del Quijote:

La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida, y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede a los hombres. Miguel de Cervantes. Capit. LVIII, segunda parte del Quijote.

Y por el otro lado:

Una vez me mandó que fuese a desafiar a aquella famosa Giganta de Sevilla llamada La Giralda que es tan valiente y fuerte como hecha de bronce y sin mudarse de un lugar es la mas movible y voltaria mujer del mundo. Miguel de Cervantes. Capit. XIV, segunda parte del Quijote.

Por último, en el borde de la peana que remata el pedestal una segunda lápida metálica recuerda ¡cómo no! el nombre de la política que inauguró el monumento:

INAUGURADO POR LA
EXCMA. SRA. DÑA. MARÍA SOLEDAD HERRERO SAINZ-ROZAS

CONSEJERA DE TURISMO, CULTURA Y ARTESANÍA
DE LA JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA LA MANCHA

Sevilla, 18 de abril de 2009

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^* Escrito en colaboración con José García Merino

Ver también:
La presencia de Cervantes en Sevilla
Tras los pasos de Cervantes en Sevilla
Cervantes en el parque de María Luisa de Sevilla