Los bustos de los Santos Niños



Aunque la iconografía más habitual de los Santos Niños, en lo que a escultura se refiere, suelen ser las tallas de cuerpo entero, existe una notable colección de bustos que también merecen ser recordados. Aunque todos estos bustos están reflejados y comentados en los artículos correspondientes1, he estimado conveniente agruparlos aquí para facilitar las comparaciones estilísticas y, en su caso, históricas.

Es necesario tener en cuenta que, a diferencia de las tallas de cuerpo entero, los bustos solían ser, por lo general, lo que podríamos denominar como iconografía secundaria, ya que lo normal no era que presidieran un retablo o un templo sino, más bien, que sirvieran de acompañamiento a las imágenes principales, fueran éstas del santo o advocación que fueran. Existen también los bustos relicario, poco frecuentes en el caso de los Santos Niños al menos hasta donde he podido investigar.

Otra posibilidad, por último, es la de su presencia en los pequeños altares de los oratorios privados -algo habitual hasta hace relativamente pocos años en las viviendas de las clases acomodadas- o, incluso, en los propios dormitorios, conforme a las devociones particulares de sus propietarios. En cualquier caso, éste es un tema que está abierto a una investigación que podría dar resultados interesantes.

Pasemos, pues, sin más dilación a ver los bustos que tengo localizados, empezando por los que se conservan en Alcalá y, más concretamente, con los de la ermita del Cristo de los Doctrinos. Estos bustos, probablemente barrocos, representan a los dos hermanos degollados y marcan la pauta de lo que se puede considerar como su diseño general. En este caso, no siempre es así, en las peanas están escritos los nombres de cada uno de ellos.


Bustos de la ermita del Cristo de los Doctrinos


En el museo de la Casa de Cervantes se conserva otro busto de factura diferente, aunque con evidentes similitudes de estilo. A diferencia de los anteriores en la peana no figura el nombre del mártir al que pertenece, y por desgracia falta la pareja que con toda seguridad le debió de acompañar inicialmente.




Busto de la Casa de Cervantes


Se da la circunstancia de que en una antigua fotografía del Archivo Moreno aparecen unos bustos que, según la ficha correspondiente, se conservaban en el convento madrileño de las Trinitarias Descalzas -el mismo en el que fuera enterrado Cervantes- con anterioridad a la Guerra Civil, sin que haya podido determinar si esta comunidad religiosa los sigue conservando o no, aunque al parecer el edificio fue saqueado durante este conflicto bélico.

Aunque la similitud de uno de ellos con el del museo cervantino es notable, carezco de la información suficiente para poder afirmar o negar que se pudiera tratar del mismo, amén de que ni siquiera sé si ese tipo de tallas religiosas eran objetos únicos o si, por el contrario, se realizaban varias copias de los mismos, tal como hacen ahora diversos talleres de arte religioso.




Bustos del convento de las Trinitarias de Madrid


Existen en Alcalá otros dos bustos más, en esta ocasión pertenecientes a una colección particular. Están realizados en cartón piedra, una técnica surgida en Nápoles en el siglo XVIII que permitía obtener copias a partir de una talla original, lo cual hace suponer que pudieran ser reproducciones de unas imágenes que, por el momento, no han podido ser localizadas.

Los bustos no están rotulados con los nombres correspondientes y, aunque las peanas son idénticas, presentan ligeras diferencias entre sí tanto en el tamaño y la proporción de las cabezas como en el torso, prácticamente inexistente en uno y más amplio y ataviado con una túnica romana el otro. En cualquier caso, se trata de una interesante aportación a la iconografía de los mártires complutenses.


Bustos del siglo XVIII. Colección particular


Ya fuera de Alcalá, nos encontramos con otros bustos en Huesca, Aguilar de Campoo, Valladolid y Orense. En Huesca, además, por triplicado. Los primeros se conservan en la iglesia de San Pedro el Viejo, concretamente en la capilla de San Ponce, y durante mucho tiempo estuvieron arrumbados en un almacén del templo. Tras ser descubiertos de forma accidental en 2005, fueron restaurados y colocados en la nave de la iglesia. Bastante parecidos a los de la ermita del Cristo de los Doctrinos, representan a dos niños de corta edad, están tallados en madera de pino policromada y estofada y han sido datados hacia mediados del siglo XVII.




Bustos de la capilla de San Ponce de San Pedro el Viejo de Huesca


Los segundos bustos se encuentran también en San Pedro el Viejo, en esta ocasión en el camarín de las reliquias situado en la parte alta de la capilla de los Santos Niños. Su factura es muy distinta a la de los anteriores, puesto que representan no a dos niños pequeños, sino a unos preadolescentes de mayor edad.


Bustos del camarín de las reliquias de San Pedro el Viejo de Huesca


Los últimos bustos oscenses están tallados, junto con los de otros santos que reciben culto en la ciudad, en los laterales de la carroza que se utiliza para la procesión de san Lorenzo, el patrón local. A diferencia de los anteriores son de factura reciente, puesto que la carroza data de la década de 1950.




Bustos de los Santos Niños en la carroza procesional de San Lorenzo
Fotografía tomada de www.apiesdescalzos.es


Los bustos de Aguilar de Campoo se conservan en la colegiata de San Miguel, y cuando yo la visité en el verano de 1991 éstos se encontraban colocados en una mesa de la sacristía. En un nuevo viaje realizado en 2015 los bustos habían desaparecido de allí, probablemente trasladados al museo parroquial; por desgracia el museo estaba cerrado, por lo que no me fue posible localizarlos.


Bustos de Aguilar de Campóo. San Justo (izquierda) y san Pastor (derecha)


En Valladolid existen dos juegos de bustos. Unos son propiedad del monasterio franciscano -sus ocupantes son monjas clarisas- de las Descalzas Reales. Son de barro cocido y policromado, su tamaño es de 25 centímetros y están datados en el primer cuarto del siglo XVII. Lamentablemente, no dispongo de más datos ni de fotografías de los mismos.




Bustos de los Santos Niños del Museo Nacional de Escultura
Fotografía tomada del catálogo del museo


Los otros bustos se conservan en el Museo Nacional de Escultura. Presentan una similitud con algunos de los anteriores, lo que induce a pensar en una producción en serie o, al menos, en modelos copiados repetidamente, y presentan la singularidad de que las peanas son unos relicarios. Proceden al parecer de un convento carmelita descalzo, y están datados en el último cuarto del siglo XVII.

En Galicia nos encontramos con los bustos pertenecientes a la catedral de Orense, los cuales están ubicados en la capilla del Santo Cristo situada junto a la girola en el lado del Evangelio, es decir, el izquierdo según se mira de frente al presbiterio. Están tallados a modo de relicarios, aunque en realidad no son tales, y han sido fechados en el siglo XVIII.


Bustos de la catedral de Orense. San Justo (izquierda) y san Pastor (derecha)
Fotografías de Miguel Ángel González García


En Asturias, y más concretamente en el santuario de Nuestra Señora de Contrueces de Gijón, se conservan unos bustos -en realidad cabezas- de los santos Justo y Pastor procedentes, según la historiadora María Prieto Vergara2, de la desaparecida ermita de Somió, un barrio residencial cercano a esta ciudad.




Bustos del santuario de Contrueces. Fotografía de P. Simón Cortina Hevia
publicada en el libro de María Prieto Vergara


En el Museo Parés de Barcelona se conservan dos tallas de los Santos Niños que en un principio dudé si incorporar o no a este artículo, puesto que no se trata de bustos en sentido estricto sino de figuras de medio cuerpo hasta la cintura. Finalmente opté por hacerlo puesto que tampoco eran tallas completas que, según las fichas del museo, son de la primera mitad del siglo XVII, están elaboradas en madera policromada con unas dimensiones de 66 × 53 × 42 cm y 68,5 × 62 × 42 cm respectivamente. Representan a dos adolescentes, más que a dos niños, y los huecos de sus pechos indican que en su día fueron utilizadas como relicarios. Como atributos, inexistentes en los bustos propiamente dichos por razones obvias, portan sendos libros, mientras sus trajes recuerdan a los hábitos universitarios de la época en la que fueron talladas.

Aunque las fichas del museo no informan sobre su procedencia, no se corresponden con la escultura religiosa española de la época, recordando más a la escuela francesa tal como parecen indicar sus peinados así como su porte de adolescentes, más acorde con la tradición de Narbona que con la española, que tendía a representarlos como niños de corta edad.




Tallas barrocas de los Santos Niños Fotografía de Marta Jordán Bonet
tomada de mensajeradelahistoria.blogspot.com


Hemos de desplazarnos ahora hasta el sur de Francia y más concretamente a Narbona, de cuya Catedral son titulares los mártires complutenses. Dentro de la variada iconografía existente en ella, destacan los dos bustos que presiden el baldaquino del presbiterio que, al igual que ocurre con los del camarín de las reliquias de San Pedro el Viejo, representan más bien a unos preadolescentes que a unos niños de seis y nueve años.





Bustos de san Justo (arriba) y san Pastor (abajo) de la Catedral de Narbona.


También en el sur de Francia, en el departamento de los Altos Pirineos, se encuentra la pequeña localidad de Grézian. Según datos tomados del inventario artístico Palissy la parroquia local, cuyos titulares son los santos Justo y Pastor, cuenta, además de con dos tallas policromadas datadas de los mártires complutenses, con un busto relicario de san Justo del siglo XVIII. Por lo que yo sé, falta el compañero.




Grézian. Relicario de san Justo. Fotografía tomadas de de la base de datos Palissy





Publicado el 26-11-2014
Actualizado el 18-6-2024