José Chacón o la pasión por la poesía





Mi canción no es para nadie
que la espera o que la llama;
ni hiere ni imita a nadie:
es mi corazón que canta
una canción cada noche
para quien quiera escucharla,
como el ave, como el viento
o el bordón de la guitarra.

José Chacón


Si hay una persona que no necesita presentación en Alcalá, si hay alguien en nuestra ciudad cuyo prestigio -merecido- brilla con luz propia, esa persona es sin ningún género de dudas don José Chacón, excelente poeta y mejor persona. En estos días don José es noticia a causa del importante galardón literario conseguido en León, allá donde el Bernesga riega los altos páramos de la meseta leonesa y, si bien estoy convencido de que don José debería ser noticia siempre, es mi deseo aprovechar esta ocasión para desvelar algunas facetas de su personalidad, quizá no tan conocidas como se debiera en parte por propia voluntad del interesado, poco amante como persona sabia que es de lujos y oropeles, en parte a causa de esta frívola sociedad que premia lo banal aunque vistoso, olvidándose de lo importante y profundo.

No soy el primero que en estos días traigo a estas páginas a don José, y espero que tampoco sea el último porque la vida cultural no ha de ser algo pasajero y fugaz, sino algo constante y duradero; y don José es noticia no sólo cuando recibe un premio, sino cada vez que escribe alguno de sus sonetos, alguno de sus romances, alguno de sus comentarios en prosa...

Y así, con el ánimo no de emular el interesante reportaje de M.E. Munilla, sino de complementarlo, me dirigí en una soleada tarde otoñal hacia allá donde el Henares bordea el alcalaíno barrio de la Virgen del Val, barrio cantado por don José en una de sus poesías y barrio en el que reside dedicado plácidamente, con esa tranquilidad que sólo da la experiencia, a su pasión favorita: la poesía. Porque don José tiene mucho que contar, mucho más de lo que se pueda reflejar no en dos, sino en muchas entrevistas, mucho más de lo que pueda yo recoger en estas breves páginas.

Conocí personalmente a don José hace ahora aproximadamente un año, cuando yo me dirigí a él solicitándole algunos de sus versos para la serie de artículos sobre El Henares en la literatura que por entonces preparaba para este semanario. Conocía sus versos, eso sí, por lo que yo marchaba hacia él con una idea esbozada sobre su gran humanidad y su firme personalidad. La realidad desbordó por completo mis previsiones y, por decirlo de una manera breve, me cautivó la sencillez y la modestia de una persona que mostraba bien a las claras una serenidad de espíritu que muy pocos consiguen alcanzar.

En el año transcurrido don José continuaba igual, con un año más de sabiduría a sus espaldas y una buena cosecha de obras escritas en estos doce últimos meses; porque nuestro poeta reúne en sí dos atributos muy difíciles de conciliar entre ellos: la calidad y la fácil inspiración, lejos tanto del barroquismo inútil como de los experimentos fáciles que dejan de ser poesía para convertirse en un galimatías de palabras que sólo su autor parece comprender; pero de esto hablaremos más adelante.

Y qué mejor inicio de una conversación que preguntar a un poeta qué es para él la poesía. ¿Cuál es su respuesta, don José?

-Para mí la poesía es sin duda el arte más bello de todos.

-¿Qué importancia tiene para usted la poesía?

-Pues simplemente es uno de los quehaceres más importantes que tengo ahora, dado que le dedico todo mi tiempo libre.

-La noticia actualmente está en el premio que usted ha conseguido en León. ¿Pero cuenta usted con otros galardones?

-Pues sí. Allá por los años 60 la Hermandad de San Cristóbal de nuestra ciudad organizaba los premios de Santa Marta. Eran unos certámenes de carácter local, y durante cinco o seis años nos repartimos los premios entre Luis de Blas y yo... Dejamos de presentarnos porque ya nos daba vergüenza.

-¿Y luego?

-En 1974 gané en Cuenca un certamen que tenía por tema el toro bravo. En 1975 y en 1976, y también en esta ciudad castellana, gané sendos concursos sobre Nuestra Señora de la Luz, que es la patrona de allí. En 1977 concursé y gané en un certamen sobre el vino convocado en Villarta, pueblo perteneciente a la Manchuela conquense. Y ahora, el premio de León. Y siempre con sonetos.

-Noto, sin embargo, la falta de galardones en los premios Ciudad de Alcalá de Henares. ¿Es que no es usted profeta en su tierra?

-Bien, en estos premios hay que distinguir dos etapas: Antes de 1979 tenían carácter local y yo no me presenté ningún año.

-¿Por qué?

-Llámalo pereza, o miedo a los tribunales.

-¿Y después?

-Desde 1979, ya con unos premios de carácter nacional, me he presentado casi todos los años sin conseguir nunca premio.

-¿Se ha presentado este año?

-Sí.

-Don José, usted es un poeta reconocido por todos y su opinión tiene peso en nuestra ciudad. Dígame, ¿qué opina de las obras de poesía premiadas desde 1979 hasta ahora?

-Pues que los premios se han dado a poesías malas y desagradables. No tienen calidad, y no eran dignas de premio.

-¿Son mejores, o peores que las de la primera etapa?

-Sin duda las de la primera etapa eran mucho mejores, ya que aunque había algunas desastrosas otras eran muy buenas.

-De sus palabras deduzco que no está usted muy conforme con estos fallos.

-Para mí se trata de una dictadura artística.

-Yo, la verdad, estoy de acuerdo con usted, ya que no encuentro lógico que todos estos años hayan sido premiadas únicamente poesías que siguen la técnica del verso libre. Pero dígame, ¿qué opina usted de este tipo de poesía que tanto parece gustarle a los jurados de los últimos seis años?

-A mí no me gustan estas poesías ya que, excepto algunas que son excepcionales, las demás no tienen ni en qué basarse. No invitan a seguir leyendo a partir del primer poema.

-¿No cree usted que en el arte moderno hay mucho camelo?

-Pues sí. Para mí detrás de todo esto hay mucho mediocre escondido; pero esto es general. Piensa en Pemán, en Rubén Darío, en Zorrilla... Ni acordarse de ellos.

-Lo cierto es que escribir sigue siendo difícil en España. Pero dígame, ¿ha publicado usted muchas obras?

-Tan sólo un libro hace diez años, el titulado Por los caminos.

-¿Se lo publicó alguien?

-No. Me lo edité yo.

-Pero aparte de esto usted ha publicado poesías en periódicos.

-Mucho, al menos en diez o doce distintos.

-Nómbrelos.

-El Diario de Cuenca, Flores y Abejas (de Guadalajara), La Voz de Talavera, ABC... Y aquí en Alcalá, en Nuevo Alcalá, en Henares 2.000 y en Puerta de Madrid.

-¿Ha publicado todo lo que ha escrito, o conserva aún poesías sin publicar?

-En estos momentos tengo al menos unos 400 sonetos inéditos.

-Cambiemos de tema. Usted siempre ha dicho que se consideraba alcalaíno de vocación. ¿Qué opina de nuestra ciudad?

-Alcalá es, si no la mejor población de España, una de las mejores. Es una ciudad muy completa, y tiene todo lo necesario para vivir a gusto en ella.

-Pero la Alcalá que usted conoció, allá por los años cincuenta, era muy distinta de la de ahora. Para usted este cambio ¿ha sido a mejor, o a peor?

-A mejor. La Alcalá de ahora es mucho mejor que lo era cuando yo vine.

-Para usted, ¿Alcalá le ha tratado bien o mal?

-Alcalá me ha tratado muy bien. Esto es para mí un orgullo, y quizá por eso me guste aún más Alcalá.

-Aunque me imagino la respuesta; ¿se siente usted alcalaíno?

-Ya lo creo que me siento alcalaíno. Aunque esté mal decirlo, y aunque no puedo olvidar a mi pueblo, yo no me volvería allí bajo ningún concepto. Yo me quedo en Alcalá.

-Quizá lo más admirable de usted, don José, sea el hecho de que su formación literaria es totalmente autodidacta. Usted decía hace poco que comenzó a escribir cuando vino a Alcalá, lo que parece indicar que aquí encontró unas facilidades, o unas motivaciones, de las que careció hasta entonces. ¿Es que le inspiró Alcalá?

-Así fue. Nada más llegar aquí me regalaron la Historia de Alcalá de Esteban Azaña, y ahí comenzó mi gusto por Alcalá. Había un grupo cultural y me integré en él; fueron ellos quienes me animaron a que escribiera.

-¿Quiénes eran?

-Francisco Antón, Luis de Blas... Fernando Sancho no estaba entonces en Alcalá, pero de vez en cuando nos veíamos y nos intercambiábamos nuestros escritos; nos llevábamos muy bien.

-Volvamos al presente. En su última entrevista usted afirmaba que las letras en Alcalá no estaban muertas, pero sí sueltas. ¿Cree usted que se pueden atar?

-Sí. Llegará un día en que Alcalá será un gran centro literario; porque Alcalá no son sólo las dos o tres historias que todo el mundo conoce, sino algo mucho más grande.

-Pero, ¿ve usted próxima esta afirmación?

-Por supuesto, teniendo en cuenta lo que ya hay y lo que está actualmente en embrión. Lo requiere el ambiente, y lo reclama la historia de Alcalá.

-Pero apenas si se oye hablar de los escritores de Alcalá.

-Es que estamos como poetas furtivos, ya que nadie nos ayuda. Hace años sacamos una revista, Llanura, y conseguimos un nivel que muy pocas alcanzaron. Pero no teníamos ninguna subvención y la revista se vino abajo.

-¿Se podría repetir la experiencia?

-Sin subvención sería muy difícil. Lo que sí se podría hacer es una pequeña antología de los autores locales, algo así como si un artesano hiciera una exposición, un muestrario de su quehacer.

Podrían haber sido horas y horas las de mi conversación con don José Chacón, tanto es lo que nos podría decir. Pero la noche se había echado encima y era ya hora de concluir esta entrevista, con el convencimiento de que su casa estará siempre abierta para todo aquél que desee compartir con él sus vivencias, sus poesías, sus palabras... Y así, mientras retornaba al centro de la ciudad por la iluminada avenida de la Virgen del Val, pensaba en el acierto de la decisión municipal alentada, por el alcalde en persona, de dedicar una calle a este gran poeta de Alcalá huyendo de la necrofilia histórica de los españoles, que siempre negamos a los vivos lo que luego reconocemos a los muertos, honrando así al patriarca de las letras complutenses ahora, porque lleva ya muchos años mereciéndoselo.




Ver también:
Don José Chacón se lo merecía
Falleció don José Chacón


Publicado el 29-12-1984, en el nº 931 de Puerta de Madrid
Actualizado el 8-12-2006