Los Santos Niños en España
Las iglesias del sur de la provincia de Madrid: Parla



A diferencia de otras ocasiones, en las que iba previamente sobre aviso, el descubrimiento de la existencia de una iglesia consagrada a los Santos Niños en Parla se debió exclusivamente al azar... Un azar afortunado que me proporcionó una interesante información acerca de un lugar (el sur de la actual provincia de Madrid) en el que yo no sospechaba siquiera que hubiera podido haber, en el pasado o en el presente, templos consagrados a nuestros patronos.




El modesto asentamiento original de la parroquia en mayo de 1995


El origen de todo fue una noticia publicada en un diario madrileño, allá por mayo de 1995, en la que se afirmaba que el nuevo templo de la parroquia sería construido sobre el solar del antiguo cementerio de esta villa. Así pues, ni corto ni perezoso cogí el coche y me dirigí hacia Parla, donde pude recoger, gracias a la amabilidad de su párroco Tomás Julián Sanz Gómez, varios datos interesantes. La parroquia era de creación muy reciente (concretamente el 18 de marzo de 1987), y ocupaba provisionalmente parte de los bajos comerciales de un bloque de viviendas, de forma similar a la alcalaína parroquia de San Diego. Su ubicación definitiva sería, tal como se explicaba en el periódico, en el cercano solar que ocupara hasta poco antes el antiguo cementerio, para lo que contaría con un templo de nueva planta y moderno diseño, estando previsto el inicio de las obras para el verano de 1996. La única iconografía de los Santos Niños existente en la parroquia era un cuadro, instalado en la parroquia en navidad de 1994, obra de Jesús Sandonís Martín, una interesante recreación pictórica de nuestros patronos alejada bastante de sus representaciones habituales.




Planta del nuevo complejo parroquial


Un tema que me intrigaba bastante era el hecho de que resultaba excepcional que una parroquia de nueva creación, como era la de Parla, se acogiera al patronazgo de unos mártires del siglo IV. Tal como he explicado en diferentes ocasiones, el culto a nuestros patronos, que hunde sus raíces en la época visigoda y tuvo su edad de oro en la alta edad media, decayó en lo que a nuevos lugares de culto se refiere a raíz de la sustitución de la liturgia mozárabe por la romana allá por el siglo XI. En consecuencia, y salvo contadas excepciones, los templos de los que son titulares los mártires complutenses, sean éstos parroquias o ermitas, suelen ser muy antiguos o sucesores de otros anteriores que remontan su origen a entonces. De hecho, además del de Parla tan sólo conozco otro caso similar, el del barrio bilbaíno de Ocharcoaga, donde la nueva parroquia recoge el testigo de una antigua ermita ya desaparecida.




Alzado del nuevo complejo parroquial


Al comentarle esta cuestión al párroco, al tiempo que le preguntaba sobre las razones por las cuales había sido elegida precisamente esta advocación, su respuesta no sólo me sacó de dudas sino que además me puso sobre una nueva pista que yo hasta entonces ni siquiera había sospechado: se había hecho en recuerdo de la antigua iglesia de Humanejos, un despoblado hoy desaparecido que estuvo situado en las cercanías de Parla, que asimismo estuvo consagrada a los Santos Niños. Pero de Humanejos hablaré en otro artículo.




Fachada principal del complejo parroquial


Pasó el tiempo. Sabedor que la iglesia estaba ya terminada (fue inaugurada el 4 de mayo de 1997), en julio de 1998 viajé de nuevo a Parla con objeto de fotografiarla y recabar datos sobre la misma. El edificio, delante del cual se abría un pequeño jardín, había sido diseñado por los arquitectos Benjamín Cano y Diego Escario, y su aspecto exterior resultaba bastante llamativo ya que, en lugar de la habitual torre, estaba rematada por una especie de cúpula en forma de cono truncado, que además no era vertical sino que estaba inclinado hacia atrás formando algo similar a una rampa. Su superficie era, según un folleto editado con objeto de recaudar fondos para su construcción, de 873 m2 en la planta baja, 330 en la primera planta y unos 90 en el sótano, la mayor parte correspondientes a la cripta donde fueron depositados los restos exhumados del antiguo cementerio. Además de la zona dedicada al culto, contaba con diferentes dependencias parroquiales y dos viviendas para los sacerdotes. El presupuesto de la primera fase, a falta de parte de las dependencias y una de las viviendas (estamos hablando de mediados de los años noventa) era de 90 millones de pesetas.




Fachada trasera del complejo parroquial


En lo que respecta a la iglesia propiamente dicha, a la cual se entraba por un atrio, su disposición interior era también singular al ser de planta circular inscrita en un cuadrado, con una galería sustentada por doce columnas que, a modo de coro, recorría todo su perímetro a excepción de lo que podríamos llamar el ábside, donde se abre un ventanal. El altar estaba en el centro, ligeramente desplazado hacia el ábside, y debajo de él se encontraba la cripta. En el lado de la izquierda, por último, se abría una capilla. Para los amantes de las estadísticas, queda reseñar que la superficie de la iglesia era de unos 400 m2, a los que hay que sumar los 105 de la capilla.




Vista general del interior del templo


Tal como suele ser habitual en las iglesias modernas, la iconografía no podía ser más sencilla: Un crucifijo presidiendo la nave central, una Virgen en la capilla y el cuadro de los Santos Niños, que ya conociera en el anterior templo, a un lado de la nave central.

Conversando con el párroco, éste me explicó la simbología del edificio: Las doce columnas de la nave central simbolizaban a la comunidad cristiana, el cono de la cúpula a la Trinidad y la inclinación del cono a la subida de los fieles hacia Dios. Evidentemente se trataba de una disposición totalmente distinta a la de las iglesias tradicionales en las que nos solemos encontrar a nuestros patronos, lo cual reforzaba todavía más la singularidad de esta joven parroquia consagrada a los santos Justo y Pastor.

Todavía realicé un tercer viaje en mayo de 2007, esta vez motivado por el hecho de que quería publicar mis anteriores artículos en la página web, razón por la que resultaba conveniente actualizar tanto los textos (habían pasado nueve años desde mi anterior visita) como las fotografías, dado que las antiguas, tomadas en diapositivas, no tenían la suficiente calidad. Y no me arrepentí de hacerlo.


Cuadro y reliquias de los Santos Niños


Aunque en general no encontré grandes diferencias respecto a mi viaje anterior, salvo la presencia de dos imágenes de Semana Santa y un cuadro colocado sobre el altar mayor que no existían entonces, a uno de los lados del presbiterio descubrí algo que me llamó poderosamente la atención: junto al ya conocido cuadro (sigue sin haber imágenes de los Santos Niños, siendo éste el único motivo iconográfico de los mismos), había adosado a la pared un sencillo relicario en cuyo interior se conservaban dos pequeños fragmentos de hueso, reliquias de los dos santos titulares del templo. Según un pequeño folleto, que reproduce una versión adaptada de la novena a los Santos Niños escrita en 1764 por el carmelita calzado fray Miguel Acero, las reliquias llegaron a Parla en 2002, procedentes probablemente de Huesca. Y según me explicó el párroco, en 2006 se sumaron a la celebración del jubileo de los Santos Niños con diversas celebraciones, así como con visitas a Alcalá y Tielmes.

Para terminar, cabe reseñar que la parroquia tiene página web propia, en la dirección www.santosjustoypastor.com.




Ver también:
Los Santos Niños en España. Las iglesias del sur de la provincia de Madrid: Humanejos
Los Santos Niños en España. Las iglesias del sur de la provincia de Madrid: Perales del Río


Publicado el 11-11-1995 y el 1-8-1998, en los nº 1453 y 1.583 de Puerta de Madrid
Actualizado el 11-6-2007