Vela solar



Método de navegación espacial consistente en aprovechar el viento solar, es decir, la radiación y las partículas ionizadas que emite el Sol y que producen, como su nombre indica, la presión de radiación, un equivalente al viento que se puede aprovechar al igual que lo hicieron durante milenios los navíos de vela. Esto se conseguiría desplegando unos grandes espejos colectores sobre los que se haría incidir la radiación solar.

El problema es que el empuje producido por el viento solar es tan tenue, que las velas necesarias para conseguir un impulso tangible habrían de ser de enorme tamaño, del orden de los kilómetros cuadrados de superficie, y aun con ello tan sólo se obtendría una aceleración mínima, aunque constante. Aparte de los inconvenientes técnicos para desplegar en el espacio unos paneles de esa magnitud, existen otros no menos importantes tales como la necesidad de orientar las velas para recoger el máximo de viento solar, algo nada fácil en esas estructuras, o el hecho de que sólo serviría para desplazarse a favor del viento, es decir, alejándose del Sol. Para hacerlo al contrario habría que recurrir a técnicas similares a las de la navegación a sotavento, contando con otros factores como la atracción gravitatoria.

Las ventajas, por el contrario, estribarían en un consumo nulo de energía (salvo la necesaria para orientar las velas) y en un aprovechamiento continuo del impulso, constante a lo largo de todo el viaje aunque éste iría disminuyendo progresivamente conforme el velero se fuera alejando del Sol.

Hasta el momento esta técnica no ha sido todavía muy ensayada. En junio de 2005 se llevó a cabo el ensayo del prototipo ruso-norteamericano Cosmos 1, pero un fallo del cohete impulsor impidió que éste alcanzara la órbita prevista. También falló, en junio de 2008, el lanzamiento de la NanoSail-D, desarrollada por la NASA, que se destruyó al fallar el cohete Falcon 1 que la portaba. En mayo de 2010 la agencia espacial japonesa JAXA lanzó con éxito la vela solar Ikaros, y en junio de 2015 la Sociedad Planetaria ensayó, también con éxito, el despliegue de la vela del nanosatélite Lightsail.

Para lo que sí se han utilizado velas solares es como sistema auxiliar de estabilización en órbita de algunos satélites y sondas, como el Mariner 10, ya en los años setenta.


Publicado el 9-11-2008
Actualizado el 9-6-2015