Los Santos Niños en España
La vidriera de la parroquia de San Marcos
de Rivas-Vaciamadrid





Vidriera de los Santos Niños en la parroquia de San Marcos de Rivas-Vaciamadrid



Desde el año 2008, aunque yo no lo supe hasta hace muy poco, la iconografía de los Santos Niños en la provincia de Madrid, y más concretamente en la diócesis de Alcalá, se ha visto incrementada con la vidriera existente en la parroquia de San Marcos de Rivas-Vaciamadrid. Yo tuve noticia de su existencia, como suele suceder a menudo, por casualidad. El presidente de la Asociación Diocesana de los Santos Justo y Pastor, Miguel Ángel López Roldán, me envió unas fotografías de la llegada a Rivas, el pasado 18 de diciembre de 2016, de las reliquias de los Santos Niños en el recorrido que estaban haciendo por las parroquias de la diócesis. Se pueden imaginar cual no sería mi sorpresa al descubrir la vidriera en el fondo de las fotos; me puse en contacto con la parroquia, que cuenta con una excelente página web, y hablé por teléfono con el párroco, don José Antonio Patallo Sanz, quien me atendió con total amabilidad invitándome a visitar la iglesia con objeto de que yo mismo pudiera fotografiarla. Cosa que, por supuesto, hice.

Y aunque dicen que una imagen vale más que mil palabras, considero que junto con las fotografías de la vidriera resultará interesante hacer una pequeña reseña histórica de esta parroquia, en particular, y de la propia Rivas-Vaciamadrid en general, como mejor manera de ubicarlas en su entorno y en su historia.

La doble denominación de Rivas-Vaciamadrid se debe a que en 1845 fueron agrupadas en un único municipio las poblaciones de Rivas y Vaciamadrid, ambas pertenecientes al partido judicial de Alcalá desde principios del siglo XIX aunque históricamente no habían pertenecido al alfoz complutense. Dado que el nuevo municipio pasó a llamarse Rivas -o Ribas- de Jarama, cabe suponer que su cabecera debió quedar situada en la primera de ellas.

Tanto Rivas como Vaciamadrid eran entonces dos pequeños caseríos que, según el contemporáneo Diccionario de Madoz, contaban con 7 viviendas y 48 habitantes la primera, y con 14 viviendas y 21 habitantes la segunda, aunque en el conjunto del término municipal existía también una importante población diseminada por las diferentes fincas. Es evidente que su unión hubo de deberse a lo escaso de su demografía, con tan sólo 413 habitantes en el censo de 1857 supongo que incluyendo también a la población diseminada, ya que ésta no deja de ser sensiblemente superior a las 69 “almas” reseñadas por Madoz apenas una década antes.

Por entonces ambos núcleos urbanos estaban bastante separados. Rivas se encontraba cercana a la ribera derecha del Jarama, frente a Mejorada del Campo y Velilla de San Antonio, junto a la conocida ermita del Cristo de Rivas. Vaciamadrid estaba unos diez kilómetros al sur, próxima al puente por el que la carretera de Valencia cruzaba el Jarama y, por el otro lado, al curso del Manzanares poco antes de su desembocadura. Pese a su pequeñez tanto la una como la otra contaban con parroquia propia, consagrada a San Juan Bautista la de Rivas y a San Marcos la de Vaciamadrid, siendo anejas respectivamente a las de Mejorada del Campo y Perales del Río.


Vistas frontal y lateral de la parroquia


La Batalla del Jarama, que se desarrolló a lo largo del mes de febrero de 1937 en esta zona, supuso la destrucción de ambos pueblos hasta el punto que las autoridades franquistas, en lugar de reconstruirlos, optaron por levantar uno de nueva planta, cercano a la antigua Vaciamadrid pero al otro lado de la carretera de Valencia, al que dieron el doble nombre actual. En él se construyó una iglesia siguiendo el estilo neoescurialense típico de la época, la cual fue inaugurada junto con la totalidad de la nueva población el 23 de julio de 1959. La advocación elegida para la nueva parroquia fue la de San Marcos, convirtiéndose así en heredera de la desaparecida de Vaciamadrid, de la cual tan sólo se pudo recuperar la pila bautismal.

Pese a la reunificación de la población de todo el municipio -incluida la dispersa- en un único núcleo urbano, entre 1950 y 1970 el número de habitantes rondó en torno a los 1.000, descendiendo hasta los 650 en el censo de 1981. A partir de este momento el crecimiento de Rivas-Vaciamadrid, que hasta entonces había quedado al margen de la expansión de las poblaciones vecinas, fue espectacular: 15.000 habitantes en 1991, 35.700 en 2001, 73.800 en 2011 y 82.700 en 2016. Como es natural, el actual casco urbano desborda con creces el solar del primitivo poblado de 1959, que ha quedado absorbido por los barrios modernos aunque en él sigue estando la sede del Ayuntamiento, frontero con la parroquia.

En la actualidad Rivas-Vaciamadrid cuenta con tres parroquias, la de San Marcos, la de San Maximiliano María Kolbe y la de Santa Mónica, lo que no es demasiado para una población que rebasa los 80.000 habitantes. Si a ello sumamos que la de San Marcos, pensada para una población de mil personas, no es demasiado grande, es fácil llegar a la conclusión de que pronto se quedó pequeña, lo cual unido a que el edificio no llegó a ser terminado por completo, obligó a hacer obras tanto de reparación como de ampliación del templo.




Aspecto actual del antiguo atrio. La vidriera de los Santos Niños es la de la izquierda


Estas últimas tuvieron lugar en el verano de 2008, y consistieron en el cierre del primitivo atrio de la fachada oeste -la portada principal se abre hacia el sur- incorporándolo al interior de la iglesia. De los tres arcos carpaneles -o rebajados- del atrio, en el central se construyó una puerta, mientras los dos laterales fueron tapiados a excepción de la parte superior, en la que fueron colocadas sendas vidrieras.

Vista desde el interior la iglesia cuenta con una única nave, quedando las capillas procedentes del antiguo atrio en el lado del Evangelio, es decir, el de la izquierda teniendo de frente al altar mayor. Y en la primera de ellas, la más cercana al presbiterio, es donde se encuentra la vidriera dedicada a los Santos Justo y Pastor.

Según me explicó don José Antonio Patallo la elección de los Santos Niños no fue casual, sino que se debió al deseo de contar con una representación iconográfica de los patronos de la diócesis, a la que Rivas-Vaciamadrid pertenece. El hecho de que la antigua parroquia de Vaciamadrid estuviera vinculada a la de Perales del Río, de la que eran y siguen siendo titulares los mártires complutenses, no influyó en la elección, aunque no cabe duda de que se trató de una afortunada coincidencia.

Centrémonos en la vidriera. Puesto que ésta ocupa la parte alta del antiguo arco carpanel, su forma es alargada y estrecha, rectangular en tres de sus lados mientras el superior se adapta a la forma elíptica del arco. Está dividida en tres cuerpos, y en el central, el más alto, es donde están representadas las figuras de los dos mártires. Al lado izquierdo aparece la piedra del martirio, ensangrentada, y sobre ella la espada con la que fueron decapitados los hermanos. En el lado derecho, por último, se aprecia un paisaje idealizado. Todo el conjunto está bañado por los rayos del Sol, cuya circunferencia se atisba sobre las cabezas de Justo y Pastor.


Detalle de la vidriera (izquierda) e imágenes de la capilla privada del obispo (derecha)


Aunque el diseño de la vidriera sigue una estética moderna, las figuras de los santos se ciñen a unos cánones más clásicos. Aparentemente, guardan cierta similitud con las imágenes que se conservan en la capilla privada del obispo, dentro del Palacio Arzobispal, las cuales son menos conocidas que las de la Catedral-Magistral, tanto las de la nave como las de la cripta, e incluso que las existentes en otros templos de Alcalá u otras poblaciones de la diócesis, como Tielmes.


Publicado el 23-1-2017