Los Santos Niños en España
Su culto en la comarca de Mondoñedo



Mondoñedo es una pequeña ciudad cabecera de la comarca lucense de la Mariña Central. No es costera ya que le separan unos 25 kilómetros de Foz, el puerto más cercano, y se asienta en un estrecho valle drenado por un pequeño afluente del río Masma, que a su vez desagua en la ría de Foz.

Su municipio, que abarca un total de catorce parroquias, llegó a contar en 1900 con más de diez mil habitantes reducidos a la mitad en 2000 y a 3.500 en la actualidad, lo que da una idea de la pavorosa despoblación sufrida durante el último siglo. Si consideramos tan sólo la ciudad sin sus pedanías la situación no es más halagüeña: 2.108 habitantes en 2000 -el INE no proporciona datos desglosados por núcleos de población con anterioridad a este año- y 1.745 en 2022.


Mondoñedo




Catedral de Mondoñedo


Pese a la sangría demográfica, que la hace aparecer aletargada a los ojos del viajero, Mondoñedo puede presumir con derecho propio de su gran importancia histórica y artística reflejada en unas calles por las que parece no discurrir el tiempo y en las que sorprende su Catedral, núcleo germinal de la ciudad desde que en 1112 la sede episcopal fuera traída de San Martiño, a la vera del Cantábrico. Desde 1959 Mondoñedo comparte cabecera diocesana con El Ferrol, sin que me haya sido posible discernir en cual de las dos sedes reside actualmente el obispo.

La Catedral mindoniense, consagrada a la Asunción, es un armónico edificio, de dimensiones similares a la Catedral-Magistral complutense, conocido como la “Catedral arrodillada” a causa de sus perfectas proporciones y su escasa altura. Como suele ser habitual presenta una mezcla de diferentes estilos arquitectónicos que van desde el románico del siglo XIII de su impresionante rosetón hasta el barroco del siglo XVIII que predomina en la fachada, mientras el interior es sobre todo gótico. Merece ciertamente una visita incluyendo su interesante museo de arte sacro, aunque lo que aquí nos interesa es la presencia en ella de reliquias de los mártires complutenses.


Relicario de la catedral de Mondoñedo cerrado y abierto. Derecha, fotografía tomada de la página web de la Catedral


Fue gracias a un artículo1 de Ángel Alba, publicado en 1993, como supe de su existencia, corroborada por el entonces archivero de la Catedral don Enrique Cal Pardo, aunque no me fue posible encontrar ninguna fotografía del relicario ni tampoco datos relativos al mismo, por lo que centré mi interés en conseguirlos durante mi visita del pasado verano.

Lamentablemente, mis intentos se vieron frustrados. Si bien en la girola existe un artístico retablo donde según la página web de la Catedral se conservan un total de diecisiete relicarios incluyendo el de san Rosendo, el patrono de la diócesis, éste estaba cerrado el día que yo lo visité, por lo que no pude ver si el de los Santos Niños se contaba entre ellos. Y aunque en la página de la Catedral sí aparecen fotografías del retablo abierto, la resolución de las mismas tampoco me permitió comprobarlo, ni encontré en ella a nadie a quien poder preguntar. Así pues habrá que dejarlo pendiente, a la espera de poder profundizar más adelante.


El Carmen




Iglesia del Carmen, en las proximidades de Mondoñedo


Esto es todo lo que dio de sí la ciudad de Mondoñedo, aunque no su término municipal. Gracias a la página personal de Andrés García Doural, que encontré en internet casi por casualidad, supe de la existencia de unas imágenes de los Santos Niños en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Mondoñedo. Aunque el artículo reproducía una fotografía de las imágenes ésta era en blanco y negro, por lo que decidí aprovechar mi estancia allí para hacerle otras en color y, a ser posible, ampliar la información de la que disponía.

Para empezar, descubrí que la iglesia del Carmen no se encontraba, como había pensado en un principio, en la propia ciudad de Mondoñedo, sino en una aldea vecina distante unos dos kilómetros y situada en una de las laderas del valle. Existía el riesgo, como suele ocurrir con frecuencia, de encontrármela cerrada, pero en esta ocasión tuve suerte ya que estuve allí un domingo y, según había averiguado previamente en Mondoñedo, había misa por la mañana. Así pues allá me fui, aunque no sin problemas ya que a causa de lo intrincado de la red viaria local tuve que dar varios rodeos -y llegar tarde a la misma- hasta que conseguí llegar a mi destino.

Y mereció la pena. Lo curioso es que no sabía lo que pintaban allí, ya que la iglesia está consagrada, como su nombre indica, a la Virgen del Carmen y aparentemente no existía ningún vínculo entre los Santos Niños y el pueblo. Además las imágenes son relativamente recientes, por lo que tampoco cabía suponer que hubieran sido llevadas desde alguna iglesia o ermita desaparecida.

El artículo de Andrés García Doural aclaró, al menos en parte, mis dudas. Aunque la mayor parte del texto está dedicada a relatar la conocida historia de su martirio, tras comentar que “ Llama la atención su exposición a los fieles que acuden a los diversos actos religiosos, al no ser unas imágenes frecuentes en las numerosas edificaciones religiosas de Mondoñedo ”, da la siguiente explicación: “El primer párroco del Carmen y futuro obispo de Plasencia (Cáceres) D. Justo Rivas, posiblemente tuvo mucho que ver con la existencia de estas imágenes”.

Así pues, todo parece indicar que este sacerdote quiso rendir homenaje a san Justo por llevar su nombre, arrastrando con él a su hermano san Pastor. Consultando en el episcopologio de esta diócesis extremeña comprobé que don Justo Rivas Fernández, que éste era su nombre completo, fue su titular entre el 15 de agosto de 1925 y el 16 de julio de 1930, fecha de su fallecimiento.


Imágenes de los Santos Niños de la iglesia del Carmen. Vista general del retablo y detalle.


Claro está que su etapa de párroco de El Carmen tuvo que ser bastante anterior a su nombramiento como obispo. De nuevo Andrés García Doural nos explica en otro de sus artículos que nació en 1873 y, tras cursar estudios en el seminario de Mondoñedo, se ordenó sacerdote en 1900. Tras tomar parte en un concurso de adjudicación de curatos fue nombrado párroco de El Carmen el 1 de octubre de 1900, cargo que abandonó el 26 de noviembre de 1913 tras ganar por oposición una plaza de canónigo en la Catedral de Mondoñedo. Así pues, el período en el que con toda probabilidad fueron ejecutadas las imágenes estaría comprendido entre 1900 y 1913.

Queda por explicar su condición de primer párroco, y para ello hemos de recurrir en esta ocasión a la Wikipedia. Por ella sabemos que la iglesia primitiva, originalmente una ermita sin rango parroquial, fue fundada por Juan González das Goás a mediados del siglo XVII, en 1664 concretamente según otra fuente. La ermita fue demolida en 1900 y sustituida por el templo actual, obra del arquitecto local José Domenech, a expensas del obispo don Manuel Fernández de Castro al tiempo que se le otorgaba rango parroquial, siendo su primer responsable, tal como ha sido comentado, don Justo Rivas.

Aunque no soy experto en arte religioso resulta evidente que las imágenes de los Santos Niños se ciñen a la estética imperante a principios del siglo XX, recordando bastante a las figuras que empezaron a fabricarse en Olot a finales del siglo XIX. No obstante, todo parece indicar que se trata de esculturas originales y no de imágenes de serie realizadas a partir de moles tal como es habitual en los talleres de esta localidad catalana. Lamentablemente carezco de datos acerca de su origen, ya que en la peana tan sólo figura una placa metálica grabada con sus nombres.

Los Santos Niños están ataviados con túnicas largas y capas asimismo largas, un anacronismo respecto a la indumentaria habitual del siglo IV, y también con lo que parecen ser unas medias. Justo sostiene en la mano izquierda un pergamino y en la derecha la palma del martirio, mientras su hermano Pastor lleva en la mano derecha una tablilla escolar mientras con la izquierda abraza a su hermano. En resumen, se trata de una representación clásica pero pasada por el tamiz de los gustos de la época.


San Pelayo




Detalle del retablo de la capilla de San Pelayo. La imagen de san Justo es la de la izquierda
Fotografía tomada de Xur de Morán


San Pelayo -San Paio en gallego- es otro de los barrios, lugares o aldeas, llámesele como se prefiera, existentes en las cercanías de Mondoñedo, aunque fuera del casco urbano. Se encuentra a unos 3 kilómetros al noreste, del centro de la ciudad y, según el Inventario artístico de Lugo y su provincia. Tomo IV, en el retablo de la capilla homónima junto con la imagen del santo titular, también un niño mártir del siglo X, se encuentran las de san Justo y san Bernardo, todas del siglo XVII, añadiendo que la imagen de san Justo tiene un tamaño de 90 centímetros.


San Justo de Cabarcos




Exterior de la iglesia de San Justo de Cabarcos


A quince kilómetros al noreste de Mondoñedo, aproximadamente a mitad de camino entre esta ciudad y Foz y cercana -apenas ocho kilómetros- a la localidad de Lorenzana, conocida por su impresionante monasterio de San Salvador, se encuentra la pequeña localidad de San Justo de Cabarcos, una parroquia del municipio de Barreiros cuya población -340 habitantes en 2000 y 208 en 2018- está repartida, tal como es habitual en Galicia, por una quincena de pequeñas aldeas. La cabecera de la parroquia administrativa, sede asimismo del templo parroquial, se encuentra a unos dos kilómetros y medio de la localidad de Vilamar, donde hay que abandonar la carretera N-634 para tomar una carretera local.

El templo se alza sobre una loma, rodeado por un pequeño grupo de edificios y flanqueado en la parte trasera por el cementerio. Es una construcción de notable tamaño que paradójicamente tiene un aspecto más andaluz que gallego, toda encalada de blanco y con una airosa espadaña presidiendo la sencilla fachada. Cosa curiosa en la parte posterior, correspondiente a la sacristía, se alza una segunda espadaña más sencilla que la primera.




La iglesia vista desde el otro lado


Lamentablemente la iglesia estaba cerrada, por lo que tan sólo pude hacer fotografías de su exterior viéndome obligado a recurrir a la bibliografía para completar su descripción. Según la página Actualidad de Barreiros su existencia se remonta al menos hasta el siglo X, aunque el edificio actual data de 1753 habiendo sido restaurado en 1993.

Su interior, y es una verdadera lástima que no pudiera visitarlo, tiene también bastante interés. Explica Xurde Morán que la iglesia tiene planta de cruz latina y cuenta con un notable retablo mayor, de estilo barroco, del cual he podido encontrar una fotografía en la que se aprecian, a ambos lados del sagrario, las imágenes de los Santos Niños, aparentemente también barrocas.




Retablo de la iglesia. Fotografía tomada de www.turismo.gal


Por su parte, ésta es la información que tengo recogida de la antigua -y lamentablemente desaparecida- base de datos del PIC (Puntos de Interés Cultural):


Iglesia parroquial de San Justo. Templo del siglo XVI con reformas posteriores. Nave rectangular con dos capillas laterales, con arcos de acceso, cubiertas a tres aguas. Dos arcos fajones soportan la techumbre de la nave. Arco triunfal y presbiterio más elevado que la nave, a cuatro aguas. Sacristía en la parte posterior, cubierta a tres aguas, y esquilón o campanil en el muro posterior de la sacristía.

Frontis con puerta adintelada, espadaña de dos vanos y cimacio. Retablo mayor barroco, 1775. Los otros retablos revisten poco interés.


Según el Inventario artístico de Lugo y su provincia. Tomo I la iglesia fue construida en el siglo XVI, siendo reformada posteriormente. Es de una nave con dos capillas laterales, capilla mayor y sacristía. El retablo del presbiterio, de estilo barroco regional, cuenta con varias imágenes incluidas un san Justo y un san Pastor de 110 centímetros de altura. En la capilla lateral derecha un retablo neogótico alberga otras dos imágenes de los Santos Niños de factura reciente que, cabe suponer, serán las utilizadas para celebrar la festividad, y en el retablo del muro lateral derecho del presbiterio se encuentra otro san Justo de besar, barroco, de 55 centímetros.

Poco más puedo añadir salvo que, pese a lo exiguo de su población, en San Justo se celebra la festividad de sus titulares los días 6 y 7 de agosto.




Cartel de las fiestas patronales de San Justo de Cabarcos


El arroyo de San Justo


La Gran Enciclopedia Gallega cita a un arroyo de San Justo que discurre por el término municipal de Barreiros. Cabe suponer, dado su nombre, que discurra por las cercanías de San Justo de Cabarcos, pero no he conseguido encontrarlo reflejado en ningún mapa, ni en el del artículo que dedica a Barreiros la citada enciclopedia, ni en ningún otro incluyendo a Google Maps.

Gracias a una página de senderismo pude identificarlo como un regato anónimo que, según Google Maps, discurre al sur de la iglesia y de lo que pudiera considerar el núcleo principal del pueblo, el cual confluye con otros hasta formar el denominado rego Pusigo, tributario por la derecha en el principal curso fluvial de la zona, el río Masma, que desemboca en la cercana ría de Foz. Pese a su escasa importancia, merece la pena citarlo aunque sólo sea a título de topónimo menor.




1 ALBA, Ángel. Los Santos Niños en el santoral hispano-mozárabe en España. Puerta de Madrid, nº 1.345. Alcalá de Henares, 31-7-1993.

Ver también:
La presencia de los Santos Niños en Galicia (II). La provincia de Lugo


Publicado el 19-9-2019
Actualizado el 1-6-2023