Los Santos Niños en España
Su culto en Diustes (Soria)





Vista panorámica de Diustes



“En tierras de Yanguas son muy conocidas las justas cuyo nombre se le dio nuestros santos, heredando sus naturales de padres a hijos una singular devoción con que procuran, exediéndose unos a otros, celebrar la fiesta de los santos procurando el mayordomo a quien le toca adelantarse en lo que puede.”

Anales Complutenses


Diustes es una pequeña localidad soriana situada 53 kilómetros al norte de la capital provincial y cercana al límite con la vecina provincia de la Rioja, de la que le separa la sierra de Camero Viejo. Ubicada al este del puerto de Piqueras y al oeste de Yanguas, el principal núcleo de población de la zona, los dos ríos que confluyen en su término, el Hostaza y el del Valle, son tributarios del Cidacos, a su vez afluente del Ebro. De hecho, históricamente Diustes ha estado muy vinculada a la Rioja, su salida natural aguas abajo, perteneciendo eclesiásticamente a la diócesis de Calahorra hasta el 28 de noviembre de 1955, fecha en la que pasó a depender, junto con otras cincuenta parroquias sorianas de esta diócesis riojana, a la de Osma, que a partir del 9 de marzo de 1959 pasó a denominarse de Osma-Soria.

Desde el punto de vista de la administración civil Diustes es uno de los 25 pueblos que conforman la Tierra de Yanguas, una de tantas merindades surgidas en Castilla durante la Edad Media que aún hoy sigue existiendo, siendo responsable de la gestión de los bienes comunales: montes, caminos, archivo histórico y el santuario del Santo Cristo de la Villavieja, patrón de la Merindad. Aunque durante siglos los arrieros yangüeses fueron famosos en toda España, hasta el punto de que el propio Cervantes se hizo eco de ellos en el Quijote, la desaparición de la Mesta provocaría el irremediable declive de esta tradicional profesión y de la comarca que la sustentaba, decadencia que se agravaría con la despoblación del campo español -que en la provincia de Soria alcanzó cotas alarmantes- a partir de los años sesenta del pasado siglo.

Por fortuna, en los últimos años las cosas han mejorado algo, y buena prueba de ello es que en 1999 se recuperó la procesión del Cristo, interrumpida desde hacía 25 años a causa de la despoblación de la comarca. Ésta se celebraba el lunes de Pentecostés -aunque ahora se ha trasladado al sábado anterior, para facilitar la asistencia de los residentes en otros lugares- con la participación de las cruces parroquiales, los pendones y los estandartes de todos los pueblos, que una vez reunidos en Yanguas desde allí se dirigen todos juntos en procesión hasta el santuario.




La iglesia de Diustes tras su restauración en 2006


El caserío de Diustes, enclavado en plena serranía, cuenta con parajes de alto valor paisajístico poblados de pinos, robles y hayas, siendo reseñable como paraje excepcional el “Hayedo de Diustes”, un entorno prácticamente intacto gracias al aislamiento de este rincón castellano situado entre dos de las principales vías de comunicación que enlazan Soria con la Rioja, al este de la nacional 111 Soria-Logroño por el puerto de Piqueras, y al oeste de la comarcal CL-115 que, siguiendo el curso del Cidacos, desciende desde Yanguas hasta las localidades riojanas de Arnedo y Calahorra.

Al estar recogido en el fondo de un estrecho valle, a 1.169 metros de altitud, Diustes constituye un excelente lugar de veraneo. En contrapartida los inviernos son largos y fríos, lo que unido a la aspereza de las tierras serranas ha hecho que su despoblación resultara pavorosa: de los aproximadamente 370 habitantes con los que contaba al iniciarse el siglo XX, pasó a los 240 de 1950 y a los poco más de 50 de 1970. Su declive fue tal que su municipio acabó siendo absorbido en 1981 por el cercano Villar del Río, del cual depende administrativamente desde entonces. Los censos recientes, ya como entidad local menor, dan las paupérrimas cifras de 3 habitantes en el año 2000 y de 6 en 2007, lo que le sitúa al borde mismo de la despoblación, aunque es de suponer que en verano su pulso se reactive gracias a los veraneantes y a sus antiguos vecinos, retornados temporalmente; sólo así se explica que se haya podido mantener viva la tradición del culto a los Santos Niños al menos desde los tiempos de los Anales Complutenses, en el siglo XVII, aunque con toda probabilidad es muy anterior a esa época estando vinculado al foco de culto a los Santos Niños de la cercana Rioja, antes que a otros lugares situados al sur de la provincia de Soria ya pertenecientes a la Extremadura castellana, de repoblación posterior.




Otra vista de la iglesia


En lo que yerra el autor de los Anales Complutenses es en el origen del nombre, ya que éste proviene de una corrupción de Los Yustes, a su vez derivado de la terminología medieval de Justo, o Juste, obviamente por san Justo. Esto no tiene nada de particular ya que existe una amplia variedad de topónimos derivados del nombre del menor de los Santos Niños, tales como Santiuste, Yuste, Sant Just, San Xusto, San Juste, Justel, Sanchús, Villayuste, Aldeayuste, Fustiñana, Hustias o Donaste, como tampoco lo tiene que san Pastor suela quedar marginado ante su hermano; pero lo más llamativo resulta que se trate de un plural y no de un singular, algo bastante más infrecuente. Lamentablemente desconozco las razones de esta pluralización, la cual habría que consultar a los filólogos especializados en topónimos.

Pero Diustes no sólo conserva el topónimo sino también el culto a los Santos Niños, algo bastante menos frecuente dado que los avatares de la historia acabaron convirtiendo en despoblados a muchos antiguos lugares vinculados al culto de los mártires complutenses, o bien vieron sus parroquias reconvertidas a otras advocaciones tales como la de la Transfiguración, o el Salvador. Diustes, por el contrario, mantiene vivo todavía hoy el culto a los santos Justo y Pastor, titulares de la parroquia y patronos del pueblo junto con la Virgen de la Soledad, lo cual es sin duda una de las mejores herramientas para mantener viva la cohesión del pueblo.




Pórtico de la iglesia


Pese a lo reducido de su demografía, los diusteños celebran por todo lo alto las fiestas patronales siempre en el fin de semana más próximo al 6 de agosto, con objeto de facilitar la asistencia a todos los interesados que, cabe suponer, provendrán mayoritariamente de fuera del pueblo. Los responsables de este milagro fueron los aproximadamente cien miembros -una cifra ciertamente elevada si la comparamos con la población estable- de la asociación “Amigos de Diustes”, creada en 1990 con objeto de revitalizar el pueblo organizando las fiestas patronales y promoviendo la restauración de varios edificios, junto con otras mejoras notables en otros de ellos.

Según las páginas web consultadas1, la noche anterior a la fiesta se prende una hoguera (una antiquísima tradición, posiblemente precristiana, que alcanza su máximo exponente en la no muy distante villa de San Pedro Manrique) y posteriormente se ronda a las mujeres colocándose en las puertas de las casas en las que habitan éstas tantas estampas de los santos como mujeres haya en ellas.

El día de la fiesta, por la mañana, se inicia con un volteo de campanas (el toque del alba) seguido de la tradición de vestir el ramo, consistente en adornar un cerezo silvestre con los pañuelos de todas las mozas del pueblo, todo ello acompañado por un pasacalles con gaiteros (en amplias zonas de Castilla se denomina así a los dulzaineros, ya que las gaitas de fuelle propiamente dichas son propias de las antiguas tierras de León, además del norte peninsular) y una procesión de los patronos por las calles del pueblo, todo ello rematado con la celebración de la misa. A continuación tiene lugar un aperitivo en las antiguas Escuelas animado por los gaiteros, tras el cual los asistentes a la fiesta, cantando y bailando al son de las gaitas, recorren las casas del pueblo degustando las bebidas y dulces típicos que las familias les ofrecen. Aunque en su día se cobraban las Aleluyas (aportaciones de los vecinos para contribuir a sufragar los gastos), hoy esto ya no se hace.




Procesión de los santos Justo y Pastor


Por la tarde, tras la comida, se celebra un baile, realizando la “corrida del rosco”, que consiste en correr delante del Ramo engalanado con pañuelos al son de la música mientras los chavales, con ramas, intentan azuzar en las piernas a los corredores con el fin de estimularles a correr más. Al final, se reparte rosco a todos los asistentes. Asimismo, y en torno a la fiesta, se desarrollan juegos infantiles y competiciones de mus, bolos, calva y otros deportes y juegos típicos de la zona, hasta que cae la noche.




Otra vista de la procesión de los santos Justo y Pastor. Se puede apreciar el ramo, precediendo a las imágenes


Al igual que en tantos otros lugares, también aquí se cuenta con un himno propio dedicado a los Santos Niños, cuya letra dice lo siguiente:


Oh gloria de España
Y de Diustes su honor,
Escuchad nuestros ruegos
Santos Justo y Pastor,
Que se elevan al Cielo en
Nuestra feliz canción.
Queremos profesaros
Sincera devoción,
Como abogados nuestros
Ante el Trono de Dios, (bis)
Trono de Dios.


Como se ve, y en contra de lo que cupiera pensar, se trata de unas fiestas muy completas para un pueblo tan pequeño, lo que indica claramente el gran arraigo que tiene lugar allí la tradición de los Santos Niños.

Pasemos ahora a describir la iglesia, para lo cual reproduzco la ficha correspondiente a la antigua base de datos del PIC (Puntos de información cultural):


“Parroquia de los Santos Justo y Pastor de Diustes. Siglo más relevante: XVI. Estilo relevante: gótico.

Iglesia con torre cuadrada muy elevada, construida de mampostería, con sillares en esquinas. Su exterior tiene poco que reseñar, por tratarse de una clásica iglesia de grandes volúmenes sin adornos. El interior es de nave única, con tres cuerpos y bóveda de crucería cuyos arcos van apoyados en ménsulas. Ábside semihexagonal con hermoso retablo renacentista del s. XVI, con columnas que inician una tendencia al barroco.

Coro elevado al principio de la nave, pavimentado con canto rodado formando dibujos del más fino estilo mozárabe, que recuerda la famosa “Alfombra del Portalejo” en San Millán de la Cogolla. Se encuentra situada en sitio muy pintoresco y próximo al puente llamado de Allende, construido con arcos de grandes dovelas.”




La nave de la iglesia vista desde el coro


En realidad el puente próximo se llama “de la Iglesia”, estando el de Allende, que sirve para comunicar el barrio homónimo con el resto del pueblo, más alejado. Olvida citar el anónimo redactor de la ficha el macizo pórtico de mampostería que, con tres arcos de ladrillo de medio punto -dos frontales y uno lateral-, sirve de entrada a la iglesia. A esta descripción hay que añadir que el edificio fue restaurado entre mayo y octubre de 2006, financiando las obras a partes iguales -un tercio cada uno de ellos- la Junta de Castilla y León, el Obispado de Osma-Soria y donaciones particulares de los parroquianos de Diustes -gentes con raíces en el pueblo, simpatizantes y diusteños-, además de una aportación de la comarca de las Tierras Altas de Soria. Esta intervención afectó a los tejados y al pórtico de entrada, cuyo arco lateral, que estaba cegado, fue abierto, quedando todavía pendiente el arreglo del interior.




Retablo mayor


El interior de la iglesia, tal como se describe en la ficha, es de una nave, con capillas laterales y bóveda gótica. El retablo mayor, manierista -es decir, de transición del renacimiento al barroco-, recuerda en sus trazas a algunos de los existentes en las iglesias alcalaínas, en especial a los que el Hermano Bautista talló para las iglesias de las Bernardas y Jesuitas, aunque la forma del ábside condiciona sus dimensiones y su disposición.




Imágenes de los santos Justo y Pastor en el cuerpo superior del retablo, a ambos lados del Calvario


Cuenta con un cuerpo central y dos laterales, más estrechos y formando ángulo, pero lo más interesante para nosotros son sin duda las dos tallas de los Santos Niños, posiblemente relieves, que aparecen en los áticos de los dos cuerpos laterales, flanqueando el Calvario que remata el retablo. Presumiblemente contemporáneas del retablo, estas dos imágenes van ataviadas “a la romana”con túnicas largas, al tiempo que portan como atributos sendas palmas de martirio y libros para resaltar su condición de escolares.




Imágenes exentas de los santos Justo y Pastor


Claro está que las imágenes del retablo no son las que salen en procesión, sino otras de bulto -es decir, tallas completas- que se conservan en la iglesia. Tal como se puede apreciar en la fotografía, éstas aparentan ser antiguas, aunque resultan difíciles de datar al corresponder a un estilo popular. Sus ropajes, constituidos por sendas túnicas talares con sus correspondientes capas, parecen más hábitos religiosos que vestimentas romanas, aunque este tipo de anacronismos suelen ser habituales en la iconografía de estos mártires. Completan su apariencia unas generosas cabelleras, faltando los atributos del martirio -las palmas- aunque dada la postura de las manos es probable que éstas existieran. Uno de ellos -san Justo- soporta en su mano izquierda un libro, mientras el otro no, quizá por haberlo perdido. Hubo otro juego de imágenes, más antiguas y bastante deterioradas, que se conservaban en un altar lateral, las cuales fueron robadas hace unos 30 años, junto con la cruz procesional, sin que hayan podido ser recuperadas. Tampoco se conservan fotografías suyas.

Para terminar, deseo expresar mi agradecimiento a “Diusteño”, quien me ha proporcionado amablemente todas las fotografías que ilustran el artículo así como gran parte de los datos que he utilizado para la redacción del mismo.




1 http://usuarios.multimania.es/diustes/
   http://www.pueblos-espana.org/castilla+y+leon/soria/diustes/
   http://www.foro-ciudad.com/soria/diustes


Publicado el 8-5-2008
Actualizado el 19-5-2008