La presencia de san Diego en Cartagena





Vista general de la iglesia de San Diego



En un reciente viaje a Cartagena, ciudad que no conocía, descubrí con sorpresa la existencia de una calle dedicada a san Diego... en realidad dos, puesto que una trasera paralela a ella se llama Trasera de San Diego. Y, aunque oficialmente la parroquia ubicada en ella o, mejor dicho, tras la pequeña plaza que en ella se abre, lleva la advocación del Sagrado Corazón de Jesús, una rápida consulta en Internet me confirmó que se trataba de la iglesia del antiguo convento de San Diego que en su día existió en Cartagena.

De hecho, en Cartagena se sigue conociendo como la iglesia de San Diego, pese a que han pasado ya 180 años desde que desapareciera como tal. Pero no nos precipitemos y estudiemos su historia. Según la página web de la parroquia, el 16 de noviembre de 1606 un grupo de franciscanos descalzos procedentes de Valencia obtuvieron permiso del rey Felipe III para fundar un convento, el cual fue construido en unos terrenos del entonces arrabal de San José. Los monjes se instalaron en él, todavía sin terminar, en 1609, poniéndolo bajo la advocación de san Diego, aunque las obras no finalizarían hasta 1614.


Fachada y retablo mayor de la iglesia


El convento estaba situado al este del casco urbano de Cartagena, en un lugar estratégico ya que era de paso obligado para los viajeros que accedían a ella por tierra. Conviene recordar las grandes transformaciones sufridas por el entorno de la ciudad en fechas reciente, a raíz de la construcción del Arsenal Militar durante el reinado de Carlos III y la posterior desecación de la laguna del Almarjal que la limitaba por el norte: a principios del siglo XVII Cartagena se asentaba sobre una península bordeada al sur por el puerto, al norte por la laguna del Almarjal y al oeste por el mar de Mandarache -actual Arsenal- y por un canal que comunicaba a éste con el Almarjal. En otras palabras, su única comunicación con el inmediato Campo de Cartagena pasaba por delante del convento y aún hoy la calle de San Diego sigue siendo paso obligado desde las tres estaciones con las que cuenta Cartagena -la de Renfe, la del ferrocarril de vía estrecha que la enlaza con el Mar Menor y con la antigua población minera de La Unión, y la de autobuses- hasta el centro de la ciudad.

En el momento de su fundación el convento se encontraba extramuros, pero durante los reinados de Carlos II y Felipe V las murallas comenzaron a ser ampliadas dentro de un ambicioso proyecto proceso de fortificación que concluyó en tiempos de Carlos III, de forma que el arrabal de San José -y por lo tanto también el convento- aparece ya incluido en el interior del nuevo recinto en un plano de 1721.

Gracias a las donaciones el convento logró acumular un importante patrimonio artístico, y en 1755 se le añadió una capilla de gran tamaño en el lado del Evangelio, la cual fue entregada a la cofradía de los terciarios franciscanos1. En 1835 fue víctima de la Desamortización de Mendizábal. Exclaustrados los monjes y vacío el edificio, en 1841 pasó a ser propiedad municipal, que ubicó en él la Casa de la Misericordia, una institución benéfica dedicada al cuidado de niños desamparados. Cabe suponer que en un principio se aprovechara el edificio del antiguo convento, pero entre 1923 y 1929 éste fue sustituido por un edificio de nueva construcción diseñado en estilo modernista por el arquitecto Víctor Beltrí. Esta institución, que posteriormente cambió su nombre por el de Hogar Escuela La Milagrosa, cerró sus puertas en 2006, siendo ocupado el edificio por dependencias de la Universidad Politécnica y del Ayuntamiento de Cartagena.


Cuadro y busto de san Diego


A diferencia del desparecido convento la iglesia sí se preservó, aunque sufrió serios desperfectos durante la Rebelión cantonal de 1873 que tuvo en Cartagena su foco principal. Una vez reparados éstos el templo se reabrió al culto el 13 de enero de 1875 bajo la advocación de Nuestra Señora de la Misericordia, la misma que la del hospicio asentado en el edificio del antiguo convento, aunque en 1887, coincidiendo con su constitución como parroquia, ésta fue cambiada por la actual del Sagrado Corazón de Jesús. Ese mismo año fue demolido el atrio, en cuyo solar una vez rebajado hasta alcanzar el nivel de la calle de San Diego, se construyó el jardín de la actual plaza de Jaime Bosch, mientras el acceso a la iglesia quedó configurado a través de una escalinata.

En 1926 el arquitecto Víctor Beltrí, embarcado entonces en la construcción del nuevo edificio de la Casa de la Misericordia, demolió su fachada original reemplazándola por la actual de estilo neorrománico, muy diferente al interior barroco. Tan sólo diez años más tarde, en 1936, fue saqueada y convertida en cuartel, perdiéndose la mayor parte de las obras de arte que atesoraba. Abierta de nuevo al culto una vez terminada la Guerra Civil, la iglesia fue sometida a unas obras de restauración a finales del siglo XX, y a una nueva reparación de las cubiertas en 2011.

Después de tantos avatares históricos, la pregunta que se nos plantea de forma inmediata es si se conserva algún tipo de iconografía de san Diego. La respuesta es positiva, aunque toda ella es moderna dado que entre lo poco que se pudo salvar después de toda la serie de exclaustraciones, daños y saqueos que padeció el templo, en especial un San Antonio atribuido a Salzillo, no se encuentra nada relacionado con su antiguo santo titular. En mi visita a la iglesia, en la que fui atendido con toda amabilidad, me mostraron un cuadro representando el milagro de las rosas y un busto, el primero colocado en la capilla lateral y el segundo en un altar del lado contrario, es decir, el de la Epístola. Ambos son de factura reciente y de artistas locales, aunque no pude averiguar ni los nombres de los autores ni su fecha de ejecución.




Relicario de San Diego, bajo el cuadro
Fotografía tomada de la página web de la parroquia


Asimismo en la citada página web de la parroquia aparece una información, lamentablemente sin fecha, sobre la llegada de una reliquia de san Diego. En la fotografía se ve al relicario colocado debajo del cuadro y, en una segunda fotografía correspondiente al momento de su recepción, se puede apreciar que el obispo que sostiene el relicario es monseñor Ureña. Según me ha comunicado don José Prieto la ceremonia tuvo lugar en 1999, durante el período (1998-2005) en el que el anterior prelado complutense estuvo al frente de la diócesis cartaginense, cabiendo atribuir a este vínculo común entre las dos ciudades la llegada de la reliquia a la parroquia de Cartagena.




Recepción de la reliquia de San Diego
Fotografía tomada de la página web de la parroquia


Para terminar, y además de agradecer a los responsables de la parroquia por su amabilidad, tan sólo me queda reseñar que ésta desarrolla una amplia actividad pastoral y social, incluyendo un coro parroquial que cuenta con himno propio, el Himno a San Diego, con letra de Toni Calderón y música de Juan Rojo:


HIMNO A SAN DIEGO

Por San Diego te conocen
en Cartagena ciudad.
Y es Corazón de Jesús,
el nombre del titular.
Abiertas sus puertas tiene,
todos tienen su lugar.
Y se comparte la vida,
en un clima de verdad.

Cantamos con ilusión
y una gran fraternidad,
al corazón del Dios vivo,
al corazón de la paz.
Con un himno de alabanza
que resuena más allá
de los faros y los montes,
de los vientos y del mar.

San Diego convirtió en flores,
el pan de su delantar
flores que aun hoy florecen
para el hermano alegrar,
con sonidos de campanas
que son gritos a la paz,
que destruyendo egoísmos
brindan solidaridad.

Cantamos con ilusión...

Dios bendiga a esta Parroquia.
Y su excelso titular,
reúna en un gran abrazo
a las gentes del lugar.
Y derrame sus amores
y nos reparta su pan,
un pan que engendra justicia
y produce libertad.

Cantamos con ilusión...




1 Juan de Dios de la Hoz Martínez, Luis de la Hoz Martínez. Restauración de cubiertas. Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Cartagena. XXII Jornadas de Patrimonio Cultural de la Región de Murcia. Murcia, 2011.


Publicado el 9-4-2015
Actualizado el 15-4-2015