Los afluentes del Henares
El Salado





Dentro de la serie de artículos que, poco a poco, voy dedicando a los distintos afluentes del Henares, en esta ocasión le ha llegado el turno al Salado, el primero de sus afluentes de importancia y que, como veremos más adelante, no debe su nombre ni a la casualidad ni al capricho. El Salado no es uno de los principales cursos de agua de la cuenca, pero compensa este factor con lo extenso de su cuenca (487 km2, superior a los 413 km2 del Bornova y a los 338 km2 del Cañamares y no muy inferior a los 547 km2 del Sorbe) y con el relativamente elevado número de sus afluentes. Sin embargo, dado que el Salado y sus afluentes drenan el alto páramo situado entre Atienza y Sigüenza, quizá la zona más árida de toda la cuenca del Henares, esta relativamente grande extensión no se traduce en un caudal medio apreciable: 0,55 m3/seg. en el año 1973-74, frente a los 0.82 del Cañamares, los 1,90 del Bornova, los 0,21 del Torote, los 5,65 del Sorbe y los 2,34 del Henares en Bujalaro, aguas abajo de su confluencia con el Salado y el Dulce; todos estos datos, como es natural, referidos al mismo año.

Como puede comprobarse a tenor de estas cifras, la importancia del Salado viene determinada mucho más por la extensión de su cuenca que por el aporte de su caudal; pero pese a lo mermado de sus aguas, el Salado posee la suficiente entidad como para que merezca ser recordado.




El Salado en el Barranco de Santamera


Pero pasemos a estudiar sin más dilación el curso de este río; el Salado nace de forma anónima, a 1.100 metros de altitud, en la vertiente sur de los Altos de Barahona, en el término municipal de Paredes de Sigüenza, y al igual que todos los afluentes por la margen derecha del Henares adopta rápidamente la dirección sur que ya no abandonará hasta su desembocadura. Siguiendo su curso el Salado pasa por los municipios de Riba de Santiuste, Imón y Santamera, donde su valle se encajona en una atractiva hoz. Pasada Santamera sus aguas se remansan en el embalse de El Atance, llamado así por el pueblo de igual nombre que quedó inundado al construirse la presa. El Atance, inaugurado en el año 2000, tiene una capacidad de 35 hectómetros cúbicos, y su principal misión es la de regular los riegos en el curso medio del Henares.

Una vez dejado atrás El Atance, el Salado cruza por Huérmeces del Cerro y Viana de Jadraque, hasta desembocar finalmente en el Henares, por su margen derecha, en las proximidades de Baides, a 840 metros de altitud, tras un recorrido de 44 kilómetros.




El Salado en Baides, cercano ya a su desembocadura


La principal característica de este río, a la que debe precisamente su nombre, es la alta salinidad de sus aguas, producida al atravesar él mismo las salinas de Imón y sus afluentes Alcolea y de la Hoz las de Gormellón y la Olmeda respectivamente. Como consecuencia de ello las aguas de este río no pueden ser aprovechadas para el riego, siendo frecuente ver a sus riberas desprovistas de árboles. Por esta razón la conveniencia de la construcción del embalse de El Atance llegó a ser bastante cuestionada a finales de los años noventa, al plantearse serias dudas sobre la posible utilidad agrícola de sus aguas, lo que no impidió que el proyecto, pese a todas las críticas recibidas, siguiera adelante.

En verano se llegan a formar, incluso, eflorescencias salinas en sus márgenes. Puesto que arrastra también grandes cantidades de tierra y arena, en ocasiones se ve cegado su cauce con los consiguientes trastornos producidos por el desbordamiento de sus aguas al anegarse las tierras de su vega.

Como ya he comentado con anterioridad, su red de afluentes es amplia y se distribuye por ambas márgenes. Por la derecha recoge las aguas del río de Alcolea, o Cercadillo, y del río Regacho; el primero de ellos se forma al norte del término de Atienza y, tras atravesar los de Cinco Villas, Alcolea de las Peñas y Cercadillo, se une con el Salado al norte de Santamera. El Regacho, por su parte, nace en el término de Riofrío del Llano, al sur de Atienza, y tras regar esta localidad y la de Santiuste desagua en el Salado en la falda de la Peña Alta, aguas arriba de Huérmeces del Cerro.

Sus tributarios por la izquierda también son numerosos aunque, como es habitual en su cuenca, poseen un escaso caudal. Ya en su cabecera el Salado recoge las aguas del arroyo o río del Berral, que tras nacer en la provincia de Soria atraviesa la localidad de Valdecubo para unirse por fin con el Salado; más al sur confluye con el río de la Laguna, en las proximidades de Imón, mientras el río de la Hoz, formado por la unión de los ríos Cubillo y Vadillo, nacidos ambos en las parameras situadas al norte de Sigüenza, el cual desemboca actualmente en un brazo del embalse de El Atance.


Publicado el 5-7-1986, en el nº 1.007 de Puerta de Madrid
Actualizado el 4-10-2015