Un incendio en 1958
Rebuscando por mis cada vez más caóticos archivos encontré esta fotografía de la cual lo único que puedo decir es que en el dorso figura la fecha del 2 de mayo de 1958, cuando yo todavía no había nacido aunque faltaba poco para ello. Desconozco quien pudo ser su autor e incluso como llegó a mis manos, aunque estoy seguro de que no se trató de ningún familiar mío, pese a que vivían en la cercana calle del Carmen Calzado amén de que, como cabe suponer, entonces no había ninguna cámara fotográfica en casa.
Dada la fecha supongo que sería tomada por algún fotógrafo profesional ya que entonces eran muy pocos los particulares que disponían de cámaras, pero ¿cuál de ellos? Quizás Panta, que tenía la tienda en Carmen Calzado muy cerca de la casa de mi abuela; pero también pudo ser cualquier otro de los que entonces trabajaban en Alcalá: Cerezo, Rey, Pedro, Paco... pero como la fotografía no está firmada, nada puedo afirmar al respecto.
Lo interesante de ella es que, tal como hiciera Baldo algunos años más tarde, no refleja los monumentos o los lugares típicos de Alcalá -la Universidad, la plaza de Cervantes, la calle Mayor...- sino que recoge una instantánea de la vida cotidiana de la ciudad en este caso referida a un suceso por fortuna poco habitual que en esos momentos, cuando Alcalá contaba con poco más de 20.000 habitantes y estaba a punto de experimentar un espectacular crecimiento, se convertiría necesariamente en noticia a nivel local.
La fotografía está tomada desde la calle Cervantes, y recoge lo que parece ser un incendio en el número 1 o en el 3 -no se aprecia bien- de la calle Ramón y Cajal. Aunque no se ven signos claros del incendio, humo o llamas, la presencia de una larga escalera extensible así parece indicarlo, la cual pertenecería probablemente a los bomberos de la base de Torrejón ya que era a quienes se recurría en estos casos dado que este servicio público tardó todavía bastantes años en implantarse en Alcalá.
Llama la atención, y a mi juicio es lo más interesante de la fotografía, el tropel de gente arremolinada para contemplar el espectáculo, un comportamiento mitad fruto de la curiosidad mitad morboso que por desgracia sigue dándose hoy en día, gracias al cual podemos apreciar como era la tipología social de una pequeña ciudad adormecida en pleno franquismo antes de que el crecimiento económico y los cambios sociales que éste acarreó transformaran irreversiblemente a nuestro país y a Alcalá.
Como puede comprobarse el cruce con la calle Mayor estaba atestado de mirones, al igual que los balcones de las dos aceras del inicio de la calle Ramón y Cajal, lo que indica que el presumible incendio alcanzó una notable relevancia. Es una lástima que en esos momentos Alcalá careciera de periódicos puesto que Nuevo Alcalá no empezó a publicarse hasta unos meses después, en agosto de 1958, lo que impide recurrir a la hemeroteca.
En cualquier caso, si algún lector pudiera aportar datos sobre este suceso local le estaría muy agradecido.
Publicado el 4-3-2025