La evolución de la población de Alcalá entre 1900 y 2023





Allá por 2006, cuando estaba procediendo a pasar a mi página personal todos los artículos publicados en Puerta de Madrid, me encontré con uno titulado Alcalá en el censo de 1991, el cual evidentemente se había quedado anticuado al haber pasado catorce años -lo había escrito en 1992- desde su publicación. Ante las opción de actualizarlo o bien la de escribir uno nuevo, me decidí finalmente por la segunda para poder así preservar el artículo primitivo a modo de documento histórico. Así pues, escribí Alcalá en el censo de 2005.

Ahora que ha vuelto a pasar otro puñado de años resulta conveniente volver a escribir un tercer artículo respetando, por análogos motivos, los dos anteriores. Podría, pues, pergeñar el titulado Alcalá en el censo de 20xx conforme a los últimos datos publicados disponibles, pero... estaríamos volviendo a las andadas, razón por la que creo preferible que este tercer artículo pueda ser actualizable año tras año sin necesidad de tener que dar estos saltos periódicos.

Además hay una buena razón para ello, puesto que al contrario de lo que ocurría hasta 1985, el Instituto Nacional de Estadística proporciona datos actualizados con una frecuencia anual -aunque en ocasiones con un notable retraso-, lo que no sólo facilita el trabajo sino que además nos está pidiendo explícitamente que las actualizaciones del artículo se ajusten asimismo a esta cadencia. Así pues, olvidémonos del nonato Alcalá en el censo de 2012 y de todos sus hipotéticos continuadores, y asistamos al alumbramiento del más genérico -y por lo tanto también más fácil de actualizar- La evolución de la población alcalaína entre 1900 y 20xx. Ciertamente será necesario ir cambiando de forma periódica el año final, pero esto no deja de ser un detalle menor.

Sin embargo, todavía nos queda otro tema pendiente. En los dos artículos anteriores, además de dar los datos de población de Alcalá a lo largo del tiempo, hacía también una comparación entre nuestra ciudad y otras poblaciones españolas de tamaño similar, algo que se ajusta mal a las pretensiones de actualización periódica de este trabajo. Por esta razón, he creído conveniente separar ambas partes en sendos artículos1, cada uno de los cuales seguirá a partir de ahora su propia evolución.

Terminado ya el pertinente preámbulo, podemos pasar ya sin más demora al estudio de la evolución de la población alcalaína durante el siglo largo que abarca el artículo, aunque es necesario advertir que, debido a las diferentes metodologías utilizadas desde entonces hasta ahora los datos en ocasiones no son tan fácilmente comparables como sería de desear; pero es lo que hay. Para empezar, tiempo atrás se diferenciaba entre la población de hecho y de derecho, algo que ahora no figura en las tablas del Instituto Nacional de Estadística, aunque en lo que a Alcalá respecta las diferencias no suelen ser muy significativas y no modifican las tendencias, que al fin y al cabo son lo verdaderamente importante. Por otro lado, tenemos también el problema de que durante algún tiempo se alternaron los censos nacionales con los padrones municipales, los cuales presentan algunas diferencias entre ellos tanto legal como estadísticamente; no obstante, y en aras de la simplicidad, los he utilizado de forma indistinta.

En resumen, entre 1900 y 1970 disponemos de los censos decenales realizados a nivel nacional los años terminados en cero, mientras que desde 1970 hasta 1986 -el padrón de 1985 se retrasó un año- éstos se alternaron con los padrones municipales de 1975 y 1986. Un documento publicado en la página web del Ayuntamiento de Alcalá -troceado, por cierto, en varios pdf-, en el que lamentablemente no se citan las fuentes, me ha permitido completar la mayor parte de los años comprendidos entre 1956 y 1985 que no figuran en las tablas del INE y tampoco corresponden a los padrones quinquenales. Faltan, por diferentes razones, los datos correspondientes a 1969, 1980, 1982 y 1984. Asimismo he descartado los valores de 1970 y 1971, el primero por discrepar con el censo nacional de este mismo año y el segundo justo por lo contrario, por coincidir sospechosamente con éste, lo que me hace dudar de su verosimilitud.

A partir de 1986, por último, disponemos de los datos anuales del Instituto Nacional de Estadística, referidos en esta ocasión al padrón municipal, excepto los correspondientes a 1997 debido a un nuevo cambio de fechas. En los censos de población, y hasta que tuvo lugar en 2001 la supresión de la diferenciación entre población de hecho y de derecho, he considerado siempre la primera de ellas, dándose la circunstancia de que entre 1900 y 1930 ésta fue siempre inferior a la de derecho, al contrario de lo que ocurrió desde el censo de 1940.

Todos estos datos vienen recogidos en la siguiente tabla, en cuya primera columna aparece el número total de habitantes, en la segunda el incremento sobre el valor anterior y en la tercera el porcentaje de aumento -o de disminución- de la población en ese mismo período.

botón

Hay que tener en cuenta que al variar de uno a diez años, según la época, los intervalos entre dos valores consecutivos, habría que dividir los porcentajes entre los períodos de tiempo correspondientes (no sería un cálculo exacto, aunque sí aceptablemente aproximado) para que pudieran ser comparables unos con otros. Veamos ahora representados en una gráfica los datos de la primera columna, es decir, las cifras totales de población:




Variación de la población de Alcalá en número de habitantes entre 1900 y 2023


Y los de la tercera, correspondientes a la variación en porcentaje en relación con los datos del censo -o padrón- anterior:




Variación de la población de Alcalá en porcentaje entre 1900 y 2023


Del estudio de esta tabla se deduce, como primera conclusión, la existencia de dos períodos muy bien definidos que se reparten el siglo XX prácticamente a partes iguales. En el primero de ellos, entre 1900 y finales de la década de los cincuenta, el crecimiento de la ciudad habría sido bastante moderado, incluso con una ligera caída en la década de los veinte. Sorprende el fuerte aumento de un 45 % entre 1930 y 1940, muy superior al 9,87 % de la media española, pese a la considerable sangría que entre muertos y exiliados provocó la guerra civil; se echa en falta el valioso dato de 1935, que nos habría permitido acotar el efecto del conflicto bélico sobre la demografía complutense, pero en cualquier caso la única explicación que se me ocurre es que pudiera haber habido una emigración relativamente importante para el pequeño tamaño de la Alcalá de entonces (durante buena parte de los años treinta España arrastró una grave crisis económica), presumiblemente procedente de los pueblos de la comarca o bien de la vecina provincia de Guadalajara.

Por el contrario, los años cuarenta supondrían una estabilización en el número de habitantes, que en una década tan sólo creció un 5,4 % dejando la población al borde de las 20.000 personas. A falta de datos del primer lustro de la década de los años cincuenta, se aprecia en ella un crecimiento moderado, pero continuo, que culmina en el importante incremento de casi un 10 % en 1960, rebasándose por primera vez los 25.000 habitantes.

Fue entonces cuando tuvo lugar la gran oleada migratoria que haría crecer a Alcalá de forma acelerada durante las dos décadas siguientes. Pese al 138 % de aumento que supuso doblar con creces la población, de los 25.000 habitantes de 1960 a los casi 60.000 de diez años más tarde, tanto el censo de 1970 como las actualizaciones anuales del padrón municipal estaban muy infravalorados debido a que en aquella época muchos alcalaínos recién llegados a nuestra ciudad se encontraban todavía sin empadronar. El ayuntamiento, consciente de que este problema reportaba serios perjuicios a la ciudad al ser tratada por la administración del Estado como una población mucho menor de lo que en realidad era, lo que se traducía en unas ayudas administrativas de todo tipo muy por debajo de las necesidades reales, realizó un gran esfuerzo para conseguir que el padrón de 1975 se ajustara a la realidad, al tiempo que se intentaba rebasar la cifra mágica de los cien mil habitantes... y no sólo por capricho o por vanidad, sino porque a partir de cien mil uno las ayudas administrativas aumentaban substancialmente. Finalmente, y tras grandes esfuerzos, esta meta se logró por los pelos, ya que tan sólo sobraron mil cuatrocientas dieciséis personas... eso sí, se escaparon muy pocos.

A partir de entonces los censos y padrones fueron bastante más ajustados, circunstancia a la que contribuyó el hecho de que la emigración explosiva de los años anteriores comenzó a moderarse e, incluso, a estancarse. No obstante, entre 1975 y 1981 hubo un incremento notable de cerca del 40 %, al que siguió un lustro de estancamiento con un crecimiento de sólo unas siete mil personas, es decir, en torno al 5 %. Esta diferencia tiene una explicación bastante clara: Eran los años de la crisis económica y, tras cierta inercia que hizo que en los últimos años de la década de los setenta Alcalá aún siguiera creciendo, vinieron luego los difíciles años de los primeros ochenta en los que la emigración quedó prácticamente colapsada a nivel nacional, debiéndose atribuir ese escaso 5 % en su práctica totalidad al mero crecimiento vegetativo de la ciudad.

Es necesario reseñar, por lo llamativo, la anomalía que supone el descenso de más de diez mil personas entre la actualización (no oficial) de 1985 y el padrón de 1986, algo difícilmente explicable dentro de la dinámica demográfica de la ciudad, que en esos años no perdió población o, si lo hizo, fue de forma muy limitada. La única explicación que encuentro es que debe de tratarse de un artificio estadístico, sin base real, debido al cambio de sistema en la recogida y la elaboración de los datos. Fue precisamente en 1986 cuando comenzó a aplicar el Instituto Nacional de Estadística su metodología actual cuyos datos, por razones que desconozco, no siempre coinciden no sólo con los anteriores, sino tampoco con los municipales posteriores a ese año. En cualquier caso esto es lo que hay, y teniéndolo en cuenta no invalida el estudio.




Detalle de la variación de la población de Alcalá en número de habitantes entre 1986 y 2023


La tendencia volvió a cambiar en el lustro comprendido entre 1986 y 1991, período de tiempo en el que Alcalá vio incrementada su población en unas quince mil personas, el doble largo del aumento ocurrido en los cinco años anteriores. También aquí la explicación parece clara: Una mejora de la economía nacional, el asentamiento y la expansión de la universidad y, aunque la emigración procedente de otras regiones españolas no aumentó significativamente, sí existieron en estos años unos considerables movimientos de población dentro de la propia provincia marcados por un descenso espectacular en el número de habitantes del municipio de Madrid, que entre 1981 y 1991 perdió prácticamente un cuarto de millón de personas. Es bastante probable, pues, que una parte significativa de estos quince mil nuevos alcalaínos provinieran bien de Madrid capital, bien de otros municipios cercanos, tendencia debida principalmente a que la carestía de la vivienda en Madrid expulsó a numerosas parejas jóvenes hacia municipios donde los pisos resultaban más baratos.

Entre 1991 y 1996 hubo un práctico estancamiento, con un aumento muy moderado de tan sólo unas 4.000 personas (el 2,5 %), seguido de unos incrementos mucho mayores entre 1996 y 2001 (13.000 nuevos alcalaínos, un 8 %) y sobre todo entre 2001 a 2005, cuando pese a tratarse de tan sólo cuatro años, el padrón experimentó una subida de 21.370 habitantes (más de un 12 %), la cifra más elevada desde principios de los años ochenta. En estos catorce años el aumento de población de Alcalá fue de 38.449 personas, casi una cuarta parte del total (24,13 %). A título de comparación, cabe recordar que en ese mismo período de tiempo la población española aumentó en un 11,85 % (de 39.433.942 a 44.108.530) y la de la Comunidad de Madrid en un 14,58 % (de 5.022.289 a 5.964.143). Como puede comprobarse, en ambos casos el incremento fue muy inferior al experimentado por Alcalá.




Detalle de la variación de la población de Alcalá en porcentaje entre 1986 y 2023


¿A qué se debe este incremento tan desmesurado? Pues básicamente, a dos factores. En primer lugar, los movimientos demográficos internos dentro del área metropolitana madrileña provocados por los elevados incrementos en el precio de la vivienda; mientras muchos madrileños desplazaban su residencia de la capital a los municipios de alrededor, en Alcalá ocurría también el mismo fenómeno, sólo que a escala más reducida, al asentarse antiguos residentes alcalaínos en los municipios de su entorno tales como Azuqueca, Villanueva de la Torre, Meco, Camarma, Villalbilla (recordemos que las urbanizaciones de los cerros pertenecen administrativamente a este último municipio) o Torres de la Alameda. Aunque ambos procesos provocaron efectos opuestos, cabe pensar que el balance demográfico de ambos pudiera haber dado un resultado ligeramente positivo.

El segundo motivo, con diferencia el más importante, fue la llegada de una numerosa población inmigrante, prácticamente inexistente a principios de la pasada década. Según un informe publicado en Puerta de Madrid el 8 de enero de 2005, al iniciarse ese año de los 197.804 empadronados en Alcalá 31.453 eran extranjeros, lo que supone un porcentaje del 15,90 %. Basta con hacer una simple resta para concluir que, de no haberse producido este aflujo de ciudadanos extranjeros, la población alcalaína sería por esas fechas de tan sólo 166.351 habitantes, muy similar a la de 1996 e incluso inferior en un 5,73 % a la de 2001. Claro está que estos cálculos son aproximados, pero en cualquier caso puede suponerse que, de no haberse producido este fenómeno, el crecimiento demográfico de la ciudad se habría quedado prácticamente estancado durante esta última década.

Recordemos que, según el citado informe, al empezar 2005 estaban empadronados en Alcalá naturales de 118 países diferentes, siendo los colectivos inmigrantes más numerosos los procedentes de Rumanía (12.046), Polonia (2.221), Colombia (2.114), Bulgaria (2.016), Ecuador (1.639), Ucrania (1.362), Nigeria (1.132) y Marruecos (1.098). Es fácil comprobar que la práctica totalidad del crecimiento de la población de nuestra ciudad en estos últimos años ha sido debida a la llegada de los inmigrantes, repitiéndose así, si bien en un ámbito mucho mayor dada la procedencia de estos nuevos alcalaínos, el fenómeno de llegada masiva de emigrantes (aunque en esta ocasión eran españoles) que tuvo lugar en las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo.

En lo que respecta a los años transcurridos desde 2005 hasta 2023, cabe reseñar que en 2006 se superó por vez primera, aunque por muy poco, la cifra de los 200.000 habitantes; la población empadronada volvió a caer por debajo de este valor en 2007 para volver a rebasarlo, esta vez con un fuerte incremento de 5.000 personas, en 2008. A partir de entonces, y coincidiendo con el estallido de la crisis económica, durante el siguiente lustro el padrón se mantuvo prácticamente estable, con pequeñas fluctuaciones hacia arriba y hacia abajo, en torno a los 204.000 habitantes. Esta tendencia cambió a lo largo de 2013, ya que los datos de enero de 2014 reflejan una importante caída de 4.055 personas, prácticamente el 2 % del censo. Esta caída se mantuvo durante 2014 aunque de forma más moderada, registrándose en enero de 2015 una disminución de 2.018 habitantes, la mitad de la del año anterior, lo que supuso la pérdida de la cota de los 200.000 habitantes cayendo la población empadronada a unos niveles similares a los de 2007.

Entre 2015 y 2018 se mantuvo la tendencia descendente si bien cada vez más atenuada, con unas pérdidas de 2.843, 1.597 y 559 habitantes respectivamente, de modo que la caída acumulada entre los 204.823 habitantes de 2013, último año con un crecimiento positivo, y los 193.751 empadronados el 1 de enero de 2018 ascendía a un total de 11.072 personas, lo que equivale a un porcentaje del 5,4 % respecto a los valores de 2013.

La pérdida de población se invirtió en 2019, año que registró 1.898 habitantes más que en 2018, una tendencia que se mantuvo en 2020 con un incremento prácticamente similar de 1.913. En estos dos años se recuperaron 3.811 de las 11.072 personas perdidas entre 2013 y 2018, aproximadamente una tercera parte del total, acercándose de nuevo la población total de Alcalá, con un censo de 197.562 habitantes, a la cota de los 200.000 perdida en 2014.

A la vista de esta tendencia positiva cabía suponer que se trataba del inicio de un nuevo ciclo de crecimiento demográfico, pero a principios de 2020 surgió un fenómeno inesperado: la pandemia de covid-19, que además de trastocar la economía al alterar la dinámica económica y social, con el previsible abandono del país de parte de la población, principalmente extranjeros, provocó un incremento notable de la mortalidad, sobre todo en la población de mayor edad o con patologías previas. El efecto conjunto de ambos factores afectó seriamente a la demografía española, que según los datos correspondientes a 1 de enero de 2021 había perdido 106.146 habitantes en relación con el año anterior, lo que equivale a un descenso del 0,22 %.

Alcalá no fue una excepción con una pérdida de 1.580 habitantes empadronados en 2021, lo que provocó una caída del 0,81 % del censo. Esta cantidad equivale casi al incremento de 1.913 registrado el 1 de enero de 2020, justo antes del inicio de la pandemia, por lo cual puede decirse que nuestra ciudad perdió a lo largo de 2020 prácticamente la misma cantidad que había ganado en 2019, con un saldo neto en el bienio de tan sólo 333.

En el momento de actualizar este artículo todavía resulta prematuro determinar la evolución futura de la demografía complutense con la pandemia y sus consecuencias ya superadas. Asimismo existe la incógnita de cómo pueda evolucionar la economía y por ende los movimientos migratorios, tanto internos como externos, lastrada por la mayor inflación de las últimas décadas y por las consecuencias de la guerra de Ucrania de la cual, dos años después de iniciada, todavía no se atisba el final. Habrá que esperar, pues, a los próximos años para comprobar si el crecimiento neto de población se recupera tras estos baches o si, por el contrario, volvemos a entrar en un nuevo ciclo negativo.

A fecha de 1 de enero de 2022 -todavía no había estallado la guerra- la población de Alcalá experimentó una moderada recuperación de 906 habitantes, lo que supone un crecimiento del 0,46 %, respecto a 2021, a la que siguió en 2023 un incremento de 2.296 equivalente a un crecimiento del 1,17 %, dos veces y media superior al del año anterior. Tras esta última actualización el censo oficial de Alcalá -el real es con toda probabilidad superior- alcanza los 199.184 habitantes, al borde de la cifra simbólica de los 200.000 y todavía 5.639 habitantes, equivalente a un 2,83 %, por debajo de los valores de 2013.

En cuanto a la población inmigrante, ésta se incrementó de forma espectacular durante los cinco últimos años del primer decenio del nuevo siglo, alcanzándose un máximo de 45.241 extranjeros empadronados en Alcalá con fecha de 1 de enero de 2012. En 2013, último año en el que la población total creció, se inició una ligera tendencia a la baja de los residentes extranjeros, que se incrementó en 2014 y continuó durante el trienio 2015-2017 hasta alcanzar los 29.818 censados en el padrón del 1 de enero de 2018.

Por el contrario en 2019 ascendió a 31.147 y a 32.142 en 2020, para volver a descender a 31.585 en 2021 y recuperarse ligeramente hasta los 31.705 en 2022, lo que supone un ligero aumento de 558 en este cuatrienio que lleva a la población extranjera al 70 % de su máximo histórico.

Y hasta aquí puedo llegar. Si ya de por sí la actualización de los datos publicados por el INE en su página web en lo relativo a la población extranjera llevaban años sin ser actualizados en lo relativo al desglose detallado de los países de procedencia, casi a mitad de 2024 siguen sin actualizarse ni siquiera lo que ellos denominan principales nacionalidades, por lo que a pesar de mi paciente espera -la parte anterior del artículo llevaba actualizada desde mediados de febrero de 2024- me veo obligado a dejarlo tal cual a la espera de que se dignen publicar estos datos... si finalmente terminan haciéndolo. Así pues, les presento mis disculpas por una negligencia de la que no soy en absoluto responsable, advirtiendo que de aquí en adelante los datos registrados llevan cuanto menos más de un año de retraso.

Se da la circunstancia de que no sólo la pérdida de población total en 10.173 habitantes entre 2012 y 2018, corresponde a la población extranjera, sino que incluso el descenso de esta última fue superior ya que se elevó a 15.423 personas en este período. La diferencia de 5.250 existente entre ambas cifras corresponde a un incremento neto de la población española, que pudo deberse tanto a movimientos migratorios internos, posiblemente dentro del área metropolitana madrileña, como a nacionalizaciones de parte del colectivo extranjero.

En 2019 la variación demográfica, en esta ocasión positiva, también fue causada mayoritariamente por la población extranjera, ya que de las 1.898 altas en el padrón tan sólo 569 -el 30 %- correspondieron a ciudadanos españoles. Por el contrario, en 2020 el reparto fue prácticamente al cincuenta por ciento, puesto que de las 1.913 altas 918 fueron españoles y 995 foráneos. En 2021 el descenso de 1.580 habitantes se debió en dos terceras partes a la población española, que perdió 1.023 empadronados frente a 557 extranjeros. Por último, de las 906 altas en el padrón de 2022, 786 fueron de españoles y 120 de extranjeros, un 86,8 % y un 13,2 % respectivamente.

Y eso es todo por ahora. Para terminar, queda tan sólo reseñar, a título de curiosidad, que a fecha de 1 de enero de 2022 la población de Alcalá era superior a la de siete provincias enteras, concretamente las de Cuenca (195.215), Zamora (167.215), Palencia (158.008), Ávila (158.140), Segovia (153.803), Teruel (134.421) y Soria (88.377). Comparando estos datos con los de 1991 y 2005, vemos que se mantiene igual con respecto a Segovia, Teruel y Soria, habiendo alcanzado a Palencia y Ávila (2005), Zamora (2012) y Cuenca (2020). aunque dada la pequeña diferencia existente, 1.673 habitantes a favor de Alcalá en 2022, puede fluctuar de un año a otro.

A su vez fue rebasada en 2004 por la provincia de Guadalajara, tradicionalmente con una demografía inferior a la complutense, que en la actualidad cuenta con 268.127 habitantes tras el fuerte incremento experimentado durante los últimos años. Este crecimiento se ha concentrado mayoritariamente en el eje de la autovía A-2 desde el límite provincial hasta Guadalajara, y parte del cual se debe paradójicamente a los propios alcalaínos desplazados a las localidades limítrofes (Azuqueca de Henares, Villanueva de la Torre, Quer, Alovera) a causa del menor precio de la vivienda durante los años de la burbuja inmobiliaria. Por el contrario, el resto de la provincia continúa perdiendo población tal como ocurre en muchas de las áreas rurales españolas.




1 Ver también:
Alcalá en la demografía española
La población extranjera de Alcalá


Publicado el 18-12-2013
Actualizado el 30-5-2024