La presencia de Cervantes en Santoña





Vista general del monumento



La villa cántabra de Santoña, conocida por sus conservas de pescado y en especial por sus afamadas anchoas, está situada en la bahía de su nombre, formada por el estuario del río Asón, a 45 kilómetros al este de Santander.

Aunque sobran motivos para visitarla junto con su vecina Laredo, de la que sólo le separa un estrecho brazo de mar, en esta ocasión el artículo está dedicado a su homenaje a Cervantes, doble dado que el escritor alcalaíno cuenta en ella con una estatua y una calle.


La estatua vista por ambos lados


La estatua está situada en la plaza de San Antonio, centro neurálgico de la población y por lo tanto un enclave privilegiado. En realidad no se encuentra exactamente dentro del recinto de la plaza propiamente dicho sino junto a su esquina suroriental, en la confluencia de las calles Cervantes -de la que hablaré más adelante- y Alfonso XII, por lo que el simbolismo es todavía mayor.

Se trata de una obra relativamente reciente, ya que fue erigida en 2005 en conmemoración del cuarto centenario de la publicación del Quijote. Su autor fue el veterano escultor Santiago de Santiago (Navaescurial, Ávila, 1925), de quien contamos en Alcalá con las estatuas del Arzobispo Carrillo y de Isabel la Católica inauguradas en 1987 y 2004 respectivamente.


La estatua vista de frente y detalle de la cabeza


La estatua, fundida en bronce, representa a Cervantes sentado, con la mano derecha sosteniendo una pluma en actitud de escribir y la izquierda, la que le quedara inútil en Lepanto, apoyada sobre lo que parecen ser varios rollos de papel. El rostro mira al frente, diríase que en busca de inspiración, en lugar de hacerlo al texto que está escribiendo, y en un reborde de la base inferior, junto al pie izquierdo, aparece grabada la firma de Santiago de Santiago.

La escultura está colocada sobre un pedestal en forma de pirámide truncada, en cuya cara delantera aparecen dos lápidas también de bronce. La superior alude a la inauguración del monumento, con el siguiente texto:




Primera lápida


CON MOTIVO DEL IV CENTENARIO DE LA PUBLICACIÓN DE LA
PRIMERA PARTE DEL QUIJOTE SE INAUGURÓ ESTE MONUMENTO A
MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA
OBRA DEL ESCULTOR SANTIAGO DE SANTIAGO
SIENDO ALCALDESA DE SANTOÑA
DÑA. MARÍA DEL PUERTO GALLEGO ARRIOLA
SANTOÑA, 23 DE ABRIL DE 2005
COMISIÓN DE CULTURA DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO DE SANTOÑA


La inferior, a su vez, reproduce el conocido principio de la obra cervantina:




Segunda lápida


En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no
quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía
un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga
antigua, rocín flaco y galgo corredor.

Miguel de Cervantes Saavedra.
Don Quijote de la Mancha. Parte Primera. Capítulo I
1605




Vista general de la calle Cervantes


En lo que respecta a la calle ésta, como ya he comentado, arranca de la esquina suroriental de la plaza de San Francisco y se dirige, en dirección sur, hasta una pequeña plazoleta en la que confluye con los dos tramos de la calle Santander, uno de los cuales continúa en su misma dirección hasta el monumento a Juan de la Cosa en el paseo marítimo, y las de Marqués del Robrero, Juan José Ruano y Los Claveles. No es una calle excesivamente larga -unos 140 metros- ni tampoco demasiado ancha, pero no por ello deja de tener su atractivo incluso, como me ocurrió a mí, bajo una torrencial lluvia.




Rótulo de la calle Cervantes


Publicado el 26-7-2018