La presencia de Cervantes en Benavente





Rótulo de la calle de Cervantes



Benavente, situada al noreste de la provincia de Zamora, es con sus casi veinte mil habitantes el segundo núcleo de población de la misma tras la capital, así como un importante nudo de comunicaciones ya que, además de ser atravesada por la A-6 Madrid-La Coruña, de ella arrancan las autovías de Asturias -que pronto se verá prolongada hasta Zamora, como parte que es de la Vía de la Plata- y la de las Rías Bajas. Puesto que su riqueza agrícola es notable -está asentada en la feraz vega donde confluyen el Esla y el Órbigo, no demasiado lejos de donde desagua el Tera- y cuenta asimismo con un importante patrimonio industrial, de todo ello cabe deducir que se trata de una población próspera a mitad de camino entre pueblo grande y ciudad pequeña, a la par que activa cabecera comarcal con un mercado semanal famoso en toda su provincia.

En lo que respecta a su patrimonio artístico, éste se agrupa en torno a dos notables iglesias -Santa María del Azogue y San Juan del Mercado- y lo que queda de lo que fuera el antiguo palacio de los Pimentel, ahora convertido en parador de turismo. Pero aun mereciendo la pena pasear por sus calles, en esta ocasión lo que nos interesa es el recuerdo que esta villa zamorana hace a Miguel de Cervantes y a su obra principal, el Quijote.

Comencemos por Cervantes. El nombre del escritor alcalaíno figura reflejado en el callejero de Benavente nada menos que por triplicado, ya que a la calle a él dedicada se suman dos travesías homónimas, numeradas con los ordinales 1 y 2 respectivamente. En realidad, justo es reconocerlo, no se trata de calles que tengan nada especial que reseñar, aparte claro está de a quien están dedicadas.




Vista general del monumento a Don Quijote


Caso muy diferente es el del Quijote. Desde fecha muy reciente -2005- y como conmemoración del cuarto centenario de la publicación de su primera parte, Benavente quiso sumarse a los homenajes realizados a nivel nacional erigiendo una estatua al Caballero de la Triste Figura. Eso sí, preciso es advertirlo, dado que su ubicación es algo excéntrica en relación con la zona monumental, el visitante interesado en conocerla tendrá que buscarla no en el casco antiguo sino en uno de los barrios nuevos de la localidad, concretamente en una de las glorietas que jalonan la avenida de Federico Silva, una moderna vía urbana trazada sobre lo que fuera la antigua travesía de la carretera nacional 6 antes de que ésta fuera desviada y sustituida por la actual autovía.




Detalle del monumento a Don Quijote


Como puede apreciarse en las fotografías, la escultura es de hierro y de considerable tamaño, recordando algo al Quijote alcalaíno de Sebastián aunque sin llegar a alcanzar su envergadura. Más figurativo que su homólogo complutense, aunque sin llegar al realismo, el Quijote benaventano exhibe los dos principales atributos de su figura, la lanza de caballero que esgrime en la mano derecha, y el libro abierto que sostiene con la izquierda. La armadura y la bacía convertida en yelmo completan su atavío.




Lápida conmemorativa del monumento a Don Quijote


Al lado de la glorieta, ya en la acera, una sencilla lápida también metálica completa el monumento a la vez que aporta información sobre el mismo. Su texto dice lo siguiente:




Detalle de la lápida del monumento a Don Quijote


BENAVENTE
A
MIGUEL DE CERVANTES
IV CENTENARIO DEL QUIJOTE
AÑO 2005


DONADO POR
ALUMNOS III CURSO PLAN FIP-TALLERES HALSA


Es decir, se trata de una obra colectiva realizada por un grupo de estudiantes de Formación Profesional, un caso relativamente similar al del grupo escultórico del Chorrillo, obra del club de jubilados del barrio. Aunque sus autores no hayan sido artistas de reconocida fama, el Quijote de Benavente es una obra muy digna y sin duda mucho menos costosa que aquellas salidas de manos mucho más cotizadas a las que no tiene demasiado que envidiar.


Publicado el 11-9-2008