Las gasolineras complutenses





La gasolinera San Isidro, la más icónica de Alcalá



En mi infancia, a mediados de los años 60, tan sólo había en Alcalá dos gasolineras, situadas estratégicamente en las dos entradas principales de la ciudad. En la confluencia de la Nacional II con la avenida de Madrid se encontraba la Gesa, y en el otro extremo de la ciudad, donde lo hacían la Nacional II y la avenida de Guadalajara, estaba la del Manco, que tomaba su nombre de un ventorro cercano ya desaparecido.

Bueno, en realidad había una tercera en el Gurugú entre la carretera de Santorcaz y la de Villalbilla; pero ésta, pese a su cercanía a nuestra ciudad, quedaba fuera de su término municipal por los pelos, perteneciendo al vecino ayuntamiento de Villalbilla.

Estas dos gasolineras siguen existiendo -también la del Gurugú-, si bien con nombres y suministradores distintos, y cabe suponer que hasta entonces no fueron necesarias más para la todavía reducida demografía complutense.

Las cosas comenzaron a cambiar precisamente entonces, con un crecimiento desaforado del censo alcalaíno que pasó de los 25.000 habitantes de 1960 a los 60.000 de 1970 y los 101.000 de 1975. Como cabe suponer las necesidades de todo tipo servicios se incrementaron en idéntica proporción, aunque las soluciones a estas demandas tardarían por lo general bastante más en llegar. Y las gasolineras no fueron una excepción.

Habría que esperar hasta 1968 para que llegara a Alcalá la tercera gasolinera, la de San Isidro, situada en la confluencia de la Vía Complutense con la calle Sebastián de la Plaza, intermedia entre las dos existentes aunque más cercana a la del Manco. Estaba también muy céntrica, lo que sin duda contribuyó a su asentamiento.

La cuarta fue la del Chorrillo, situada en la margen derecha de la avenida -entonces carretera- de Daganzo a la altura de la calle de Los Hueros. Desconozco la fecha exacta de su construcción, pero calculo que debió de ser a mediados de la década de 1970, aproximadamente a la par que el vecino barrio de Iviasa.

Y durante muchos años eso fue todo, ya que a pesar del enorme crecimiento de Alcalá no surgió ninguna otra gasolinera nueva. Esto se debía a la existencia de una normativa legal muy restrictiva que dificultaba la construcción de estos servicios, amén de que la distribución de los combustibles estaba prácticamente monopolizada por tres empresas: la desaparecida Campsa, Repsol y Cepsa. De hecho, creo recordar que allá por la década de los ochenta fue denegada la solicitud para abrir una estación de servicio en la carretera de Pastrana, junto al puente Zulema.

No fue hasta 1992 cuando la distribución y venta de combustibles dejó de ser considerada un monopolio, mientras en 1995 se suprimieron las distancias mínimas exigibles entre dos estaciones y en 1998 se alcanzó la libre competencia total. Así pues, no sería hasta entonces cuando las nuevas gasolineras comenzaron a surgir por toda la geografía municipal, en un número acorde con la demografía de la ciudad y con el tráfico de la autovía A-2, hasta llegar al total de veintiséis que tengo contabilizadas a mediados de 2021, pertenecientes a una docena de empresas o redes comerciales y cuyo listado completo puede ser consultado aquí.

Puesto que no me ha sido posible establecer un estudio cronológico de su crecimiento, voy a limitarme a considerar su distribución geográfica, bastante peculiar por cierto. Así, una parte importante de ellas están asentadas a lo largo del eje de la antigua Nacional II, lo cual resulta curioso ya que la variante de la autovía fue abierta en 1986, por lo que la mayor parte de las estaciones hoy existentes en este lugar fueron construidas cuando la carretera nacional ya no pasaba por allí y su antiguo trazado se había convertido en una vía periurbana de tráfico mayoritariamente local.

Sea por las razones que fueran, lo cierto es que en el tramo comprendido entre el puente del Torote y la plaza de las Veinticinco Villas, es decir, la actual Avenida de Madrid y su prolongación de la carretera regional M-300, he contabilizado siete gasolineras sin contar a la antigua Gesa. En el tramo de la Vía Complutense que atraviesa el centro de la ciudad se encuentran las tres antiguas de la plaza de las Veinticinco Villas, San Isidro y la avenida de Guadalajara. Por último, en la prolongación de la Vía Complutense hasta su confluencia con la autovía, o en sus inmediaciones, existen otras tres más. Son trece en total, justo la mitad de las existentes en Alcalá.

Otro importante eje es el de la carretera de Daganzo y su aledaña la de Ajalvir, buena parte de cuyos trazados discurren por zonas industriales. En la parte urbana de la primera, ahora avenida de Daganzo, hay tres gasolineras apiñadas en el corto tramo que discurre entre la glorieta del Chorrillo y el puente de la autovía: la ya citada del Chorrillo y otras dos nuevas que se alzan, contigua la una a la otra, en la rotonda de enlace con la avenida de Europa. Algo más allá, ya en los polígonos industriales, se alza una cuarta en la confluencia de la calle México.

Entre la avenida de Daganzo y la de Ajalvir, junto a la autovía o cercanas a ella, he contabilizado otras tres gasolineras, a las que hay que se suma una cuarta en la zona de la avenida de Ajalvir más cercana al barrio de La Garena. En total, ocho.

Las cinco restantes están muy diseminadas. Tres pertenecen a otros tantos centros comerciales (Hipercor, Carrefour y Alcampo), la cuarta se encuentra en el barrio de La Garena y la quinta en la confluencia de la carretera de Meco con la calle Villamalea.

Llama la atención que su distribución sea tan irregular, concentrándose la mayoría de las estaciones en los tramos periurbanos de la antigua Nacional II y en los polígonos industriales de las carreteras de Daganzo y Ajalvir. Si descontamos las situadas en los centros comerciales, nos encontramos con que las existentes en zonas residenciales son realmente pocas: las tres del tramo central de la Vía Complutense, la de La Garena -por cierto excéntrica en el barrio-, la de la carretera de Meco, la de la Vía Complutense vecina a la calle Luis de Medina... y poco más.

Sorprende asimismo la inexistencia de gasolineras en toda la mitad sur de la ciudad, tanto en Reyes Católicos -si hacemos excepción de las de la avenida de Madrid- como en la amplia zona que discurre entre el barrio Venecia y el puente Zulema, así como en la totalidad del Val. Desconozco las razones que puedan haber motivado esta llamativa asimetría, pero supongo que existirán aunque no alcance a entenderlas.


Publicado el 10-6-2021