A pesar de que el siglo XIX supuso una época de decadencia sin paliativos para Alcalá, no por ello dejaron de surgir en nuestra ciudad por aquellos tiempos alcalaínos de nación o de adopción de la talla de Manuel Laredo, Esteban Azaña, Eugenio Lucas Padilla... O Eduardo Pascual y Cuéllar.

Nacido en Alcalá en 1854, fundaría en nuestra ciudad, aún muy joven, los periódicos La Cuna de Cervantes y El Eco Complutense. Más adelante llegaría a ser director del madrileño diario El Globo.

Además de su vertiente periodística, nuestro personaje también se distinguiría por su faceta de autor dramático; en colaboración con otro autor, Soravilla, escribiría varias obras teatrales: Riesgos del azar (1874); Aventuras bohemias (1874); La última jugada (1875); Por el señor de la casa (1875); Dúo conyugal (1876); Un novio de encargo (1877); ¡Vaya un viaje! (1878); Beneficencia domiciliaria (1879); Un cabo suelto (1884) y Un centro de antigüedades.

Dentro del ensayo publicaría además las obras tituladas Los Alfonsos de España. Crónica de Castilla y León y el Manual del autor dramático. Su temprana muerte (falleció en Madrid en 1883 a los 29 años de edad) impediría que este médico que nunca llegó a ejercer, periodista y dramaturgo por devoción, llegara a alcanzar cotas más altas que las logradas en su breve pero fecunda vida.