El convento del Carmen Descalzo o de San Cirilo,
luego Casa Galera





Vista actual de la antigua iglesia de San Cirilo



De entre todos los antiguos edificios alcalaínos incluidos en el plan de restauración y rehabilitación de nuestra universidad el colegio de San Cirilo, convento del Carmen Descalzo o Casa Galera, que por todos estos nombres se le conoce al edificio en cuestión, merece ser recordado por dos razones: Primero, porque dentro del aparente estancamiento del plan de rehabilitación de edificios es éste el que presenta un estado de obras más avanzado, y segundo, porque su restauración, al contrario que en otros casos bien cercanos en el espacio y en el tiempo, sí está siendo respetuosa con el edificio al no pretender falsificarlo ni violentarlo sino, simplemente, restaurarlo.

Pero detrás de todo este proceso existe todo un colectivo de personas1, colectivo que ha conseguido rescatar un antiguo edificio que llevaba varios años abandonado para convertirlo en sede de una institución alcalaína. Veamos, pues, la historia de este edificio para concluir este artículo con una reseña sobre la restauración actualmente en curso que tendrá por culminación su uso como colegio mayor universitario.

Corría el año 1567. El padre fray Francisco Espinel, carmelita, fundó en la villa de Alcalá un colegio regular adscrito a la universidad complutense y destinado a formar a los futuros miembros de la orden carmelitana. Un año más tarde se produciría la reforma de esta orden que escindió a la misma en dos ramas, los calzados u observantes de la antigua regla, y los descalzos o seguidores de la reforma. Esta escisión tuvo consecuencias en Alcalá ya que el colegio del Carmen abrazó la regla de los calzados mientras fray Francisco Espinel, su fundador, se hacía partidario de los reformados descalzos.

La cuestión se saldó con la fundación de un nuevo colegio, esta vez para los descalzos, dándose aquí dos coincidencias curiosas: el fundador fue el propio fray Francisco Espinel y el edificio escogido para su ubicación fue el mismo edificio que ocuparan los carmelitas calzados antes de trasladarse a su residencia definitiva de la calle de Santa Úrsula.

Era el año 1570. Fundado ya el nuevo colegio, éste se instaló como ya quedó dicho en el edificio que antes ocuparan los carmelitas calzados y que los historiadores alcalaínos sitúan en la calle de los Colegios frente a la ermita del Cristo de los Doctrinos, es decir, donde se sitúa en la actualidad el colegio de los basilios. Recién iniciada su andadura contaría este colegio con un rector de lujo, san Juan de la Cruz, y con decididos apoyos de personas tales como la propia Santa Teresa de Jesús y los príncipes de Éboli. La pujanza de los carmelitas reformados y el hecho de que el de Alcalá fuera el primer colegio de los descalzos (luego vendrían los de Baeza, Salamanca y Valladolid) fueron circunstancias que contribuyeron también al afianzamiento de la fundación alcalaína.

Con el paso de los años el colegio sufriría nuevas modificaciones. Así, en 1581 y coincidiendo con el Capítulo de Separación entonces celebrado por las dos ramas del Carmen, cambió su antiguo nombre de Nuestra Señora del Carmen por el que ya sería definitivo de San Cirilo Constantinopolitano, por celebrarse el Capítulo en la festividad de este santo. Ya al filo del cambio de siglo, en 1598, el colegio abandonó su sede para trasladarse a la que sería su ubicación definitiva en la calle de Santo Tomás.

El nuevo edificio del convento se situó extramuros de la ciudad junto a la puerta de las Tenerías Nuevas, lugar situado hoy en la confluencia de las calles de Santo Tomás y Carmen Descalzo, en una disposición similar a la del convento de las carmelitas de Afuera, situado también extramuros junto a la vecina puerta de Aguadores. Poco es lo que se sabe de la arquitectura del convento debido a su total demolición en el siglo pasado; pero la traza de la iglesia, lo único que se conserva del convento original y aun muy modificada, y los restos del convento hallados en la excavación arqueológica permiten afirmar que se trataba de un típico convento carmelita bastante similar al cercano convento de Afuera.

Llegado el siglo XIX el colegio sufriría un intento de cierre en 1822 coincidiendo con la primera supresión de la universidad complutense. Soslayado este incidente, trece años más tarde sería exclaustrado y cerrado en la famosa Inocentada de Alcalá del 28 de diciembre de 1835, fecha que marca el inicio de la extinción definitiva de la fundación cisneriana.

Tras la exclaustración el antiguo colegio de San Cirilo pasó a ser, durante un breve tiempo, cuartel de caballería para convertirse, a partir de 1852, en cárcel, primero denominada Casa de Corrección y posteriormente Casa Galera, nombre este último que lo singularizaba como la única prisión femenina existente en España. Bastantes años después se demolió el antiguo convento para construir en su lugar una cárcel de nueva planta construida según los nuevos criterios introducidos por el cambio de actitud hacia el sistema penitenciario ocurrido por aquella época; se abandonaba el concepto de mazmorra para sustituirlo por la moderna concepción de cárcel. Se ignora con exactitud el año en el que tuvieron lugar las obras, aunque sí se sabe que en 1883 se construyó la verja de entrada al penal como remate de las mismas.

Continuando con la historia del edificio, vemos cómo en 1931 se trasladaron las presas a Madrid y se intentó convertirlo en un hospital psiquiátrico, proyecto que no llegó a realizarse viéndose sustituido por otro que hizo de la Galera un lugar de reclusión de vagos y maleantes. Durante la guerra civil (recordemos que Alcalá permaneció a lo largo de todo el conflicto en zona republicana) fue cárcel preventiva y depósito y, una vez terminada la contienda, cárcel política hasta 1947, fecha en la que fue cerrado de nuevo el edificio.

Algunos años más tarde, en 1955, se adaptó de nuevo como cárcel de mujeres construyéndose un cuartelillo para la Guardia Civil adosado a la fachada de la iglesia, la cual sufrió por este motivo un fuerte deterioro. La iglesia, por su parte, quedó abandonada apareciendo derruida la mayor parte de la techumbre allá por 1970.

Hace nueve años, en 1978, se suprimió la cárcel de mujeres incluyéndose el edificio de la Galera en la vecina prisión para hombres, función que cumpliría hasta que en 1982, con motivo de la inauguración de la nueva prisión de la carretera de Meco, se produjo el cierre definitivo de la Galera como centro penitenciario.

Finalmente, y tras superar un proyecto que preveía su demolición, la antigua Galera fue cedida en 1984 a la universidad de Alcalá, la cual decidió su restauración y adaptación como sede del futuro colegio mayor María Isidra de Guzmán, lográndose así la salvación de un edificio singular y su consiguiente aprovechamiento dentro de la trama urbana y social de la Alcalá del siglo XXI2.

Ésta es la historia, necesariamente breve por cuestiones de espacio, del antiguo colegio de San Cirilo, luego Casa Galera. Tan sólo me queda ya, pues, expresar mi agradecimiento a todos los integrantes del equipo de restauración del mismo por las facilidades dadas para la redacción del presente artículo.




1 El proyecto, cuyo equipo técnico ha corrido por cuenta de la universidad de Alcalá y el MOPU, ha sido financiado por la Comunidad Autónoma de Madrid. Las principales personas responsables del mismo han sido Javier Casado, Antonio Lizcano y Mª José Arnáiz en la parte histórica; Araceli Turina, arqueóloga; Ignacio de Luna y Antonio Sánchez Barrigo encargados de la restauración del retablo y las pinturas murales respectivamente, y los arquitectos Carlos Clemente y Carmelo Oñate. La parte material de la restauración ha sido obra de la Escuela-Taller de la universidad de Alcalá y de la empresa constructora Ulloa.

2 Pese a lo previsto inicialmente, tan sólo se concluyó la restauración de la iglesia de San Cirilo, continuando paralizada al día de hoy, noviembre de 2006, la de la contigua Galera.


Ver también La inauguración de la iglesia de San Cirilo


Publicado el 10-10-1987, en el nº 1.067 de Puerta de Madrid
Actualizado el 3-11-2006