La historia de la horchata





Fotografía tomada de la página web del Consejo Regulador de la denominación de origen Chufa de Valencia



La horchata valenciana, esa agradable bebida veraniega, tiene -o mejor dicho la chufa, su materia prima-, una denominación de origen que vela por su calidad. En su página web, a modo de presentación, se relata una presunta leyenda sobre su origen que también he visto reproducida en las etiquetas de algunas marcas:


“Cuenta una leyenda que una joven dio a probar una bebida blanca y dulce al rey de Aragón Jaime I “Es leche de chufa”, a lo que el rey le replicó diciendo, “¡Aixo no es llet, aixo es or xata!” (¡Esto no es leche, esto es oro, guapa!), de donde algunos atribuyen el nombre a esta bebida.”


Acto seguido se continua explicando que, leyenda o realidad, lo importante es disfrutar bebiéndola. Aunque queda bastante claro que la leyenda, de ser tal, es completamente apócrifa -mi opinión es que se trata de un mero reclamo publicitario-, en cualquier caso se trata de una iniciativa simpática siempre que no se la tome en serio, y no creo que los responsables de la denominación de origen pretendieran más.

Por su parte la prosaica realidad, inmune a los juegos de palabras -en valenciano se escribe orxata-, nos da una versión muy distinta del origen de la palabra. El DRAE hace derivar el término del latín hordeāta, hecha con cebada, lo que induce a suponer que proceda de la antigua y hoy prácticamente desaparecida agua de cebada, una infusión de granos de este cereal endulzada y aromatizada. Evidentemente la chufa, traída a España por los musulmanes, nada tiene que ver con la cebada, aunque cabe suponer que heredara el nombre por analogía en la elaboración de ambas bebidas.

Hasta aquí todo es correcto. ¿Dónde está, pues, el gazapo? En esta ocasión no se trata de un error flagrante, sino del poco rigor seguido por algunos -o bastantes- periodistas a la hora de contrastar los datos. En concreto, dando por buena la leyenda apócrifa -o publicitaria- del origen del nombre de la horchata limitándose a copiarla literalmente no en uno, sino en varios periódicos. Y aunque en ocasiones dejan claro, al menos de forma implícita, que la frase de Jaime I era figurada al explicarse a continuación su verdadera etimología en otras, como es el caso del artículo publicado en El Español el 12 de julio de 2019, se lo tomaban aparentemente en serio tal como parece sugerir la sustitución del texto final de la frase original:


“De donde algunos atribuyen el nombre a esta bebida.”


Por este otro sensiblemente más tajante:


“Y de ahí el nombre.”


¿Casualidad?


Publicado el 16-7-2019