¿Un canal en cuesta?





Fotografía de satélite del Canal de Panamá



Aunque esta sección nació para cazar gazapos en la prensa escrita, no por ello conviene desdeñar a los que triscan alegremente por otros medios de comunicación como la radio o la televisión, ya que en esencia todos ellos pertenecen a la misma especie leporina. Y aunque en este último caso pueda resultar algo más engorroso debido a la necesidad de transcribir los diálogos, no por ello iba a dejar que se libraran de ser capturados.

Éste es el caso del gazapo -más un lustroso conejo adulto espléndidamente criado- que soltaron el pasado 23 de febrero de 2020 en el programa de Radio Nacional de España No es un día cualquiera, dirigido en la actualidad por el periodista Carles Mesa. En su segunda hora de emisión, que en el organigrama del programa está comprendida entre nueve y diez de la mañana, y dentro de la sección El Orden Mundial, Carles Mesa llevó a uno de sus colaboradores, Fernando Arancón, a hablar de Panamá y, obviamente, también del canal homónimo que sirve de comunicación entre el océano Atlántico y el Pacífico.

El colaborador relató a grandes rasgos la accidentada historia de su construcción, desde el fracaso de Ferdinand de Lesseps al intentar abrirlo a nivel del mar, hasta su conclusión años más tarde por los norteamericanos tras forzar la independencia de Panamá de Colombia, dado que esta última se oponía, a la que se sumó la usurpación de la zona ribereña hasta su devolución en 1999, todo ello con una total corrección histórica. No ocurrió lo mismo cuando explicó que el problema con el que había tropezado Lesseps se solventó mediante un sistema de esclusas porque, y doy paso a la transcripción:


FA: -Pero Panamá tiene una dificultad extra que Suez no tenía, y es que el Atlántico y el Pacífico, esto es un dato que a menudo no se sabe, no están a la misma altura...

CM: -¿No están a la misma altura?

FA: -No, hay treinta metros de altura, que pensamos que es poquito pero no, a la hora de separar los océanos...

CM: -Claro, claro.

FA: -...es una barbaridad, así que no se puede hacer un tajo único, no se puede hacer una única trinchera que separe a los dos mares porque si no, básicamente, el agua de un océano iría al otro como se hizo en Suez. De hecho en Panamá hay que atravesar una montaña entera para lograr eso y bueno, básicamente cuando los franceses se ponen a trabajar en ese tipo de proyecto con un tajo único pues el dinero, básicamente, se acaba.


Aunque a esas alturas de la mañana todavía estaba bastante adormilado, me revolví literalmente en la cama. ¡Treinta metros de diferencia entre el nivel del mar en el Atlántico y el Pacífico! ¡Pero cómo podía haber proferido alguien tamaña herejía científica! ¿Acaso los periodistas no han estudiado el principio de los vasos comunicantes? ¿Flojean tanto en geografía que ignoran que, salvo algunos mares interiores como el Caspio, el resto de las aguas marinas están todas interconectadas? ¿El Canal de Panamá está en cuesta y yo sin enterarme?

En realidad los distintos mares del planeta -excluyo a los pertenecientes a cuencas cerradas, o endorreicas- no alcanzan exactamente el mismo nivel ya que diversos factores de índole local como la constitución geológica, la climatología, las corrientes marinas, las mareas o la salinidad introducen pequeñas variaciones que, aunque insignificantes, se pueden medir, algo que no invalida el principio general de que el nivel del mar es constante en cualquier región del planeta.

Y en efecto, existe un pequeño desnivel entre los dos océanos a la altura del Canal de Panamá debido a que la salinidad del Atlántico, y por lo tanto su densidad, es ligeramente superior a la del Pacífico, por lo que las aguas de este último están algo más elevadas; pero la diferencia entre ambos es tan sólo de unos 20 centímetros.

Ahora bien, veinte centímetros no son treinta metros, y por sí solos no habrían supuesto un problema irresoluble para los ingenieros de Lesseps. ¿De dónde procede tan escandaloso error?

Pues de algo tan sencillo -y tan falso- como suponer que las esclusas se construyeron para salvar el desnivel existente entre ambos océanos cuando, de haberse construido el canal sin esclusas, únicamente habría aparecido una ligera corriente marina tal como la existente -aunque aquí no es tan ligera- en el estrecho de Gibraltar a causa de la continua entrada de agua procedente del Atlántico al Mediterráneo, para compensar la mayor evaporación -y salinidad- de este último.

De hecho la construcción del Canal de Suez, que discurre en su totalidad a nivel del mar, no provocó ninguna entrada masiva de agua procedente del Mar Rojo, ni existen en él corrientes que dificulten el tráfico marítimo pese a que la diferencia de nivel entre el Mediterráneo y el Mar Rojo es todavía mayor en el Canal de Panamá.

El problema con el que tropezó Lesseps no fue, pues, el insignificante desnivel existente entre los dos océanos, sino la dificultad de salvar la accidentada orografía del terreno que se interponía en su trazado. Pese a que la longitud del futuro canal no era demasiado larga, poco más de 80 kilómetros -la del Canal de Suez es más del doble-, éste tenía que atravesar una cadena montañosa -la Sierra de la Culebra- que alcanzaba una altitud máxima de unos 65 metros sobre el nivel del mar; puede no parecer demasiado, pero sí lo fue para los medios técnicos de la época, a la que se sumaron la gran mortandad provocada por las enfermedades tropicales entre los trabajadores y la bancarrota de la compañía del ingeniero francés.

Finalmente la construcción de las esclusas permitió terminar la construcción del canal al no ser ya necesario que todo su recorrido discurriera a nivel del mar, de modo que en su parte central éste se eleva a unos 27 metros de altitud a través del lago Gatún, un embalse artificial que además de facilitar la navegación proporciona el agua necesaria para el funcionamiento de las esclusas. Éste es, según todos los indicios, el origen de los erróneos 30 metros esgrimidos por el periodista, los cuales son ciertos si consideramos la altura total de cada uno de los dos conjuntos de esclusas o, si se prefiere, la diferencia de nivel entre el tramo central del canal y sus dos embocaduras; pero desde luego, no entre el Atlántico y el Pacífico.

Así pues, suspenso en geografía y en física de bachillerato.


Publicado el 24-2-2020