Geografía botánica y zoológica española





Fotografía tomada de ABC


Introducción


Como es sobradamente sabido, abundan en España los topónimos curiosos, chocantes e incluso estrambóticos, y resulta fácil encontrar en internet ejemplos sobrados de ellos.

Dado que el tema resulta divertido, he decidido hacer una incursión limitándola, eso sí, a los relacionados con la zoología y la botánica, que no son pocos. He de advertir que, pese a contar ya con el titulado Geografía apócrifa española, en esta ocasión el enfoque es diferente, ya que si bien el citado artículo juega con los topónimos españoles sin restricciones temáticas, lo hace desde un punto de vista jocoso retorciéndolos en ocasiones para ajustarlos a la definición aunque sea a costa de la verosimilitud geográfica; no en vano surgió de una escisión de mi Diccionario apócrifo, inspirado a su vez en el conocido Diccionario de Coll.

En este artículo, por el contrario, he decidido respetar escrupulosamente las grafías originales sin cambiar ni una coma, con la única condición de que éstas sean coincidentes con el nombre de un animal o de un vegetal. Ojo, he dicho coincidentes, ya que en muchas ocasiones su etimología es diferente tratándose en realidad de una “evolución convergente”, tal como sucede, por poner un ejemplo conocido, con la ciudad de León, que debe su nombre no a este animal pese a su escudo heráldico, sino al término latino Legio por deberse su origen, como es sabido, al acantonamiento en ella de una legión romana.

Aunque muchos de estos pueblos y ciudades han asumido con naturalidad, e incluso con humor, la peculiaridad de sus nombres, en ocasiones no han faltado alcaldes, ignorantes de la historia pero descontentos con su herencia,que decidieron cambiarlos por otros más eufónicos, aunque también más artificiales cuando no decididamente pedantes; así ocurrió en 1953, por ejemplo, con la madrileña La Olmeda de la Cebolla, transmutada manu municipalis en La Olmeda de las Fuentes pese a que su apellido nada tenía que ver con este popular bulbo, sino con el término árabe gubaila, diminutivo de gabal o gebel que significa en español montaña.

Pero si tuviéramos en cuenta estos detalles se perdería buena parte de la gracia, a la par que tampoco quiero convertir este artículo, ni tampoco podría hacerlo al no ser ni de lejos un especialista en filología, en un tratado más o menos erudito de toponimia española; para ello hay sobrados expertos que sin duda lo harían mejor que yo, aunque probablemente de una manera menos jocosa.

Queda por advertir, por último, que me he limitado a recopilar los nombres -o, en su caso, los apellidos- de poblaciones cuando éstos coinciden con los de un animal o vegetal, con independencia de que sean palabras distintas -por ejemplo Zahara de los Atunes- o que se trate de una palabra compuesta como es el caso de Tornavacas, concediendo ciertos márgenes de tolerancia a la ortografía y la gramática.

Por el contrario, he excluido los derivados del tipo La Junquera, Robledo de Chavela o Manzanares, ya que de haberlos considerado la relación habría resultado excesivamente prolija. No obstante, queda todavía bastante tajo como para aprender un poco de geografía española al tiempo que esbozamos una sonrisa... o cuanto menos, ésa ha sido mi intención.

Así pues, pasemos sin dilación a nuestro listado. Empezando por las capitales de provincia, nos encontramos con León en el campo de la zoología, y con Granada, Palma de Mallorca y Las Palmas de Gran Canaria en el de la botánica. A ellas se suman las islas Canarias, que dieron su nombre a esta popular ave canora.

Fuera ya de las capitales, aunque poblaciones importantes, son la oscense Jaca, las murcianas Águilas y Mula, la zamorana Toro, las cordobesas Cabra y Palma del Río, la onubense La Palma del Condado, la leonesa -en esta ocasión por su apellido- Mansilla de las Mulas y la isla canaria de la Palma, cuya capital es Santa Cruz de la Palma.

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Geografía botánica


A partir de aquí será necesario profundizar en los libros de geografía, siendo preferible agrupar los topónimos siguiendo criterios taxonómicos. Así, dentro del apartado de las hortalizas y verduras nos podemos encontrar con las localidades de Ajo en Cantabria, Valdeajos en Burgos, El Ajo en Ávila y Ajofrín en Toledo; Cebolla en Toledo y Cebolleros en Burgos; Coles en Orense; Pepino en Toledo; Rábano de Aliste y Rabanillo en Zamora, Rábanos en Burgos, Los Rábanos en Soria y Tordelrábano en Guadalajara; Ñora en Murcia; Calabaza en Asturias, Calabazas en Valladolid y Calabazas de Fuentidueña en Segovia; Acedera en Badajoz, y dos Esparragosas (de Lares y de la Serena) también en Badajoz, junto con Esparraguera en Barcelona. Variantes de esta verdura son Trigueros en Huelva y Trigueros del Valle y Quintanilla de Trigueros en Valladolid. Completan la lista el río Nabón, que discurre por Burgos, y los barrancos del Nabo, en Murcia, y de la Fuente del Nabo en Teruel; la Sierra Cebollera en la Rioja y la Peña Cebollera en la confluencia de las provincias de Madrid, Guadalajara y Segovia, y la isla de Perejil, situada en las proximidades de Ceuta.

En cuanto a los cereales, nos encontramos con Cañada del Trigo en Alicante, Haza del Trigo en Granada, la Tierra del Trigo en Tenerife y la playa de Puerto Trigo en La Palma, junto con Otero de Centenos en Zamora y Aldeacentenera en Cáceres y Abena -cambiendo la v por una b- en Huesca. Dentro del ámbito oleícola tenemos, como la más conocida, a la valenciana Oliva, a la que se suman el monasterio de La Oliva en Navarra, Fuente de Oliva en León, El Olivar en Guadalajara, Fresnedillas de la Oliva en Madrid, Valdeolivas en Cuenca, Aceituna, Aceitunilla y Oliva de Plasencia en Cáceres, Oliva de la Frontera y Olivenza -forzando un poco la etimología- ambas en Badajoz, Canillas de Aceituno en Málaga, La Oliva en Fuerteventura y la minúscula isla de la Oliva en Cantabria. Las legumbres, por su parte, cuentan con la modesta aportación de la leonesa La Faba y la sevillana -un tanto forzada- Lantejuela.

Continúa el apartado botánico con diversos topónimos dedicados a las frutas y los frutales. Las populares manzanas están representadas por el puerto del Manzanal y la localidad de Valdemanzanas en León, el río Manzanas que da nombre a los pueblos ribereños de Riomanzanas y Villarino de Manzanas en Zamora, el Valle de Manzanedo en Burgos, Navalmanzano en Segovia, Manzaneque en Toledo y varios Manzaneda repartidos entre las provincias de Orense, Asturias, León y Vizcaya.

Las peras también cuentan con abundantes topónimos: La Pera en Gerona, Matadepera en Barcelona, Villanueva de las Peras y Villadepera en Zamora, Peral de Arlanza en Burgos, Perales en Palencia, Navalperal de Pinares y Navalperal de Tormes en Ávila, Perales de Alfambra en Teruel, Capdepera en Mallorca, Peralveche en Guadalajara, el río Perales, Perales de Tajuña, Perales del Río y Villanueva de Perales en Madrid, Perales del Puerto en Cáceres y Alpera en Albacete

Otras frutas familiares son Ciruela en Soria, su plural Ciruelas en Guadalajara, varios Ciruelos -en ocasiones con apellido- en Burgos, Segovia, Toledo y Guadalajara y Pruna -el pruno es una variedad silvestre del ciruelo- en Sevilla; otros tantos Cerezo -por lo general también con diversos apellidos- en Guadalajara, Segovia, Burgos y Cáceres, junto con Cerecinos del Carrizal en Zamora y Riocerezo en Burgos; Albaricoques en Almería; Melón y Sandiás -la tilde lo desvirtúa un tanto- en Orense; El Membrillo en Toledo, Membrilla en Ciudad Real y Membrillera en Guadalajara; Piña de Campos en Palencia y Piña de Esgueva en Valladolid y, como nota exótica, Quintanilla del Coco en Burgos.

Un cultivo tan arraigado en España como la vid está representado por La Vid, La Vid de Bureba y Quintanilla de las Viñas en Burgos, Viñas, San Pedro de la Viña y San Cristóbal de Entreviñas en Zamora; Viñuela de Sayago en Zamora, Viñuela en Ciudad Real y Málaga; Viñuelas en Cáceres, Madrid, Guadalajara y Valencia; Las Viñas y Viñuela en Granada; La Parra en Badajoz, La Parra de las Vegas en Cuenca, Las Parras de Castellote en Teruel y Arrancacepas en Cuenca.

Aunque el protagonismo del topónimo Granada corresponde a la ciudad de la Alhambra, existen también Alhama de Granada y Beas de Granada en la provincia homónima, La Granada y Font Granada en Barcelona, El Granado y La Granada de Río Tinto en Huelva, Granadilla en Cáceres y Granadilla de Abona en Tenerife, Granátula de Calatrava en Ciudad Real y, por último, el río Granada en Vizcaya. Paradójicamente los cítricos apenas existen salvo el Naranjo de Bulnes, uno de los más emblemáticos montes asturianos; Limones en Granada, Los Limoneros en Alicante y el cabo de Punta Limones en Lanzarote.

Mucho más abundantes son las Moras, de las que hay alrededor de una decena repartidas por varias provincias, siendo las más conocidas la turolense Mora de Rubielos, la tarraconense Mora de Ebro y la toledana Mora. Todavía más -hasta 23 poblaciones según la Wikipedia, repartidas por diversas provincias- llevan por nombre La Higuera, con o sin apellido y en singular o plural, junto con la localidad albaceteña de Higueruela, Fuentelahiguera de Albatages en Guadalajara, Trahiguera -o Traiguera- en Castellón, el río Higuerón en Málaga y Figueras -Figueres significa en catalán higueras- en Gerona. Concluye la relación de topónimos frutales con El Madroño en Sevilla y Madroñera, en Cáceres.

El recuerdo a los frutos secos viene de San Esteban de Nogales y Nogarejas en León, Nuez, Vega de Nuez y Alcubilla de Nogales en Zamora, La Nuez de Arriba y La Nuez de Abajo en Burgos, Nogales en Badajoz y los dos Noguera -sinónimo de Nogal- afluentes del Segre, el Noguera Pallaresa y el Noguera Ribagorzana; Almendra en Zamora y Salamanca, El Almendro en Huelva, Almendres en Burgos, Almendros en Cuenca, Almendralejo en Badajoz y Almendricos en Murcia; Valdeavellano en Guadalajara. Valdeavellano de Tera y Valdeavellano de Ucero ambas en Soria, Avellanos en Lérida, Avellaneda en Ávila, tres Avellanosa -apellidadas, respectivamente, del Páramo, de Rioja y de Muñó- en Burgos y Avellanet en Lérida, junto con numerosos topónimos Aveleira y Aveleiras -avellano- repartidos por la geografía gallega, y Castañoso en León, Ramacastañas en Ávila y Castaño del Robledo en Huelva. Por último, la leonesa Sésamo y la onubense Isla Canela aportan su contribución a las especias.

Siguiendo con las especies arbóreas encontramos frecuentes ejemplos tanto de las coníferas como de la familia del roble. De las primeras existen El Quinto Pino y El Pino en La Coruña, Pino de Oro en Zamora, Pinos Puente y Pinos del Valle en Granada, Cantalpino en Salamanca, Fuentepiñel en Segovia, Pinós en Lérida y Pinofranqueado en Cáceres, El Cedro en La Gomera y El Sabinar en Murcia.

De las segundas Robles de Laciana, Robles de la Valcueva -ambos en León-, Valderrobres en Teruel, Robregordo en Madrid y Roblelacasa y Robleluengo en Guadalajara; Carballo -nombre con el que se conoce al roble en el noroeste de España- en La Coruña y Carballino en Orense; Encinas y Encinillas en Segovia, Encinas de Esgueva en Valladolid, Encinas Reales en Córdoba, tres La Encina en Cantabria, Salamanca y Alicante, Fuentelaencina e Hiendelaencina en Guadalajara, Encinasola en Huelva, Encinillas en Segovia y su variante Incinillas en Burgos; El Quejigo en Huelva; Rebollo y Fuenterrebollo en Segovia y Rebollo de Duero en Segovia.

Más variados son El Álamo en Madrid. Valdeolmos y Villar del Olmo, también en Madrid; Olmillos de Muñó y Olmillos de Sasamón en Burgos; Olmillos de Castro y Olmillos de Valverde en Zamora; Fuente el Olmo de Fuentidueña y Fuente el Olmo de Íscar en Segovia. Los Sauces en La Palma; Fuente el Saz de Jarama en Madrid y Fuentelsaz en Guadalajara. Fuentesáuco en Zamora, Fuentesáuco de Fuentedueña en Segovia, Saúca en Guadalajara, El Saucejo en Sevilla y Sabugo -una variante de saúco- en León. Por último, en la isla de La Palma nos encontramos con Los Tilos.

Los morales y las moreras aparecen en Torralba del Moral en Soria, Navalmoral de la Mata en Cáceres, Puerto Moral en Huelva, Moral de Calatrava en Ciudad Real y otras homónimas repartidas por diferentes provincias, y La Morera en Badajoz. Alrededor de una cincuentena de localidades que incorporan a su nombre el topónimo Fresno, entre las que se cuentan Fresno de la Polvorosa y Fresno de Sayago en Zamora; El Fresno en Ávila, Sequera de Fresno y Fresno de la Fuente en Segovia, Málaga del Fresno en Guadalajara y Aldea del Fresno, Fuente del Fresno y Fresno de Torote en Madrid.

Finalmente nos encontramos con El Haya y El Tejo en Cantabria; Algarrobo -pueblo y río- en Málaga, El Garrobo en Sevilla y El Algarrobico en Almería; Acebuches en Granada y El Acebuche en Huelva; Palmera en Valencia y La Palmita en La Gomera; el barrio malagueño de El Drago y los genéricos Suárbol en León y Arboleas en Almería.

Homónimos de arbustos y plantas tenemos Junco en Asturias y la variante Yuncos en Toledo; Acebo en Cáceres, León y Asturias, donde también existe un río Acebo, junto con la variante madrileña de La Acebeda; La Hiniesta en Zamora y, en su variante sin hache, Iniesta y sus vecinas Castillejo de Iniesta y Graja de Iniesta, en Cuenca; Hinojos en Huelva y al menos ocho Hinojosas, con y sin apellido, en diferentes provincias; Zarzalejo y Zarzaquemada en Madrid, Santa Cruz de la Zarza en Toledo, Santibáñez-Zarzaguda en Burgos, Zarzosa en la Rioja, Zarzuela de Galve en Guadalajara, Zarcilla de Ramos y Zarzadilla de Totana en Murcia y varias Zarza en Ávila, Cáceres, Badajoz, Cuenca y Huelva. Ya sin afinidad etimológica con el popular condimento, pero de grafía parecida, contamos por último con Torreperogil en Jaén.

Las ortigas están representadas en Ortigosa de Cameros en la Rioja, Ortigosa de Tormes y Ortigosa de Rioalmar en Ávila, Ortigosa del Monte y Ortigosa de Pestaño en Segovia, Ortigueira y el cabo Ortegal en La Coruña, y Hortigal en Cantabria. El tomillo en Tomellosa, Guadalajara, y Tomelloso, Ciudad Real; el hinojo en Hinojares y La Yedra, ambos en Jaén; Manzanillo en Valladolid y Manzanilla en Huelva; Coca en Segovia; Carrizo de la Ribera en León y alrededor de una docena de Carrizal y Carrizales en diferentes provincias; Cañas en la Coruña y la Rioja, Villacañas en Toledo, Valdecañas en Cáceres, -Villar de Cañas en Cuenca y Matalascañas en Huelva, junto con el río Cañamares en Guadalajara; Valdespino, Valdespino Cerón y Valdespino de Vaca -aquí también hace doblete con la zoología- en Cáceres, junto con otro Valdespino zamorano, Vega de Espinareda en León, cinco El Espinar -el más conocido se encuentra en Segovia- y al menos dieciséis Espino y Espinos repartidos por diferentes provincias.

Otras plantas son Cardona en Barcelona, Jodra de Cardos en Soria y El Cardoso de la Sierra en Guadalajara; Cambrón y Cambrocino en Cáceres y la Sierra del Cambrón en Murcia; Los Tojos en Cantabria, San Justo de Toxos Outos en La Coruña; El Abrojo en Valladolid y, cambiando al género femenino, la isla de La Toja en Pontevedra; la toledana comarca de La Jara, varias de cuyas poblaciones incorporan el término a su nombre junto con El Real de la Jara en Sevilla y, forzándolo un poco, Jaraíz de la Vera en Cáceres; Espartinas en Sevilla y las conocidas calle y estación de Atocha -otro nombre del esparto- en Madrid, y Algodonales en Cádiz.

Por último, contamos con San Juan de Beleño en Asturias y, cambiando el género masculino por el femenino, Beleña en Salamanca y Beleña de Sorbe en Guadalajara, acompañada esta última por las localidades vecinas de Puebla de Beleña y Torrebeleña. San Miguel de Cornezuelo en Burgos es la contribución de los hongos, y Tabaqueros en Albacete nos recuerda a una planta que más valía que no la hubieran traído de América.

Ya más genéricos son Fuentelcésped en Burgos, Las Matas en Asturias y en Madrid, Joarilla de las Matas y Villamoratiel de las Matas en León, Mas de las Matas en Teruel, Mataseca y Matilla de los Caños del Río en Salamanca y Matillas en Guadalajara. También pueden considerarse el río Henares, que discurre por las provincias de Guadalajara y Madrid, la minúscula isla de la Hierba en Cantabria.

Las flores, por el contrario, apenas están representadas. La más popular es con diferencia la rosa, como es el caso de la población y el golfo de Rosas en Gerona; Las Rosas, Rosa de las Piedras y Banda de las Rosas en La Gomera; Rosal de la Frontera en Huelva y Cañada Rosal en Sevilla, y el barrio madrileño de Chamartín llamado, cuando era municipio independiente, Chamartín de la Rosa.

De hecho, las únicas flores que le hacen competencia son Malva en Zamora y la popular playa valenciana de la Malvarrosa; Dalías -con tilde- en Almería, Liria -admitiendo el femenino- en Valencia y, mediante un ligero cambio de grafía, el barrio bilbaíno de Begoña.

A ellas se suman los genéricos Flores del Sil en León; Flores y Villaflor en Zamora; Casillas de Flores, Villaflores y Villar de Flores en Salamanca; Flores de Ávila y Villaflor en Ávila; Miraflores de la Sierra en Madrid y Miraflores de los Ángeles en Málaga; Villaflores en Guadalajara y Vilaflor en Tenerife.

Completan la relación botánica, ya con términos genéricos, Semillas, Matillas y Cogolludo en Guadalajara, Cogollos en Burgos, Granucillo -forzando la grafía- en Zamora y el río Seta en Alicante.

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Geografía zoológica


Dentro de la zoología el grupo animal más numeroso con el que nos encontramos es con diferencia el de los mamíferos, por lo que conviene subdividirlo a su vez en diversos apartados. Empezando por los animales domésticos, el ganado porcino es recordado en las localidades zamoranas de Puercas y Cerdillo; la burgalesa Atapuerca; Porqueros y el río Porcos, ambos leoneses; el asturiano Riodeporcos; el cabo lucense Fuciño do Porco, Hocico de Cerdo en castellano, y la jienense Porcuna. El ovino lo está en la madrileña Navalcarnero, las cordobesas Obejo y Fuente Obejuna, las cacereñas Ovejuela, Rivera Oveja y Rozacorderos y la murciana Churra, homónima de esta raza autóctona española.

En cuanto al caprino, además de la conocida ciudad cordobesa contamos con la coruñesa Cabrita, la asturiana Cabrales, la navarra Cabredo, las abulenses Blasconuño de Matacabras, Villar de Matacabras y Moraleja de Matacabras, la soriana Suellacabras, los salmantinos Cabrillas y el monte Peña de la Cabra, la conquense Valdecabras, las turolenses Cabra de Mora y Castel de Cabra, la barcelonesa Cabrils, la tarraconense Cabra del Campo, la castellonense Castillo de Cabras, la valenciana Chiva, la jienense Cabra del Santo Cristo y tres ríos Cabra en las provincias de Asturias, Cantabria y Córdoba, a los que se suman los ríos Cabrón en Zamora y Cabriel, en Cuenca y Valencia. El topónimo Cabrera aparece en una de las islas Baleares, en la comarca leonesa drenada por el río homónimo, en varias sierras situadas en Madrid, Almería y entre León y Zamora, y en diversas localidades en las provincias de León, Madrid, Guadalajara y Barcelona.

Más frecuentes son las referencias al ganado bovino: Morales de Toro en Zamora, Villatoro en Ávila, Segura del Toro en Cáceres, Montoro en Córdoba, El Toro en Castellón y Touro -en su grafía gallega- en La Coruña, en lo referente a los machos. Las hembras figuran en Valdespino de Vaca en León, Escuernavacas en Salamanca, Tornavacas en Ávila, Valdevacas de Montejo en Segovia, Illán de Vacas en Toledo, Cabeza la Vaca en Badajoz y Caravaca de la Cruz en Murcia. Abundan también los bueyes: Boimorto en La Coruña, Mombuey y Villar de Buey en Zamora, Tañabueyes en Burgos, Campillo de Altobuey en Cuenca, Valencia de Mombuey en Badajoz, Carcabuey en Córdoba y Cabeza del Buey en Badajoz.

También aparecen sus crías: El Ternero en Burgos, Fuentenovilla en Guadalajara, Peal de Becerro en Jaén, Cuevas del Becerro en Málaga y, forzándolo un poco, Becerreá en Lugo y varios Becerril, de los cuales los más conocidos son Becerril de Campos en Palencia y Becerril de la Sierra en Madrid. Por último, existen tres pequeños ríos cuyos nombres son diversas variantes de toro: el Torote que discurre por las provincias de Guadalajara y Madrid, el Torete que lo hace por la de Soria y comparte nombre con la pequeña localidad alcarreña de Torete, y el leonés Torío.

El ganado equino cuenta con representación en Cabeza del Caballo y Peñacaballera en Salamanca, junto con Navalcaballo en Soria; Villar de la Yegua en Salamanca, Sierra de Yeguas en Málaga, La Yegua Baja en Almería, Narros de Matalayegua en Salamanca, Navalpotro y el arroyo Matayeguas en Guadalajara y La Jaca -menos conocida que su homónima oscense- en Tenerife. Sus hermanos menores aparecen en Burricios en La Coruña, Boca del Asno en Segovia, Burriana en Castellón, el río Ahogaborricos en Valladolid, el pico Cabeza del Asno en Murcia y el pequeño promontorio de la punta de Calaburras, en Málaga. Por último,tenemos a Trasmulas en Granada junto a las ya citadas Mula -bañada por el río homónimo- y Mansilla de las Mulas.

En lo que respecta a las mascotas nos encontramos con el desfiladero de Despeñaperros, puerta de entrada natural de la meseta a Andalucía; Villar de Canes en Castellón y Zorita de los Canes en Guadalajara, y La Galga y Los Galguitos, ambos en la isla de La Palma. Y, en lo referente a los felinos, Gata en Cáceres, localidad que comparte nombre con la vecina sierra y con el homónimo cabo almeriense; Gata de Gorgos en Alicante; Gatón de Campos en Valladolid, Villagatón en León y Mazagatos en Segovia.

También menudean los topónimos alusivos a mamíferos salvajes tales como la isla de León, compartida por las ciudades de Cádiz y San Fernando, las onubenses Arroyomolinos de León y Gibraleón, y las pacenses Salvaleón, Calera de León, Cañaveral de León, Fuentes de León y Segura de León; El Oso en Ávila, Osa de la Vega en Cuenca y Ossa de Montiel en Albacete; los dos Javalíes, Nuevo y Viejo, en Murcia; Monóvar en Alicante y, ya cogido por los pelos, Cebreros en Ávila.

No obstante, las especies más frecuentes son el lobo y el ciervo. Del primero tenemos Matalobos en Pontevedra, Matalobos del Páramo y Valdelaloba en León, Lobeznos, Villalobos y Lober en Zamora, Villalobón en Palencia, Torrelobatón en Valladolid, el río Lobos en Soria, Riolobos y Arrolobos en Cáceres, Lobón en Badajoz y el islote de Lobos junto a la isla de Fuerteventura. Respecto al ciervo existen Cervatos en Cantabria, Cervatos de la Cueza en Palencia, Villardeciervos en Zamora, Villar de Ciervos en León, Villar de Ciervo en Salamanca, Villaciervos en Soria, La Cierva en Cuenca, la isla de Ciervos en el Mar Menor y, con una ligera distorsión del nombre, Ciérvana en Vizcaya, mientras la aportación gallega corresponde a la localidad lucense de Cervo. Y, como parientes del ciervo, tenemos a El Corciu en Asturias, Villacorza en Guadalajara y Cañada del Gamo en Córdoba.

Ya alusivos a animales de menor tamaño, nos encontramos con Valdezorras en Sevilla y El Raposo en Badajoz; Chinchilla de Montearagón -aunque este animalito también se cría para aprovechar sus pieles- y La Gineta en Albacete; Turón en Asturias, Granada y Málaga; Hurones en Burgos y Urones de Castroponce -sin hache- en Valladolid; Campo de Liebre en León y Lebrija en Sevilla; el río Ardilla -o Ardila- en Badajoz y la isla de los Ratones en Cantabria.

A mitad de camino entre los mamíferos salvajes y los domésticos se encuentran Rioconejos en Zamora, Villaconejos en Madrid, Valdeconejos en Teruel y varias islas Conejeras, todas de pequeño tamaño; la más conocida de ellas es vecina a la de Formentera, pero también ostentan este nombre la islas de Coelleira, frente a la ría lucense de O Barqueiro; un islote de Ibiza y otro situado frente a la localidad cántabra de Suances.

Eso sí, el topónimo relativo al mamífero de mayor tamaño, y también el más exótico, es sin duda el del complejo turístico Costa Ballena, en Cádiz, imposible de superar por razones obvias.

Menos comunes son las aves. Comenzando con las domésticas cabe reseñar, en lo relativo a las gallinas, a Pollos y Pozal de las Gallinas en Valladolid, Pollensa en Mallorca, Cantagallo en Salamanca, Gallocanta en Zaragoza y Gallipienzo en Navarra, Gallinero en Soria y Gallinero de Cameros en la Rioja, junto con los ríos Gallo y Pelagallinas, ambos en Guadalajara; asimismo, tomándonos ciertas libertades con la ortografía se podría añadir también El Poyo, en Zamora. Las palomas están representadas por Palomas en Badajoz, Maspalomas en Gran Canaria, Palomera en Cuenca, Palomares del Río en Sevilla y las dos pequeñas islas de las Palomas situadas respectivamente frente a Tarifa y Cartagena.

En Ávila nos encontramos con San Esteban de los Patos, mientras en León existe El Ganso. Oca está representada por varias aldeas gallegas de los municipios de Coristanco y Touro (aquí existen dos, Oca de Arriba y Oca de Abajo), ambos en la Coruña, y por otros dos de La Estrada (Oca y Oca de Arriba) en Pontevedra. En la provincia de Burgos está ubicada la comarca de Montes de Oca que apellida a varias de sus poblaciones de las cuales la más importante es Villafranca Montes de Oca, y donde tiene su nacimiento el río Oca. Algo similar ocurre en la vecina provincia de Álava, donde nos encontramos con Iruña de la Oca, Leciñana de la Oca y Nanclares de la Oca. Por último, forzando un tanto la grafía podríamos añadir también a la Ocaña toledana y a su homónima almeriense, una pedanía del municipio de Las Tres Villas.

Fuera de las aves domésticas y de la ya mentada Águilas, ostentan nombre de esta rapaz Aguilar de Campoo en Palencia, Aguilar de Campos en Valladolid y Aguilar de Codés en Navarra; Nidáguila y Aguilera en Burgos; Aguilar de Anguita en Guadalajara, Aguilar de la Frontera en Córdoba, Tardáguila en Salamanca y Aguilafuente en Segovia. Los buitres aparecen en San Esteban de los Buitres en Asturias y Buitrago de Lozoya en Madrid. Otras aves rapaces están representadas por Calatañazor en Soria y Cortelazor en Huelva, Gavilanes en León y Ávila, Los Gavilanes en Tenerife, y La Lechuza en Gran Canaria. Como accidentes geográficos existen el islote del Peñón del Águila en Cantabria, el pico del Buitre en Almería, la sierra y el pico del Buitre en Murcia, el río Milanos en Soria y el Barranco de los Cernícalos en Gan Canaria.

Los cuervos están representados por El Cuervo en Sevilla y también en Teruel; Cuerva en Toledo; Mota del Cuervo y el río Cuervo en Cuenca; Aldeacorvo en Segovia y el pequeño río Corvo en La Coruña. Otras localidades con nombres de córvidos son Graja de Iniesta y Graja de Campalbo, ambas en Cuenca y Grajera en Segovia; Cornejo en Burgos y el río Corneja en Ávila, que presta su nombre a varias localidades ribereñas; Urraca-Miguel en Ávila, Outeiro de Orraca en Orense y Puerto Hurraco -si hacemos caso omiso de la hache y del género masculino- en Badajoz.

Petrel, en Alicante, nos recuerda a las aves marinas, y en lo relativo a las de interés cinegético tenemos a la isla de los Faisanes, situada en la desembocadura del río Bidasoa y compartida con Francia; Codorniz en Segovia; Valdeperdices en Zamora, Laperdiguera en Huesca, Perdiguera en Zaragoza y El Perdigón en Zamora.

Nos encontramos con topónimos referidos a los parientes salvajes de las palomas en Tórtola de Henares en Guadalajara, Zurita en Cantabria y en Huesca y su variante Zorita en alrededor de una docena de topónimos repartidos por las provincias de Palencia, Ávila, Valladolid, Salamanca, Guadalajara, Cáceres y Castellón. Otras aves dan nombre a Ciguñuela en Valladolid, Estorninos en Cáceres, Avión en Orense, Cuquillo en Granada, Cucalón -forzándolo un poco- en Teruel, Pardilla en Burgos y Villanueva del Pardillo en Madrid. En el apartado de aves exóticas contamos con Los Loros en La Gomera y, más sorprendentemente, también en Ávila.

Como términos genéricos, por último, existen Avedillo de Sanabria y Santa Clara de Avedillo en Zamora, Pajarón y Pajaroncillo en Cuenca, Pájara en la isla de Fuerteventura y el barrio soriano de Los Pajaritos.

Completando el listado de los vertebrados contamos con peces en Zahara de los Atunes y la Punta del Boquerón en Cádiz, Truchas y Truchillas en León, Peralejos de las Truchas en Guadalajara, San Julián de Barbos y el río Mero en La Coruña, Son Sardina en Mallorca y el genérico Barbadillo del Pez en Burgos.

Los reptiles están representados por Lagartos en Palencia y Lagartera en Toledo; Pitón en Orense; Serpentiña en Lugo; Culebras en Cuenca, Culebrón en Alicante, la sierra de la Culebra en Zamora, el arroyo Culebro en Madrid y, tomándonos ciertas libertades gramaticales, Boadilla del Monte en Madrid, Tulebras en Navarra y el río Serpis en Alicante; Galápagos en Guadalajara y Galapagar en Madrid; y, como aportación mitológica, la isla balear de Dragonera.

Todavía menor es la presencia de anfibios, con tan sólo Ventas las Ranas en Asturias, Campillo de Ranas en Guadalajara, Cantarranas en Cádiz, Ranedo en Burgos, Villar de Sapos en Asturias y cuatro pequeñas aldeas, repartidas por las provincias de La Coruña y Lugo, que llevan también por apellido Sapo.

Quedan para finalizar los topónimos de invertebrados, principalmente insectos representados en la toponimia española por Escarabajosa de Cabezas en Segovia; La Mosca en Almería, Moscas del Páramo en León y Moscardón en Teruel; Tabanera en Burgos, Tabanera de Cerrato en Palencia y Tabanera del Monte en Segovia; Abeja de la Cuenca en Lérida y Abejera en Zamora; Chinchón -considerándolo aumentativo de chinche- en Madrid, y Hormigos en Toledo y los pequeños archipiélagos de las islas Formigues -Hormigas en catalán- en Gerona y de las islas Hormigas en Murcia.

Los arácnidos cuentan con el barrio malagueño de La Araña, la localidad oscense de Arañones y la comarca cacereña de Campo Arañuelo. Como representantes de los crustáceos tenemos La Llagosta -Langosta- en Barcelona y, aunque no sea del más conocido de ellos, los topónimos Galera, o La Galera, en Barcelona, Tarragona, Alicante, Murcia, Granada y Las Palmas.

Los moluscos se encuentran en El Caracol, un barrio de la localidad canaria de Telde, y el Alto del Caracol, un puerto de montaña de Cantabria y, ya un tanto cogidos por los pelos, en La Lapa en Badajoz, Navajas en Castellón y Pulpí en Almería. Por último, en Jaén existe el topónimo genérico de Larva, en Alcalá de Henares una finca agrícola lleva por nombre La Oruga, en Zamora se encuentra Gusandanos y en Guadalajara el río Aliendre recuerda, forzando un poco el nombre, a los huevos de los piojos.

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Publicado el 28-8-2018
Actualizado el 8-1-2024