Bytes versus papel





A raíz de los tiempos que corren, y vista la celeridad con la que los aficionados a la ciencia ficción hemos hecho nuestras las nuevas tecnologías informáticas y su concreción práctica en internet, la pregunta que podemos hacernos es: ¿el futuro es de los electrones, o del papel? La respuesta, como siempre suele ocurrir, no es sencilla. Veamos por qué.

En principio, y desde un punto de vista teórico, yo personalmente considero a ambos formatos perfectamente complementarios. Prescindiendo del gran cajón de sastre (con todo lo bueno y todo lo malo que eso implica) que es internet, lo cierto es que la publicación electrónica tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes, respecto a la tradicional en papel. ¿Cuáles son las ventajas? Pues básicamente, aquéllas relacionadas con todo lo que podría definirse como consultas enciclopédicas, y cualquiera que haya tenido que consultar la Espasa, pongo por caso, sabrá perfectamente a qué me refiero. Por el contrario, los libros electrónicos no acaban de arrancar, y la razón para ello es muy simple: Hoy por hoy, sigue resultando incómodo leer algo medianamente largo en el monitor del ordenador, y los lectores de libros electrónicos existentes en el mercado siguen sin conseguir emular a los libros de toda la vida, con lo cual su uso es mínimo. Puede que las nuevas generaciones no sientan ya nuestros prejuicios a favor de los libros de papel, puede que la tecnología mejore lo suficiente en un futuro... En cualquier caso, la cuestión está todavía, a mi modo de ver, bastante verde, con lo cual la conclusión es sencilla: Consultas de cualquier tipo, sí. Literatura, todavía no.

Centrémonos, pues, en la situación actual. ¿Con qué nos encontramos cada vez que nos conectamos a internet? Pues con un poco de todo. Por un lado, están las páginas básicamente de consulta, como las bases de datos o aquéllas que dan informaciones muy concretas sobre temas específicos, sean cómics, pulps, colecciones populares, cine, series de televisión... Se trata de páginas potencialmente muy útiles, puesto que en ellas se puede conseguir esa información deseada sobre Flash Gordon, la película Ultimatum a la Tierra o el número 111 de la colección Luchadores del Espacio. Otra opción son las páginas personales (a veces interesantes, a veces no tanto), las institucionales o las pertenecientes a una publicación convencional, en las cuales el mayor interés suele ser el informativo, ya que permiten estar al corriente de lo que se cuece en el fandom.

En el polo opuesto están los fanzines electrónicos (Qliphoth, La Plaga, Púlsar, Alfa Erídani...), magníficamente editados y que en nada tienen que envidiar a una revista tradicional salvo en la ausencia de papel. Se trata, de hecho, de revistas en el más amplio sentido de la palabra. El problema, el único e importante problema, es que hay que leerlas en la pantalla del ordenador, lo cual puede acabar resultando muy cansando, a no ser, claro está, que gastes una buena cantidad de folios y de tinta de la impresora para poderlas leer con comodidad... O que, si no te ven los jefes, te la imprimas en el trabajo. En cualquier caso, el grave inconveniente que tienen estas revistas es precisamente éste, el de su lectura.

Por último, tenemos lo que podríamos llamar casos intermedios, como Bibliópolis o el propio Sitio, donde se combinan los dos formatos (el de página web y el de revista) para dar un producto a mitad de camino entre ambos. Aquí, no obstante, también hay sensibles diferencias, ya que mientras en algunos casos el contenido se renueva periódicamente (como ocurre en Bibliópolis, u ocurría en la extinta Ad Astra), en otros como en el Sitio, por el contrario, tenemos todo acumulado ya que, aunque estructurado por secciones y con una página de presentación que permite acceder a las novedades, la información existente en el mismo se va incrementando semana a semana. Esto permite combinar la información, digamos, enciclopédica, con críticas, artículos de opinión y colaboraciones varias, sin olvidar los relatos, lo cual, además de cómodo, permite disponer de una importante cantidad, cada vez mayor, de información de todo tipo.


Publicado el 18-12-2002 en el Sitio de Ciencia Ficción