Reflexiones económicas




El banco malo

No hay bancos malos. Hay banqueros malos... o peores.


Bulimia y anorexia

¿Se han dado cuenta de que muchos españoles, quizá una mayoría, gestionan sus economías domésticas siguiendo unos comportamientos muy similares a los de los enfermos de bulimia y anorexia, sin saber ahorrar de forma mesurada en las épocas de vacas gordas, y sin controlar racionalmente sus gastos en las de vacas flacas?


La crisis financiera

Mientras no se adopten medidas para atajar la especulación feroz e impune de ciertos grupos financieros y bancarios que ni siquiera se molestan en ocultar su rapacidad, poco es lo que se podrá conseguir con soluciones como las adoptadas hasta ahora para intentar salir de la crisis que nos azota.

Al fin y al cabo, es lo mismo que si nos encontramos con alguien a quien una plaga de sanguijuelas le está chupando la sangre y provocando anemia: si en vez de exterminar a las sanguijuelas nos limitamos a trasfundirle sangre, lo único que conseguiremos será engordar a estos bichos, y no sanar al enfermo.


La cuenta de la vaca

Si un ganadero tiene una vaca, puede optar por dos alternativas: o ahorrarse dinero en pienso dándole de comer menos, o ganar más dinero ordeñándola más... pero tan sólo podrá elegir una de las dos, puesto que una vaca famélica suele dar muy poca leche.

Y si los empresarios y, sobre todo, los políticos, consiguieran entender esto, quizá las cosas pudieran marchar algo mejor en este país.


El cuento del burro del gitano

Érase una vez un gitano (con perdón) que tenía un burro (también con perdón). Puesto que el burro comía demasiado forraje y le salía muy caro, el gitano decidió reducirle la ración de comida haciéndole, eso sí, trabajar lo mismo. Al burro no le agradó demasiado la iniciativa, pero no le cupo otro remedio que aguantarse. Entonces el gitano, viendo la oportunidad de ahorrarse dinero, optó por reducírsela aún más, lo cual el burro se vio obligado a aceptar. El gitano, contento con su iniciativa, siguió dándole de comer cada vez menos al pobre animal, pero cuando más satisfecho estaba porque el burro seguía trabajando sin comer absolutamente nada, el muy ingrato fue y se le murió.

Moraleja: Cámbiese gitano por gobierno (con perdón) y burro por la doliente nación española. El resultado no andará demasiado lejos del triste final del desgraciado burro.


Economía y ciencia

Por mucho que se empeñen sus defensores, los hechos cotidianos demuestran de forma meridianamente clara que la economía tiene muy poco de ciencia, al menos en lo que a la metodología científica se refiere, ya que sus resultados no sólo no suelen ser reproducibles, sino que ni tan siquiera acostumbran a resultar predecibles.

A no ser, claro está, que quienes defienden su condición de disciplina científica estén pensando en realidad en las mal llamadas ciencias ocultas; porque, bien mirado, pudiera ser que en la práctica los economistas estén más cerca de los astrólogos y los nigromantes que de los físicos y los químicos.


Economía y finanzas

Si la economía es a la sociedad lo que la sangre al organismo, de modo que una crisis económica se podría identificar con una hemorragia, la actual crisis financiera se parecería más bien a una grave leucemia.


Los políticos y el alquiler de pisos

Suele ser bastante habitual que los políticos, con independencia de su pelaje, acostumbren a camuflar su responsabilidad, y su consiguiente fracaso, en la actual crisis inmobiliaria acusando a los españoles de a pie de ser muy señoritos al pretender tener un piso en propiedad en lugar de vivir de alquiler.

Con independencia del disparatado nivel que llegaron a alcanzar la mayoría de los alquileres no ya de viviendas normales, sino incluso de chamizos miserables, me gustaría preguntar a estos mismos políticos si ellos viven de alquiler o si, por el contrario, disfrutan de su vivienda -o viviendas- en propiedad... aunque sólo fuera por eso de dar ejemplo.

Claro está que creo saber la respuesta.


Pregunta tonta

Desde hace algún tiempo un banco español, de cuyo nombre no quiero acordarme por eso de no hacerle publicidad gratuita, presume de haber sido nombrado el mejor banco del mundo.

Lamentablemente, lo que nadie nos explica es si este superlativo es aplicable a sus accionistas o, por el contrario, tan sólo a sus clientes, algo que no es precisamente lo mismo.


La zorra en el gallinero

Dejar la responsabilidad de sacarnos de la crisis en las manos de los mismos políticos causantes de que cayéramos en ella, es exactamente lo mismo que poner a una zorra a guardar un gallinero.


Publicado el 29-8-2012
Actualizado el 14-4-2013