Miguel Antonio Catalán Sañudo



Zaragoza, 1894 - Madrid, 1957.

Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza, cursó el doctorado en la Junta para Ampliación de Estudios de Madrid, obteniendo el título de doctor en 1917 en la especialidad de Espectroscopía. Con posterioridad a su graduación, continuó trabajando en investigación y en la docencia, trasladándose en 1920 al Imperial College de Londres para ampliar estudios con el astrofísico Alfred Fowler. Años más tarde, entre 19254 y 1925, trabajaría con Arnold Sommerfeld en Munich.

A Catalán se le debe la introducción, en 1922, del concepto de los multipletes, un desdoblamiento de las rayas espectrales cuando se somete a los elementos químicos a determinadas condiciones, tales como por ejemplo un campo magnético, el cual resultó fundamental para el desarrollo de la Mecánica cuántica y que, en justicia, le debería haber hecho merecedor del Premio Nobel. Sus trabajos le granjearon el reconocimiento de los físicos más eminentes de su época, entre ellos algunos de la talla de Niels Bohr o el ya citado Arnold Sommerfeld.

Catalán fue uno de los promotores, junto con otros físicos españoles como Blas Cabrera y Felipe, Enrique Moles y Ormella, de la fundación en 1932 del Instituto de Física y Química, dependiente de la Junta para Ampliación de Estudios, siendo nombrado director de la sección de Espectroscopía del mismo. Dos años más tarde, en 1934, ganó por oposición una cátedra de Estructura atómico-molecular y Espectroscopía recién creada en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Madrid.

Debido a sus vínculos con la Institución Libre de Enseñanza, al terminar la Guerra Civil fue depurado de sus cargos por las autoridades franquistas, prohibiéndosele la salida del país y viéndose obligado a ganarse la vida trabajando como químico en la industria privada y como profesor de bachillerato en un colegio. No fue sino hasta 1946 cuando pudo reincorporarse a su cátedra, y cuatro años más tarde, en 1950, fue nombrado jefe de la sección de espectros atómicos del Instituto de Óptica, perteneciente al recién creado Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Poco antes de su muerte fue nombrado académico de la Real Academia de las Ciencias, sin que llegara a tomar posesión de este cargo.

En homenaje suyo un cráter lunar y el Centro de Física del CSIC llevan su nombre.


Publicado el 5-6-2012