Órbita



Trayectoria que describe un cuerpo, natural o artificial, sometido a un campo gravitatorio. Dependiendo de sus parámetros, las órbitas pueden ser cerradas -elípticas- o abiertas -parabólicas e hiperbólicas-.

En el caso de los vehículos espaciales, las órbitas que describen los mismos son fundamentales para los objetivos de sus respectivas misiones. Así, los satélites artificiales u otros objetos que orbitan en torno a la Tierra, según se precise, pueden seguir varios tipos diferentes de órbitas, siendo las principales la órbita geosincrónica o geoestacionaria -con su variante heliosincrónica-, la órbita polar o la órbita Molniya.

Por su parte, para las sondas espaciales enviadas a otros cuerpos del Sistema Solar, así como para las misiones del Proyecto Apolo, se diseñaron órbitas específicas que les permitieran alcanzar sus destinos, en ocasiones describiendo trayectorias sumamente complejas aprovechando la atracción gravitatoria de los diferentes astros con los que se cruzaban en su camino. Combinando convenientemente estas fuerzas -conviene recordar que la capacidad de maniobra propia de estos vehículos suele ser muy limitada-, se han conseguido proezas tales como las carambolas espaciales de las sondas Voyager, las complicadas danzas de las sondas Galileo y Cassini en torno a los satélites de Júpiter y Saturno respectivamente, o el estudio de los polos solares por parte de la sonda Ulises, para lo cual fue necesario que ésta abandonara previamente el plano de la eclíptica.


Publicado el 8-11-2008