Un viaje interesante



Atravesó el vestíbulo, pasó el abono de transportes por el lector del torniquete y montó en el primer vagón del cercanías que, según indicaba el panel luminoso, estaba próximo a salir.

Cada vez lo apuro más”. Se dijo, al tiempo que buscaba un asiento libre. Adormilado -siempre le había costado mucho madrugar-, vio como iban quedando atrás La Garena, el puente del Torote, Soto del Henares, Torrejón... Tras cruzar el Jarama, llegando ya a San Fernando, se quedó definitivamente dormido.

Despertó cuando el tren paraba en Atocha. Enderezó el cuerpo, dolorido por los duros travesaños de madera del banco, cogió el portafolios y bajó del vagón sintiendo el acre olor del carbón quemado en las fosas nasales.

Caminó por el andén, esquivando los chorros de vapor que lanzaba juguetona la locomotora, y salió al exterior de la marquesina en busca del tranvía. En la acera compró a un voceador un periódico en cuya primera página se anunciaba, en grandes titulares, la llegada triunfal del Plus Ultra a Buenos Aires.

No cabía duda, había sido un viaje interesante.


Publicado el 25-5-2016