La verdadera historia del Big Bang



El Creador del Universo, que todavía no se llamaba así, se encontraba mal. Había asistido a la fiesta organizada por uno de sus vecinos del multiverso y, poco acostumbrado a consumir lo que para él era el análogo a las bebidas alcohólicas de fuerte graduación, se había mareado.

De vuelta a su acogedor universo sintió cómo su etéreo organismo se convulsionaba, resultado de lo cual fue el equivalente inmaterial a una súbita evacuación de gases intestinales. Concluida la cual, se sintió notablemente aliviado.

“¡Jamás volveré a ir a una fiesta de éstas!” -prometió, recordando el mal rato que había pasado. Lo cual, considerando su naturaleza inmortal, era una decisión realmente seria.

Y se olvidó del tema. Se olvidó, incluso, de las consecuencias que acarreara ésta.

Había comenzado el Big Bang.


Publicado el 25-4-2017