El planeta misterioso





El planeta misterioso, segunda entrega de la Saga y de la propia colección Luchadores del Espacio, se inicia justo donde terminara la anterior, con la llegada de los protagonistas a Venus en calidad de prisioneros de los thorbods. Tras ser trasbordados de la astronave que los trajo desde la Tierra a un platillo volante encargado de depositarlos en la superficie venusiana, poco antes de aterrizar consiguen hacerse con el control del aparato y, tras un aterrizaje de emergencia, logran escapar de los hombres grises. Asimismo, se confirma sin ningún género de dudas que el trasplante de cerebros fue llevado efectivamente a cabo, por lo que Arthur Winfield y su prometida Carol Mitchel, todavía encerrada en el cuerpo de su anciana rival, abrigan la esperanza de poder volver las aguas a su primitivo cauce.

Tras vagar sin rumbo durante algún tiempo por la selva venusiana, entran en contacto con los miembros de una nueva raza, los saissais, unos humanos de piel azul que pueblan Venus y se encuentran sometidos al duro yugo de los thorbods. El grupo de guerrilleros al que se han unido los terrestres está al mando de Lore, un príncipe saissai, y constituye un ejército de fugitivos que intentan luchar contra sus opresores, con bastantes más buenos deseos que fortuna puesto que su civilización, anclada en la Edad Media, poco puede hacer frente la sofisticada tecnología de los thorbod, llegados a Venus un par de siglos antes procedentes de las ignotas profundidades de la galaxia.

Aliados rápidamente contra el enemigo común, pronto terrestres y saissais comienzan a planear la manera de luchar contra los thorbods. Recuperan el platillo que dejaran abandonado en la selva y, tras aprender su manejo, gracias a las innatas dotes de mando de Miguel Ángel Aznar comienzan a dar golpes certeros a la hasta entonces sólida hegemonía de los hombres grises, incluyendo tanto acciones bélicas y de sabotaje como propaganda dirigida a los sojuzgados saissais. Tras una afortunada escaramuza en la que consiguen capturar una pequeña flotilla de platillos volantes, Miguel Ángel Aznar, nombrado almirante del incipiente ejército saissai, aborda la ímproba tarea de agrupar a todos los reinos rivales en un único frente común ante el poderoso enemigo, incitando a los hombres azules a una rebelión general que pueda acabar con la hasta entonces indiscutida hegemonía de los thorbods. Inicialmente la tarea tiene éxito, por lo cual el estado mayor de los aliados decide atacar y capturar una fortaleza thorbod que pueda servirles como base de apoyo para la reconquista del planeta.

La base de Pore, que así se llama el lugar elegido, está ubicada en un remoto rincón del territorio saissai, en una isla cercana al continente que, en apariencia, resulta ser inexpugnable, lo que hace pensar a los audaces protagonistas que la guarnición thorbod pueda estar confiada. Auxiliados por los testimonios de unos pescadores locales que conocen bien la región, los terrestres desarrollan un plan de ataque de la isla que les permitirá expugnarla con éxito. Así, sirviéndose del factor sorpresa un grupo de comandos encabezado por el propio Miguel Ángel Aznar desembarca sigilosamente en la isla penetrando en el interior de la base por un conducto de ventilación. Tras sofocar la débil resistencia de los thorbods, que no esperaban encontrarse con el enemigo en su propio refugio, desactivan las poderosas defensas de Pore, lo que permite a la flotilla de platillos volantes comandada por George Paiton aterrizar en la isla desembarcando refuerzos. Finalmente la base cae en poder de los terrestres y sus aliados saissais, convirtiéndose la victoriosa batalla en el primer eslabón de la guerra por la liberación de Venus del yugo thorbod. Pese a que en días sucesivos los hombres grises desatarán furiosos ataques con objeto de recuperar la isla, ésta permanecerá firmemente en manos de sus nuevos propietarios.

A partir de este momento los acontecimientos se desatan. En uno de los más recónditos lugares de la base son encontrados el doctor Mattox y Sakya; Arthur Winfield obliga al científico a realizar un nuevo trasplante de cerebros devolviendo ambos a sus cuerpos originales. La operación resulta ser un éxito y Carol Mitchel recupera su verdadero cuerpo mientras Sakya, debilitada por la edad, las penalidades y la anterior intervención, fallece en la mesa de operaciones.

Tanto terrestres como saissais están exultantes por el éxito, que desata una guerra generalizada en todo Venus con resultados favorables para la causa saissai, pero negros nubarrones se ciernen sobre los protagonistas. Algunos de los caudillos venusianos, celosos de la celebridad que ha alcanzado Miguel Ángel Aznar entre sus súbditos, convencen a la mayor parte del consejo y en una votación, a pesar de la frontal oposición de Lore, deciden desposeer al piloto español del título de almirante. No queda ahí la cosa, puesto que en un nuevo gesto de ingratitud embarcan a sus antiguos aliados en una astronave thorbod capturada por los insurrectos y los desembarcan en una zona deshabitada de nuestro planeta, prefiriendo continuar en solitario la guerra contra los thorbods.

Los protagonistas, como cabe esperar, tienen sentimientos encontrados. Por un lado se sienten felices por volver a la Tierra, pero por otro les duele la ingratitud de los jerarcas saissais -el pueblo llano, por el contrario, los aclama como héroes- e incluso dudan de la capacidad de los hombres azules para llevar adelante la contienda sin su ayuda. Más allá va el profesor Stefansson, que los advierte públicamente sobre el peligro de que una derrota de los saissais sea tan sólo el preludio de una invasión de la Tierra por parte de los tenaces y peligrosos thorbods... Pero nadie le hace caso.

El planeta misterioso es una novela en la que, a diferencia de la anterior, se aprecia un clara influencia del pulp norteamericano, al igual que ocurre con otros títulos, tanto de Enguídanos como de otros autores, publicados en la primera etapa de la colección Luchadores del Espacio. Asimismo es preciso recordar que ésta fue una de las dos novelas -la otra es Dos mundos frente a frente- suprimidas por el autor en la reedición de los años setenta, quizá debido a que resultaba un tanto redundante plantear dos viajes consecutivos de los protagonistas a Venus, dejándolo así en uno solo, el realizado a bordo del Lanza. El hecho de tratarse de una aventura cerrada, sin ramificaciones importantes en la trama posterior, facilitó sin duda la iniciativa, discutible quizá, pero evidentemente deliberada dentro del profundo proceso de modernización al que sometió el autor a la Saga. Cierto es que en la segunda edición existe una novela -también la número dos- con este mismo título, pero el argumento de la misma no corresponde al de la homónima de los años cincuenta que acabo de comentar sino, bastante modificado, al de la siguiente entrega, La ciudad congelada, título que desapareció en los años setenta, y en cuyo apartado correspondiente será comentada.



Publicado el 10-10-1998 en el Sitio de Ciencia Ficción
Actualizado el 29-9-2002