Thorbods



También llamados Hombres Grises debido a la pigmentación de su piel, lo que hace que esta raza sea denominada frecuentemente como la abominable Bestia Gris. Los thorbods, primeros seres extraterrestres que aparecen en la Saga, son también -al menos durante buena parte de la misma- los enemigos ancestrales de la humanidad. Su descripción física, que viene reflejada en las portadas de novelas tales como La Abominable Bestia Gris o La Bestia capitula -idénticas en ambas ediciones- es bastante esclarecedora del aspecto que por entonces debían presentar los malos. Humanoides -pero no humanos- de gran corpulencia y fuerza muy superior a la nuestra, sus rasgos no podían resultar más repulsivos: Cabezas exentas de cabello, orejas puntiagudas muy a lo Señor Spock, ojos rasgados que recuerdan a los de los felinos, y una pequeña trompetilla en lugar de la nariz, junto con una boca que en ambas portadas aparece -ignoro si por voluntad del autor o producto de la fantasía del dibujante- fruncida en un rictus amenazador sin que en ella falten los colmillos vampirescos. En resumen, todos los ingredientes necesarios para representar a unos malos de solemnidad.

Los thorbods aparecen por vez primera en Los hombres de Venus, novela que inicia la Saga, como los misteriosos tripulantes de los platillos volantes que han sido avistados en una remota región del Himalaya. Éstos, aliados con una reyezuela local, son procedentes de Venus -de ahí el título de la novela- y se da por supuesto que albergan perversas intenciones con respecto a la humanidad.

En El planeta misterioso los protagonistas arriban a Venus de diferente manera según la versión, encontrándose allí con que los thorbods son los dueños del planeta teniendo sojuzgados o atacando periódicamente -aquí también depende de la versión- a los saissais u hombres azules, con los cuales se aliarán los protagonistas en lucha contra el enemigo común. También en esta novela sabremos que los thorbods no son originarios de Venus sino que proceden de algún lugar desconocido de las profundidades del espacio, habiéndose hecho los amos de Venus como primera etapa antes de conquistar la totalidad del Sistema Solar, la Tierra incluida.

Tras las peripecias experimentadas por los protagonistas después de su huida de Venus y su aterrizaje forzoso en el planeta Ragol, a la vuelta de éstos a la Tierra muchos siglos después, a causa de la dilatación temporal producida por la Teoría de la Relatividad, volvemos a tener noticias de los thorbods, aunque no aparecen en la trama, en la novela La horda amarilla. Por una narración indirecta, ya que los hechos han tenido lugar durante el largo viaje de Miguel Ángel Aznar y sus compañeros por el espacio, sabremos que los thorbods fueron expulsados finalmente de Venus por los saissais yendo a refugiarse en Marte, planeta en el que se lamen las heridas a la espera de vengarse de los hombres azules de Venus como fase previa antes de la conquista de la Tierra.

Policía sideral es la primera novela en la que se describe la lucha, posteriormente secular, entre los thorbods y la humanidad. Resuelta la crisis que desgarraba a las distintas potencias de nuestro planeta, los terrestres liderados por Miguel Ángel Aznar consiguen olvidar sus antiguas rencillas al tiempo que se alían con los hombres azules de Venus. Sin embargo resulta inútil todo intento de entendimiento con los hombres grises, con los cuales chocan frontalmente a la hora de hacerse con el control del asteroide Eros, única fuente de dedona existente en el Sistema Solar. La lucha tiene su continuación, con caracteres bastante épicos, en La abominable Bestia Gris, saldándose con una derrota total de los terrestres y sus aliados saissais a manos de sus irreconciliables enemigos. Miguel Ángel Aznar consigue huir con un puñado de refugiados a bordo del Rayo, mientras el grueso de la humanidad cae en la esclavitud bajo la férula de los crueles hombres grises.

Tras un ciclo de novelas en las que se describe la llegada de los fugitivos a Redención, donde fundan una colonia, luchan contra los hombres de silicio y descubren el planetillo Valera, Enguídanos retoma la lucha entre los humanos y los thobods en Salida hacia la Tierra donde, convertido Valera en una invencible máquina de guerra, los descendientes de los antiguos refugiados retornan al Sistema Solar dispuestos a vengarse de los hombres grises y a liberar a la humanidad de la cruel esclavitud en que ésta se ve sumida. La lucha se salda en esta ocasión con la victoria de los valeranos, pero cuando éstos están a punto de rematar a sus enemigos la inesperada irrupción de una escuadra nahumita, enemigos asimismo de los thorbods, trastoca drásticamente la situación (Venimos a destruir el mundo y Guerra de autómatas) provocando la contaminación radiactiva de las atmósferas de Venus, Marte y la Tierra, lo que obliga a la humanidad a un nuevo éxodo esta vez a bordo de Valera. Nada se sabe de lo que ocurre con los thorbods, asimismo víctimas del ataque nahumita, aunque Enguídanos no los había olvidado.

Motín en Valera y la posterior El enigma de los hombres planta relatan una nueva aparición de los enemigos seculares de la humanidad, esta vez fuera del Sistema Solar. Al pasar el planetillo por las cercanías de los planetas antiguamente habitados por la Bestia Gris, atacados milenios antes por los nahumitas y evacuados por los thorbods, que de allí se habrían trasladado al Sistema Solar, un numeroso grupo de valeranos encabezados por el Miguel Ángel Aznar de turno es abandonado a sus propios medios en un planeta aparentemente desierto... Aunque en realidad no es así, ya que los hombres grises han retornado a su antiguo solar y están preparando una poderosa flota de invasión con la que pretenden apoderarse de la Tierra, que mientras tanto ha sido vuelta a colonizar (esto Enguídanos lo da por hecho, puesto que en ningún momento lo llega a describir) por la humanidad una vez se ha disipado la radiactividad de su atmósfera. Tras una lucha desigual contra sus poderosos enemigos los exiliados consiguen salvarse de la destrucción huyendo de los planetas thorbods, aunque éstos siguen constituyendo una amenaza para la humanidad, describiéndose en El azote de la humanidad como son derrotados tras una dura lucha en los planetas nahumitas, lo que motiva su huida a las profundidades del cosmos.

La Bestia capitula describe un nuevo episodio de la lucha ya secular entre humanos y thorbods. Gobierna Miguel Ángel Aznar en la Tierra tras aplastar el efímero imperio de los Balmer cuando de nuevo aparece la Bestia Gris con el propósito de volver a conquistar los planetas del Sistema Solar. La lucha resulta épica una vez más pero en esta ocasión, y a pesar de no contar con el auxilio de Valera, resultan vencedores los terrestres consiguiendo acabar definitivamente con la amenaza de los thorbods. Esta raza ya no volvería a aparecer en las novelas de la Saga pertenecientes a la parte original de la misma reemplazada por unos nuevos enemigos, los sadritas.

Sin embargo, Enguídanos volvió a recurrir de nuevo a los viejos enemigos de los Aznar en la continuación de la Saga y una vez que ésta se encontraba muy avanzada, concretamente en ¡Thorbod!, la raza maldita, después de que el autor hubiera dado bastantes tumbos agotada ya la frescura inicial de esta segunda etapa de su obra y probablemente acuciado por la premura con la que se veía forzado a escribir las novelas. La acción se desarrolla en esta ocasión en el circumplaneta y en unas circunstancias críticas: Los humanos están divididos en dos estados irreconciliables, uno de ellos (el de los tapos) liderado por los Aznar, mientras el otro (Renacimiento) está sometido a una férrea dictadura militar que se enzarza en una guerra sin cuartel con los ghuros, otros de los habitantes del inmenso circumplaneta. En tan críticas circunstancias aparecen repentinamente los thorbods a bordo de un autoplaneta similar a Valera, lo cual provoca un dramático giro en los acontecimientos ya que los hombres grises atacan inmediatamente a los humanos sin distinción de facciones, mientras los ghuros aprovechan para poner tierra por medio desentendiéndose de un conflicto que les resulta ajeno. La lucha no puede ser más desigual, por lo que tapos y renacentistas optan (en El retorno de los dioses) por evacuar el circumplaneta emigrando en masa (lo que ahora ya no reviste el dramatismo de las anteriores ocasiones gracias a las máquinas karendón) a la Tierra.

Tras una serie de aventuras colaterales de las que tanto prodigó Enguídanos en la etapa final de la continuación de la Saga, los exiliados del circumplaneta, reunidos con los valeranos, retornan a Atolón con el firme propósito de expulsar de allí a los thorbods, para lo que cuentan con el importante auxilio del autoplaneta. Los últimos de Atolón relata no obstante el período previo a la llegada de Valera al circumplaneta, con un puñado de humanos descendientes de los que no quisieron emigrar a la Tierra, luchando desesperadamente contra la Bestia Gris, dueña y señora del gigantesco astro. Guerra de autoplanetas describe la llegada de Valera a Atolón, donde no encuentra al autoplaneta thorbod ya que éste ha partido hacia la Tierra. Valera aplasta rápidamente a las fuerzas thorbod consiguiendo los humanos por vez primera un acuerdo amistoso con sus enemigos seculares, a los que ofrecen compartir pacíficamente el circumplaneta con tapos y ghuros. Acto seguido Valera marcha hacia la Tierra en busca de Argos, el autoplaneta enemigo, gracias al cual la Bestia Gris ha conquistado el planeta. La lucha definitiva entre ambos colosos, a la que por cierto Enguídanos no le sacó apenas partido, se salda con una derrota de los thorbods y la destrucción de su autoplaneta aunque aquí, al igual que ocurriera en Atolón, humanos y thorbods consiguen sellar una paz definitiva compartiendo asimismo el planeta por el que tantas veces lucharan a muerte. A partir de entonces la Saga continuó durante algunas entregas más, pero la antigua Bestia Gris ya no volvió a aparecer en ella.


Publicado el 11-1-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción