Terrestres



Quizá pueda sorprender que en un trabajo dedicado a las diferentes razas que aparecen en la Saga de los Aznar aparezca un capítulo dedicado a los terrestres, pero ello tiene fácil explicación: Por lo general el hilo conductor de la Saga no pasa por la Tierra sino por Valera y, salvo algunas excepciones, nuestro planeta no es sino un mundo ajeno, cuando no extraño, no menos familiar para los valeranos que los planetas nahumitas, los thorbods o Redención. Así pues, queda plenamente justificada la inclusión de los terrestres como una raza más -si se quiere con comillas- del universo ideado por Pascual Enguídanos.

Como es natural el inicio de la Saga tiene lugar en la Tierra, y terrestres son los protagonistas -empezando por Miguel Ángel Aznar de Soto, fundador de su dinastía- que en la novela Los hombres de Venus parten hacia el Himalaya en busca de los platillos volantes y de sus enigmáticos tripulantes, los thorbods. Esta primera novela transcurre en su totalidad en esta remota región de nuestro planeta, pero ya en las novelas que la continúan -El planeta misterioso y La ciudad congelada- la acción se traslada a Venus con algunas diferencias entre ambas ediciones, apareciendo la Tierra tan sólo de forma marginal. Cerebros electrónicos, la obra que cierra el primer ciclo de la Saga tiene lugar a su vez en el planeta errante Ragol, que arrastra a los protagonistas hasta las profundidades del universo.

El retorno de Miguel Ángel Aznar y sus compañeros a la Tierra tiene lugar en La horda amarilla, pero éstos llegan a un planeta en el que merced a la dilatación temporal han transcurrido varios siglos, lo que motiva que se encuentren con una sociedad radicalmente distinta a la que dejaron a su partida... Sociedad que además está pasando por momentos difíciles, puesto que se avecina una guerra de aniquilamiento entre las potencias occidentales (Estados Unidos y la Federación Ibérica) por un lado y la poderosa alianza ruso-asiática por el otro. La guerra estalla finalmente, y la intervención de los protagonistas con el autoplaneta Rayo decanta la contienda a favor de los primeros.

Policía sideral y La abominable Bestia gris relatan la lucha de los terrestres, solventadas ya sus diferencias y acaudillados por Miguel Ángel Aznar, contra los thorbods, cuya ambición es la de dominar la totalidad del Sistema Solar. La narración trascurre principalmente en diferentes astros tales como el asteroide Eros y el planeta Marte, refugio de los hombres grises, siendo la Tierra un marco marginal cuya principal aparición es la descripción final de la dramática evacuación ante la irreversibilidad de la victoria thorbod.

Tras el episodio que transcurre en Redención la Tierra, o mejor dicho, el Sistema Solar, aparece de nuevo en Salida hacia la Tierra, y una vez más se trata de una Tierra ajena por completo a los protagonistas, que retornan a ella a bordo de Valera con la intención de vengarse de los thorbods liberando a sus hermanos de raza del cruel yugo al que están sometidos desde hace siglos. Salida hacia la Tierra transcurre no en nuestro planeta, sino en Ganímedes, y es en las siguientes novelas Venimos a destruir el mundo y Guerra de autómatas donde se describe propiamente la conquista de la Tierra luchando primero contra los thorbods y posteriormente contra los nahumitas. Finalmente los nahumitas consiguen contaminar radiactivamente la atmósfera de los tres planetas (Venus, la Tierra y Marte) antes de ser derrotados, lo que provoca un segundo éxodo de los terrestres aún mayor en escala que el anterior protagonizado por el Rayo.

Los terrestres que encuentran los valeranos a su llegada son muy diferentes a sus antepasados: Diezmados por la cruel esclavitud de los thorbods y embrutecidos por siglos de incultura, los terrestres han caído casi al borde del salvajismo, lo que no impide que los refinados valeranos abarroten con ellos su autoplaneta evacuándolos a Redención no sin problemas, como se verá en las novelas posteriores.

A continuación Enguídanos abandona la Tierra trasladando de nuevo el eje de la aventura al sistema de Redención al tiempo que olvida casi por completo la situación de nuestro planeta. Sólo gracias a Robinsones cósmicos sabremos que la Tierra se ha vuelto inhabitable a causa de la radiactividad, con sólo una reducida colonia de redentores asentada en ella que, según la primera edición, son fugitivos de la guerra contra los hombres de silicio, mientras en la segunda son un destacamento encargado de analizar la evolución de la radiactividad de cara a una futura colonización del planeta.

Esta colonización se produce finalmente tal como se deduce de los episodios posteriores de la Saga, pero en ningún momento es citada por Enguídanos al limitarse el autor a presentar una Tierra habitada de nuevo como si nada hubiera pasado... Se trata, simplemente, de uno de los huecos que Enguídanos no se molestó en completar. Esta nueva aparición de una Tierra poblada por terrestres, se supone que descendientes de los redentores ya que Valera no se ha vuelto a acercar por allí, tiene lugar en la novela El coloso en rebeldía. En ella nos encontramos con una Tierra sometida a la tiránica dictadura de los Balmer, dueños de Valera tras abandonar a los Aznar en los planetas del sistema thorbod. Vuelto Miguel Ángel Aznar al Sistema Solar, emprende una lucha contra sus enemigos que se salda en victoria con la consiguiente abolición del odioso régimen.

La Bestia capitula, ambientada varias décadas después de la anterior, es la primera novela en mucho tiempo que transcurre realmente en la Tierra, ya que El coloso en rebeldía tiene su ámbito más bien en Valera que en nuestro planeta. Valera ha marchado rumbo a Nahum y Miguel Ángel Aznar, nuevo gobernante del planeta, tiene graves problemas con los pacifistas que rechazan su régimen militarista. En ese crítico momento aparecen los thorbods en un nuevo intento de invadir la Tierra, siendo finalmente derrotados gracias una vez más al genio militar del gran estadista.

La aventura de los sadritas, que abarca las novelas ¡Luz sólida!, Hombres de titanio y ¡Ha muerto el Sol! tiene lugar asimismo en la Tierra y relata la lucha de la humanidad contra los crueles sadritas, que primero invaden Urano tras derrotar a los terrestres y posteriormente provocan una transmutación del Sol que acarrea el tercer éxodo de la humanidad fuera de su solar natal. Tras los consabidos episodios ambientados en otros escenarios, concretamente los planetas thorbods y nahumitas, la siguiente aparición de la Tierra, y última de la primera parte de la Saga tiene lugar en Regreso a la patria, donde se narra el intento fallido de Valera por reconquistar un planeta que ahora habitan los sadritas. Terminada la lucha en tablas y convertida la Tierra en un astro hostil para la vida humana a causa de la radiación maligna del Sol, Valera acaba internándose en las profundidades del cosmos renunciando a recuperar el planeta.

La conclusión de la Saga de los Aznar tan sólo una novela después de la anterior dejó este cabo suelto durante muchos años, por lo que no es de extrañar que cuando Enguídanos abordó la continuación de su epopeya planteara la recuperación de nuestro planeta para la vida humana. Este episodio tiene lugar en las novelas ¡Conquistaremos la Tierra!, Puente de mando, Viajeros en el tiempo y Al otro lado del universo, en la que concluye narrando la victoria total de los valeranos y el exterminio de sus irreconciliables enemigos, al tiempo que una nueva transmutación del Sol convierte a la Tierra en un astro habitable de nuevo para los humanos.

Aquí Enguídanos ignora de nuevo el episodio consiguiente de su necesaria colonización, que da por hecha, embarcándose en nuevas aventuras por otros lugares del universo sin dar la menor explicación al respecto. Así, no es de extrañar que cuando aparezca de nuevo la Tierra, en la novela La Tierra después, haya pasado tanto tiempo desde su repoblación que, al igual que ocurriera con los redentores en Lucha a muerte, entre los terrestres por un lado, y los valeranos y los tapos por otro, se ha abierto un abismo de tal magnitud que su convivencia resulta imposible. Aquí Enguídanos presenta a unos terrestres completamente degenerados ante los que sólo cabe una opción, la de abandonarlos a su propia suerte. Más adelante Guerra de autoplanetas describe la conquista de la Tierra por los thorbods, ahora auxiliados por un autoplaneta tan poderoso como Valera, y su posterior derrota a manos de los valeranos, llegados precipitadamente de Atolón en busca de sus enemigos. Solucionado el conflicto bélico y destruido el autoplaneta thorbod, Valera se vuelve a desentender de los asuntos terrestres (ahora humanos y thorbods han aceptado convivir en paz en el disputado planeta) marchándose de nuevo en busca de otros horizontes.

De esta manera termina definitivamente el protagonismo en la Saga de la Tierra digamos oficial, aunque en la segunda parte de la misma Enguídanos introdujo varias Tierras paralelas, todas ellas descritas en las aventuras colaterales de las que tanto abusó en su momento, las cuales en general podrían haber sido evitadas ya que nada aportan al conjunto de la narración salvo, probablemente, confusión en los lectores.

La primera Tierra alternativa que aparece en la Saga es la de la II Guerra Mundial, descrita en Viajeros en el tiempo y Vinieron del futuro gracias al recurso de un viaje en el tiempo. Aquí Enguídanos recurre a su planteamiento habitual, tan frecuente en sus novelas independientes, de describir el encuentro entre terrestres del siglo XX (contemporáneos del lector o de unas pocas décadas antes, la diferencia es mínima) con unos viajeros tecnológicamente mucho más adelantados, radicando la originalidad en que, al contrario de lo que ocurre habitualmente, los protagonistas no son ahora los terrestres sino los visitantes, que son Aznar para mayor abundancia.

Una nueva Tierra alternativa aparece en la novela La otra Tierra. En este caso no se trata de la Tierra del pasado sino de otra Tierra paralela existente en el antiuniverso, ambientada ahora en la época actual. Lamentablemente Enguídanos recurrió en esta ocasión a un autoplagio descarado fusilando directamente su novela Llegó de lejos, una de las mejores según mi punto de vista. Sí, era bastante habitual que Enguídanos tomara prestadas para la Saga -en especial en la segunda parte de la misma- elementos de otras novelas suyas, pero es que en este caso se pasó de rosca. Bueno, vayamos al argumento, aunque he de confesar que me resulta bastante difícil distinguir entre ambas versiones. En la Tierra están tan tranquilos y de repente aparece un visitante presentándose como extraterrestre, un representante de una raza errante por el cosmos en Llegó de lejos y Fidel Aznar -uno de ellos- en La otra Tierra. Puesto que ambos son humanos no son creídos e incluso llegan a ser detenidos por la policía y tomados por locos, siendo ayudados por una periodista novel que en realidad lo único que desea es hacer el reportaje de su vida... Aunque sea falso, ya que ella tampoco cree al visitante. Tras unas peripecias en las que el extraterrestre (Ram Takau o Fidel Aznar, según las versiones) tiene que demostrar su origen, finalmente son creídos pero al mismo tiempo rechazados. Por último Ram Takau -protagonista de Llegó de lejos- parte con su pueblo al moribundo Marte, mientras el Fidel Aznar de La otra Tierra se limita a marcharse de allí. Eso sí, al menos Ram Takau se lleva consigo a la chica, mientras Fidel Aznar se limita a despedirse de ella. En resumen: Una de las novela más flojas, por lo forzado de su trama, de toda la Saga a la par que una desafortunada adaptación -yo prefiero decir desmantelamiento- de una de las novelas más interesantes -me estoy refiriendo lógicamente a Llegó de lejos- de Pascual Enguídanos.

La tercera Tierra paralela aparece en la novela El retorno de los dioses, y en esta ocasión se trata de nuevo de un viaje al pasado aunque mucho más remoto que en el caso de la incursión hasta la Segunda Guerra Mundial: Los protagonistas llegan a una Tierra protohistórica en la que tienen ocasión de contemplar el hundimiento de la Atlántida y nada menos que el Diluvio Universal, con Arca de Noé incluida. De esta novela lo único reseñable es la teoría de que fueron extraterrestres -tapos en este caso- los que influyeron en la evolución de la humanidad... Lástima que otros escritores, como Arthur C. Clarke en 2001, hubieran dicho lo mismo años antes.


Publicado el 5-2-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción