Kidman / Hombres negros



De esta raza, la más fantasmagórica de toda la Saga, tan sólo contamos con una breve referencia en la novela La ciudad congelada, pero no como kidman sino como hombres negros. En realidad su existencia se debe exclusivamente a la necesidad de una excusa por parte de Enguídanos para justificar el origen de los saissais, descendientes como ya se ha comentado de una poderosa civilización destruida en su mayor parte por una raza enemiga. Esta raza enemiga son precisamente los hombres negros, habitantes de Marte (los saissais lo serían originariamente de la Luna), los cuales en el transcurso de una apocalíptica guerra cuando en la Tierra la humanidad todavía estaba sumida en la barbarie, habrían destruido la atmósfera de nuestro satélite provocando la extinción de la raza saissai a excepción de un reducido número de tripulantes de una flota espacial. Ninguna referencia más hay a los hombres negros, que se difuminan en la Saga como si jamás hubieran existido.

De hecho, se difuminan tanto que en la segunda edición de la Saga aparecen metamorfoseados en los hombres rojos, o kidman, aunque permanece inalterable su condición de enemigos irreconciliables de los saissais. Lo que sí cambia de modo radical es su lugar de asentamiento, dado que Enguídanos intentó subsanar el grave disparate astronómico que suponía hacer a ambas razas habitantes de Marte y de la Luna respectivamente. Ahora tanto los hombres rojos como los hombres azules comparten el planeta Diyan, que orbita en torno a una estrella moribunda, y curiosamente son los saissais y no sus rivales los que provocan la destrucción de la atmósfera del planeta causando la extinción de la raza enemiga mientras ellos han evacuado previamente toda su población a Ragol, que aquí es descrito como un astro inhabitable perteneciente al mismo sistema planetario que Diyan. Posteriormente el sol de Diyan habría estallado (Enguídanos no utiliza la palabra nova) convirtiendo a Ragol en un planeta errante.


Publicado el 5-4-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción