La Tierra



Nuestro propio planeta, cronológicamente situado en el presente o en un futuro muy cercano, es el marco elegido por Enguídanos para el desarrollo de buena parte de las novelas ajenas a la Saga de los Aznar así como el de bastantes de los episodios pertenecientes a la misma. Sin embargo, más interesantes resultan las escasas variaciones sobre este esquema: Así, son dos las ocasiones en las que la humanidad se ve obligada a abandonar su solar, la primera a raíz de un bombardeo atómico provocado por una escuadra nahumita llegada al sistema solar en persecución de los thorbods, y la segunda debido a la invasión de los sadritas.

En ambas ocasiones nuestro planeta se ve convertido en un astro inhabitable para la especie humana: La primera debido a la contaminación radiactiva, y la segunda a causa de la conversión del Sol en una estrella de helio mortal para los humanos, junto con la paralización del movimiento de rotación de la Tierra, que pasa a mostrar siempre la misma cara al Sol. En el primer caso pasado cierto tiempo la Tierra vuelve a ser habitable y colonizada de nuevo una vez disipada la radiactividad que la envenenaba, pero en el segundo esta poco halagüeña situación se ve perpetuada tras un intento fallido de los valeranos por reconquistar el sistema solar; tan sólo en la continuación de la Saga de los Aznar, ya en los años setenta, Enguídanos aborda de nuevo este tema haciendo que los valeranos expulsen a los sadritas restituyendo a la Tierra su anterior giro sobre su eje y haciendo que el Sol vuelva a ser como antes, es decir, benéfico para la especie humana.

También en la continuación de la Saga escribe Enguídanos varias novelas, no tan logradas por cierto, sobre viajes al pasado y a Tierras paralelas. Quizá sea éste un intento de abordar temas más comprometidos, pero lo cierto es que Enguídanos tan sólo consiguió parcialmente sus objetivos, dado que lo que podrían haber sido unas excelentes novelas independientes no acaban de encajar del todo en la trama general de la Saga. Un caso diferente es cuando el autor intenta describir cómo podría ser la sociedad terrestre un millón de años después de la expulsión de los sadritas, comparándola con la valerana; aquí, que había materia suficiente para lo que pudiera haber sido un interesante ciclo de tres o cuatro entregas, se resolvió rápidamente en una única novela, por lo que la oportunidad de describir una utopía social, algo característico del autor, se quedó malograda.

Fuera ya de la Saga de los Aznar, aunque manteniendo una relación tangencial con ella, nos encontramos con la Tierra radiactiva y despoblada, cronológicamente situada dentro de la Saga con posterioridad al bombardeo nuclear de los nahumitas, que es descrita en Robinsones cósmicos, una de las más flojas novelas de Enguídanos. Mucho más interesante resulta ser la situación que nos encontramos en la trilogía de Finán1, cuando a causa de la repentina irrupción de este planeta errante en nuestro sistema solar la Tierra se ve obligada a desplazar sus polos de lugar, lo que da pie a una curiosa descripción de un sistema solar bastante original.

Por último, conviene no olvidar tampoco la Tierra que aparece en Después de la hora final, para mi gusto una de las mejores novelas de Enguídanos. En ella nos encontramos con un pequeño grupo de personas que han sido hibernadas durante dos milenios y despiertan en una Tierra poblada tan sólo por extraños animales y unos degenerados salvajes que poco o nada tienen de hombres, una Tierra convertida durante siglos en un planeta errante al haber estallado el Sol y que finalmente ha sido capturada por una lejana estrella. Independientemente de las numerosas incorrecciones científicas de las que adolece la obra, lo cierto es que ésta se lee con agrado.




1 Y el mundo tembló, La gran aventura y Piratería sideral, números 210, 211 y 212 de la edición original.


Publicado el 25-10-1998 en el Sitio de Ciencia Ficción