Harry Tierney



Millonario norteamericano, dueño de la Tierney Air Company. A partir de los conocimientos aportados por el profesor Erich von Eicken construyó un prototipo de avión supersónico, el Lanza P-24, mucho más avanzado que todos los existentes en su época.

Asustado por la posibilidad de que su nave fuera utilizada con fines bélicos decidió renunciar a su comercialización, aunque construyó un segundo prototipo todavía más potente que el primero (el Lanza P-50) diseñado para viajar a Venus con objeto de descubrir qué había de cierto en la historia narrada años atrás por los miembros de la extinta Astral Information Office, planeando, en el caso de que quedara demostrada la amenaza de los thorbods, entregar el aparato a las Naciones Unidas con objeto de que éstas pudiesen preparar una defensa eficaz a la previsible invasión.

Con este fin convocó al profesor Louis Frederick Stefansson y a Miguel Ángel Aznar de Soto, que le explicaron su historia, y a quienes invitó a acompañarle a Venus al igual que al resto de sus antiguos compañeros de la Astral Information Office. Junto con la mayor parte de ellos, que aceptaron su ofrecimiento, completó la tripulación del Lanza con varios de sus empleados y con él mismo. Tras llegar a Venus, tuvo una significada participación al frente de la expedición terrestre que, tras varias vicisitudes, descubrió la ciudad congelada de los saissais, de los cuales tuvieron finalmente que huir una vez fueron reanimados de su hibernación (La ciudad congelada).

En el viaje de vuelta a la Tierra, al ser arrastrados por la atracción gravitatoria de Ragol, auxiliado por Miguel Ángel Aznar de Soto consiguió salvar el Lanza, aunque se vio obligado a hacer un aterrizaje forzoso que los dejó varados en el planeta errante. Una vez descubierta la existencia de vida robótica en el planeta errante, discrepó con Miguel Ángel Aznar de Soto sobre la estrategia a seguir, ya que mientras él era partidario de entrar en contacto con los habitantes de la ciudad recién descubierta, el antiguo piloto desconfiaba de ellos, por lo que los náufragos se dividieron en dos grupos, refugiándose los antiguos miembros de la Astral Information Office en una cueva de las montañas mientras Harry Tierney y sus empleados permanecían en el Lanza.

Al frente de su grupo se puso finalmente en contacto con los robots, lo que provocó su captura y la destrucción del Lanza, siendo rescatados por Miguel Ángel Aznar. Una vez en libertad y reunidos con sus compañeros, tomó parte activa en el ataque contra las centrales eléctricas de Ragol, lo que les permitió derrotar a los robots rebeldes (Cerebros electrónicos).

Cinco años más tarde retornó a la Tierra, junto con sus compatriotas y un pequeño grupo de saissais habitantes de Ragol, en el autoplaneta Rayo, descubriendo con estupor que, a causa de los efectos relativistas, en nuestro planeta habían transcurrido seis siglos y medio, encontrándose al borde de una guerra nuclear entre las potencias occidentales y un hostil imperio asiático. Desatado el conflicto bélico, cooperó decisivamente, al igual que el resto de sus compañeros, en la derrota del peligroso enemigo. A diferencia de las novelas anteriores, en las que compartió liderazgo con Miguel Ángel Aznar, su protagonismo aquí es mucho más limitado, reduciéndose a un papel muy secundario. Tras el final de la guerra, este personaje no vuelve a aparecer más en la Saga, aunque cabe suponer que contraería matrimonio con Else von Eicken, con quien estaba comprometido (La horda amarilla).

Las profundas modificaciones realizadas por Pascual Enguídanos en la segunda edición de la Saga de los Aznar hacen que la importancia de Harry Tierney sea sensiblemente menor en ésta. Constructor asimismo del Lanza y promotor del viaje a Venus (El planeta misterioso), su figura queda oscurecida frente a la de Miguel Ángel Aznar de Soto, verdadero y único líder de la expedición en esta ocasión, desapareciendo la rivalidad entre ambos, sustituida por una aceptación tácita por Harry Tierney del liderazgo del piloto español durante sus aventuras en Ragol (Cerebros electrónicos) y su posterior retorno a la Tierra (La horda amarilla). Por lo demás, su figura se mantiene sin diferencias significativas con respecto a la primera edición.


Publicado el 30-7-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción