William Duxon



Comandante en jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de Norteamérica y jefe supremo de las fuerzas de tierra y aire durante la guerra contra el Imperio Asiático. Después de la victoria sobre sus enemigos en la batalla de Ontario, consciente del importante papel que desempeñó en ella la flotilla del Rayo se desplazó personalmente al autoplaneta con objeto de agradecer a Miguel Ángel Aznar de Soto su decisivo apoyo, al tiempo que le proponía poner sus fuerzas bajo el mando del Estado Mayor estadounidense.

La respuesta recibida fue negativa ya que su interlocutor, conocedor del inmenso potencial bélico del enemigo, al que le beneficiaba una larga guerra de desgaste, tenía el proyecto de terminar con el conflicto eliminando al dictador Tarjas-Kan, desaparecido el cual era previsible que su imperio se dividiera en varias facciones rivales que lucharían entre sí por conquistar el poder, lo que permitiría vencerlas con facilidad. Esa solución, que ya había sido intentada en varias ocasiones, se presentaba como prácticamente imposible, ya que el emperador residía en un búnquer inexpugnable excavado varios kilómetros bajo tierra, por lo que los bombardeos convencionales resultaban completamente inútiles.

Fue entonces cuando el profesor Louis Frederick Stefansson le habló de la existencia de los torpedos terrestres, los cuales podían llegar fácilmente a esa profundidad taladrando el terreno. Después de pensarlo, y viendo que tal vez existiera una oportunidad de aniquilar a su enemigo, les prometió todo su apoyo haciendo todo lo posible para que el Estado Mayor aprobase este plan.

Pero días después, la situación militar era tan crítica que no resultó posible retirar de los frentes de batalla la gran cantidad de aparatos que eran necesarios como cobertura aérea para emprender la operación con garantías de éxito, por lo que recomendó a Miguel Ángel Aznar y a sus compañeros que se dirigieran a la Federación Ibérica, donde era más probable que aceptaran su propuesta, rogándoles que llevasen con ellos a la coronel Ina Peattie en calidad de observador de los Estados Unidos. A partir de ese momento, no se disponen de más datos sobre su vida (La horda amarilla).

Su biografía es similar en la segunda edición de la Saga.


Publicado el 23-7-1999 en el Sitio de Ciencia Ficción