La novela popular en España, de Ramón Charlo





Tal como he comentado en varias ocasiones, la literatura popular española, a diferencia de la de otros países, no sólo no ha sido valorada en su justa medida sino que, todavía más, ha sido menospreciada e ignorada con la excusa de que “era mala”. Lo cual, si bien es cierto de forma mayoritaria ciñéndonos estrictamente al criterio de la calidad literaria, es una valoración injusta por varios motivos que acostumbran a ignorar olímpicamente los estrictos defensores de la pureza a ultranza.

Para empezar tenemos la conocida ley de Sturgeon que, como es sabido, postula que el 90% de cualquier cosa es basura, y recalco lo de cualquier cosa por si a alguien le hubiera podido pasar desapercibido este matiz. Desde luego esta ley se cumple a la perfección no sólo en la ciencia ficción, sino en el conjunto de la literatura popular -y de la que no lo es, evidentemente-, de modo que si hiciéramos un imaginario expurgue de este humilde y variado género nos encontraríamos, ciertamente, con mucha morralla, acompañada eso sí por una cantidad no desdeñable de obras aceptables e incluso por algunas francamente buenas; no demasiadas estas últimas, por supuesto, pero sí las suficientes como para justificar su existencia.

En segundo lugar, y mucho más relevante, está la importancia sociológica y cultural que la literatura popular ha tenido para varias generaciones de españoles y, supongo, también para las de otros países, hecho que no puede en modo alguno ser ignorado. Fuimos muchos los que nos iniciamos en la lectura con ella, lo que nos facilitó dar el salto más adelante a la literatura “seria”, y explicaré el sentido de las comillas en el siguiente párrafo.

Porque, ¿qué entendemos por literatura “seria”? Si consideramos literatura popular a los folletines y novelas por entregas del siglo XIX y principios del XX, tendríamos que negar la “seriedad” a autores como Edgard Allan Poe, Alejandro Dumas, Víctor Hugo, Charles Dickens, Robert Louis Stevenson, Feodor Dostoievski, León Tolstoi, Benito Pérez Galdós, Vicente Blasco Ibáñez... y si descartamos a los autores de novelas de aventuras -como si la literatura “seria” tuviera que ser por definición aburrida-, nos quedaríamos también sin Julio Verne, Emilio Salgari, Rafael Sabatini, Edgard Rice Burroughs, Arthur Conan Doyle, Georges Simenon...

Por último, que esta introducción se está haciendo ya demasiado larga, conviene no olvidar tampoco que muchos escritores de otros países -no así, por desgracia en España, salvo en casos contados- hicieron sus primeras armas en la literatura popular antes de dar el salto a ámbitos más ambiciosos; y no creo que a estas alturas nadie en su sano juicio se atreva a cuestionar la valía literaria de Mark Twain, H.G. Wells, H.P. Lovecraft, Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Joseph Conrad, Rudyard Kipling, Jack London, Dashiell Hammett, Raymond Chandler o Tenessee Williams, por poner tan sólo algunos ejemplos.

Sin embargo, y a pesar de todas estas evidencias, todavía hoy la literatura popular española sigue siendo considerada de forma mayoritaria como un gueto, incluso después de pasadas varias décadas desde su desaparición, lo que debería haber permitido unos análisis más objetivos. De hecho la bibliografía existente es mínima, apenas un puñado de libros aunque, eso sí, fundamentales para conocer la historia y la evolución de un género que sólo en el apenas medio siglo que transcurrió entre el final de la Guerra Civil y su extinción definitiva fue capaz de poner en el mercado muchos miles de títulos distintos... eso sin contar con su fecundo período anterior al conflicto bélico ni tampoco a otras variantes como los cómics y los tebeos. Que no es poco.

Por esta razón el libro de Ramón Charlo ha de ser bienvenido, no sólo porque viene a cubrir parte del hueco existente en la investigación sobre este campo, sino también porque este sevillano es uno de los mayores coleccionistas que conozco y, por ende, uno de los máximos expertos en el tema, como demostró hace nueve años con su libro Autores y seudónimos en la novela popular.

El título del libro lo dice todo: La novela popular en España. Y ya en el prólogo, titulado y no por casualidad La puesta en escena, Charlo nos explica las pautas que ha seguido para su redacción al tener que enfrentarse a dos posibles alternativas: abordar en profundidad un tema determinado, ya que resultaría imposible hacerlo con todos, o bien esbozar un bosquejo panorámico, e inevitablemente más genérico, de la totalidad de los diferentes géneros y épocas que conforman el conjunto de la literatura popular española.

Ramón ha optado por la segunda de ellas, encontrándose a continuación con una nueva disyuntiva: ¿qué es la novela popular? ¿Tan sólo los modestos bolsilibros y sus predecesores de principios del siglo XX, o también todo aquello que, con independencia de su calidad literaria, gozó de una difusión masiva a través de ediciones populares? La cuestión no es baladí, puesto que muchos de los autores consagrados, españoles y extranjeros, llegaron a las manos de innumerables lectores, yo entre ellos, precisamente gracias a estos libros baratos, pero no por ello malos; no desde luego peores que muchos de esos tochos que intentan enchufarnos ahora por el módico precio de treinta y tantos euros o más.

También aquí tira Ramón por la calle de en medio, aplicando el concepto de literatura popular en un sentido amplio y perfectamente lógico, aunque pudiera desconcertar inicialmente a quienes, como hice erróneamente yo, en vez de empezar el libro por el principio, como era lo lógico, lo hagan por algún capítulo determinado conforme a sus gustos particulares. Así pues, les recomiendo que no cometan la misma equivocación que cometí yo y sigan el orden establecido por Ramón, que tras el prólogo/declaración de intenciones pasa a revisar en sucesivos capítulos primero la evolución de la literatura popular en la época anterior a la Guerra Civil, y posteriormente los diferentes géneros en los que ésta se subdividió con posterioridad a 1939: policíaca, oeste, sentimental o rosa, ciencia ficción, aventuras y otros géneros minoritarios, para concluir con otros dos capítulos dedicados respectivamente a las editoriales y al nuevo medio de divulgación existente desde hace unos años, el omnipresente internet, junto con una completa bibliografía.

A modo de propina nos regala el autor con una interesante colección de portadas, supongo que procedentes de su colección particular, la cual pone en evidencia otra de las grandes carencias en la investigación de este género, una recopilación lo más completa posible de las innumerables portadas que ilustraron a estas novelas, en muchas ocasiones magníficas y, pese a ello, en su mayor parte olvidadas.

Pero como lo que interesa es ser optimista no nos fijemos en lo que nos falta, sino en lo que ya tenemos; y no cabe la menor duda de que el nuevo libro de Ramón Charlo supone una aportación muy importante al acervo documental existente sobre la literatura popular española. Es una lástima, eso sí, que su distribución deje bastante que desear, ya que el libro hubiera merecido una divulgación mayor; pero ya se sabe que las editoriales institucionales -en este caso la Universidad de Sevilla- suelen funcionar así, es decir, bastante mal, una vez que el libro ha sido editado. Por fortuna se puede comprar por internet en la página web de la Universidad, ya que resulta difícil, por no decir imposible, conseguirlo en una librería.


Publicado el 4-6-2014 en el Sitio de Ciencia Ficción