En busca del Internet perdido





Representación gráfica de la red mundial de internet. Tomado de The Opte Projet



Calculo que la primera vez que me zambullí en internet debió de ser allá por el ya lejano 1997. No recuerdo la fecha exacta en que ocurrió esto, pero sé que fue desde un ordenador de la biblioteca de mi centro de trabajo -entonces no era que no tuviéramos internet en los despachos, era que en muchos casos ni siquiera teníamos ordenador- y que me asusté mucho al conectarme sin saberlo, a través del vetusto buscador Altavista, con una página americana -se trataba de la sección de astronomía de la Universidad de Harvard- pensando que, al igual que ocurría con el teléfono convencional, una conexión vía internet a Norteamérica -todavía no se había inventado la tarifa plana, evidentemente- debía de costar un riñón.

Ahora, evidentemente, me sonrío ante mi ingenuidad neófita de entonces, pero en mi descargo he de decir que en estos catorce años la red ha cambiado mucho. Mejor dicho, muchísimo. Por supuesto entonces todavía estaba muy lejos de sospechar que acabaría interviniendo activamente en varias páginas diferentes, muy significativamente en el Sitio -mi primera colaboración, un artículo sobre Ángel Torres Quesada, está fechada el 4 de mayo de 1997, por cierto el mismo año de su creación- y todavía más lejos de que pudiera llegar a contar con página propia, la cual “estrené” en enero de 2006.

No, por aquel entonces, y salvo algún que otro artículo despistado, mi interés se centraba más bien en ponerme en contacto con otros aficionados a la ciencia ficción en general y a la Saga de los Aznar en particular -de donde salieron varias buenas amistades que todavía hoy conservo-, y a navegar por diferentes páginas de temática astronómica, astronáutica y de ciencia ficción. Recuerdo, por cierto, que las pocas páginas de ciencia ficción existentes entonces -me refiero, claro está, a las españolas o a las escritas en español- estaban agrupadas en su mayoría en un anillo, o webring como se decía entonces, una especie de catálogo de páginas de temáticas afines. El de ciencia ficción se llamaba Nebula, y aunque acabo de comprobar que sigue existiendo, todo parece indicar que está muerto y completamente obsoleto.

A partir de ahí internet empezó a evolucionar, apareciendo numerosas revistas, sitios y páginas personales, cada uno con su particular estructura y asimismo con diferentes formatos, empezando por esos antañones y entrañables autoejecutables de tosca apariencia y siguiendo más tarde por los formatos html y pdf, principalmente. Algunas de estas páginas y revistas todavía continúan existiendo convertidas ya en auténticos clásicos, mientras otras muchas se iban quedando por el camino. Existe una tercera categoría además de las vivas y las muertas, las páginas “congeladas” que llevan mucho tiempo sin actualizaciones pero continúan estando presentes en internet; aunque la experiencia demuestra que estos casos, tarde o temprano, suelen acabar desapareciendo.

De hecho yo mismo he sido en varias ocasiones “víctima” de estas desapariciones, lo que me forzaba a rescatar mis relatos, o mis artículos, incluyéndolos en mi propia página web, en la que en principio tan sólo había puesto los enlaces a las páginas donde había publicado mis textos. Finalmente, y en previsión de posibles enlaces rotos, opté por “duplicar” todos mis originales, de modo que se puedan consultar tanto en su “edición original” en las diferentes páginas como en una segunda versión alojada en mi propia página. Quizá sea exagerado y redundante, pero lo encuentro seguro.

Y es ahora, tras este largo preámbulo, cuando quiero lanzar mi propuesta, no sé si será irrealizable o no. Es una lástima que todo este material antiguo, en ocasiones interesante, haya desaparecido de la red; al fin y al cabo es un caso similar al de una antigua edición de un libro completamente agotada e imposible de conseguir, a no ser que la suerte se cruce en nuestro camino en forma de librería de viejo... sólo que aquí no hay librerías de viejo, ni nada parecido.

Por esta razón, pienso que resultaría muy interesante poder rescatar todas estas antiguas páginas y revistas desaparecidas o, en su caso, la mayor parte posible de ellas, para conservarlas en un... -iba a decir “cementerio”, pero no me gusta nada esta palabra- “museo”, si se me permite el símil, es decir, en un lugar en el que cualquier interesado en el tema pudiera consultarlas con la garantía de que no se perderían de nuevo.

Por supuesto esta idea es aplicable a la totalidad de internet, aunque yo aquí me estoy refiriendo mucho más modestamente a la ciencia ficción española, ya que es en un foro de esta temática donde ahora nos encontramos.

¿Imposible? En su totalidad probablemente sí, pero todo cuanto se recuperara, aunque fuera tan sólo de forma parcial, ya sería positivo. Claro está que se me ocurren varios posibles problemas. Primero, la posibilidad real de rescatar este material, algo que en ocasiones no resultará viable por diferentes razones incluyendo la hipotética oposición de sus antiguos propietarios, algo que sería preciso respetar. Segundo, la propia dificultad material de rastrear a este material y rescatarlo buscando en antiguos y olvidados archivos. Y tercero, y probablemente el principal, conseguir que un número suficiente de personas se comprometieran a realizar estas tareas de arqueología informática. Eso, claro está, sin olvidar tampoco que el material rescatado habría que colocarlo en algún lugar accesible, con los consiguientes gastos. No es que sea muy caro mantener un alojamiento y un dominio, pero gratis no es y alguien tendría que asumir estos gastos.

En fin, la idea está lanzada. Puede que se trate de una utopía, puede que yo sea tan sólo un ingenuo. Pero sin duda resultaría hermoso conseguirlo, y cuanto antes lo hagamos mejor, ya que todavía estamos a tiempo. Quizá mañana sea ya tarde.


Publicado el 2-10-2011 en el Sitio de Ciencia Ficción