Los Santos Niños en España
Su culto en Quintanilla de las Viñas (Burgos)





Vista panorámica de Quintanilla de las Viñas. Fotografía tomada de http://www.tierradelara.es



De todas las provincias de la mitad septentrional de España, la de Burgos es una de las que cuentan con más lugares vinculados con el culto a los Santos Niños, al menos cuarenta y dos aunque no descarto que pueda haber más, repartidos por toda su geografía aunque con especial incidencia en la parte situada al norte de la capital, en la cual curiosamente no hay la menor relación con los mártires complutenses.

Más al sur, en las tierras que riega el río Arlanza y en las estribaciones de la Sierra de la Demanda lindantes con la provincia de Soria, existe también otro importante núcleo -aunque no tanto como en las comarcas norteñas- que nos recuerda la gran importancia que tuvo el culto a los santos Justo y Pastor en los oscuros años de la Alta Edad Media, cuando la que entonces era una tierra de nadie entre los reinos cristianos del norte y los musulmanes del sur se convirtió en el refugio de pequeñas poblaciones cristianas que, amparándose en lo fragoso del terreno, lograron llevar una vida precaria de la cual bien poco es lo que nos ha quedado, salvo algunas antiguas ermitas rupestres, escasas referencias documentales y varios topónimos, por lo general los recuerdos más persistentes de todos.

En total son ocho los que tengo identificados en esta zona, los cuales están detallados en el artículo correspondiente. Dos de ellas son los topónimos de sendos montes situados en las cercanías de Covarrubias y de Cabezón de la Sierra, ambos denominados Santiuste probablemente por haber existido en sus cercanías un asentamiento altomedieval, y otras dos corresponden a reseñas documentales que indican la existencia de reliquias hoy desaparecidas en la colegiata de Covarrubias y en el monasterio de San Pedro de Arlanza.

Existen también dos ermitas. La primera se encuentra en la localidad de Castrovido y según el diccionario de Pascual Madoz estaba consagrada a los Santos Niños, aunque su titular es ahora la Virgen del Carmen. De la segunda, situada en Castrillo de la Reina y llamada asimismo de Santiuste, tan sólo quedan vestigios de su origen altomedieval.

A juzgar por lo que se lee en el documento no parece haber motivos que nos permitan asumir la hipótesis de Ambrosio Morales acerca de la consagración de la abadía a los Santos Niños; en aquella época era habitual que las fundaciones religiosas se hicieran apoyadas en una colección de reliquias de diversos santos, cuantas más y más importantes mejor, aunque la advocación de los templos y monasterios, tal como ocurre ahora, solía estar referida tan sólo a uno o dos de ellos. Llama la atención, asimismo, que los mártires complutenses sean citados en último lugar, no sólo después de los titulares Cosme y Damián, que figuran en primer término, sino también del resto. Lo que no he podido averiguar, pese a su evidente interés, es si estas reliquias se siguen conservando en la actualidad.

Las dos referencias restantes son las únicas que corresponden a localidades que mantienen vivo el culto a los márties complutenses. Se trata de Santa Inés y de Quintanilla de las Viñas, y puesto que la parroquia de Santa Inés está descrita en otro artículo, dedicaremos nuestra atención en esta ocasión a Quintanilla de las Viñas.




Planta de la parroquia. Plano de Félix Palomero, tomado de 1


Quintanilla de las Viñas es una pequeña localidad burgalesa de tan sólo 17 habitantes aunque en 2006, cuando escribí la primera versión del artículo, todavía eran 25, lo que indica la brutal despoblación a la que está sometida la España interior. Pertenece al municipio de Mambrillas de Lara, y está situada en las cercanías de la carretera N-234 que enlaza las ciudades de Burgos y Soria, a unos 35 kilómetros de Burgos y no muy lejos de Salas de los Infantes, ya en las estribaciones de la Sierra de la Demanda.

Aunque su parroquia está consagrada a los santos Justo y Pastor, Quintanilla es conocida sobre todo por la ermita visigoda -en realidad los restos de una antigua basílica, probablemente perteneciente a un desaparecido monasterio- de Santa María de las Viñas, que se alza a 5 kilómetros de distancia del pueblo. Pese a que la ermita es muy importante para la historia del arte, en esta ocasión lo que nos interesa es la mucho más modesta iglesia parroquial de los santos Justo y Pastor, habitualmente eclipsada por su compañera, la cual se alza en un extremo del caserío tal como se aprecia en la fotografía que encabeza el artículo.




Exterior de la parroquia de los santos Justo y Pastor. Fotografía tomada de http://www.tierradelara.es


Según la información aportada por una monografía sobre esta localidad publicada en internet1, ampliada con la que en su día pude obtener en la desaparecida base de datos de los antiguos Puntos de Información Cultural (PIC), la parroquia es un templo de planta basilical de una sola nave dividida en cuatro tramos, con muros de sillería reforzados con contrafuertes, bóveda de crucería y cabecera recta.




Vista de la portada de la parroquia
Fotografía de Félix Palomero, tomada de 3


La portada, sencilla y de trazas clasicistas, soporta sobre ella un segundo cuerpo que cuenta con un arco de medio punto a modo de hornacina, vacía a la sazón, rematado por un frontón triangular en cuya cúspide se alza un medallón con una cruz en su interior. No se abre a los pies del templo sino en el segundo tramo y en el lado de la Epístola, es decir, el de la derecha, quizá por ser la torre un añadido posterior que prolongó la longitud de la iglesia. Tal como se puede apreciar en la fotografía, la portada queda retranqueada entre la escalera de caracol de la torre y el contrafuerte del tercer tramo al sobresalir ambos en relación a ella.




Interior de la parroquia, con las imágenes de los santos Justo y Pastor
presidiendo el altar mayor. Fotografía de Basilio Cubillo García


A los pies de la iglesia y ocupando el primer tramo de la nave, en cuyo interior se encuentra el coro, se alza la torre. De aspecto sólido y macizo es de planta rectangular y también de sillería, y cuenta en su parte superior con cinco huecos rematados con arcos de medio punto, mientras la escalera de caracol, adosada al lateral, sobresale de la planta del edificio tal como ha sido comentado. La sacristía, por último se adosa al muro de la Epístola a la altura de la cabecera, con la cual se comunica. Los autores del la monografía apuntan que la cabecera sería precisamente la parte más antigua del edificio, levantándose a finales del siglo XV mientras el resto de la fábrica correspondería ya al siglo XVI combinando elementos góticos tardíos y renacentistas.




Retablo mayor. Ffotografía tomada de http://www.tierradelara.es


Tras describir los diferentes retablos con que cuenta el templo los autores dicen lo siguiente del retablo mayor:


Se trata de una estructura de madera policromada y dorada que consta de banco, del sagrario en el centro, dos cuerpos, tres calles, entablamentos y remate en frontón semicircular. En el banco vemos varios relieves; en la zona izquierda se escenifica a San Miguel pesando almas, en el de la derecha vemos a santa Catalina y santa Lucía con los correspondientes atributos y en el centro hay un cuidado sagrario. En el primer cuerpo vemos primero a san Roque mostrando sus heridas, en la zona derecha se escenifica el martirio de San Vicente y el centro, enmarcadas en hornacina arquitrabada vemos las tallas de los santos Justo y Pastor. En el segundo cuerpo en un hornacina vemos, en la zona izquierda un relieve del martirio de San Sebastián, en la derecha el martirio de un santo que muere apaleado que se ha identificado y en el centro hay una talla de la Virgen con el Niño que se situada dentro de las pautas y formas de Berruguete. El ático, en marcados en el frontón semicircular vemos el habitual calvario, flanqueado en el exterior por sendas tallas de San Pedro y San Pablo. Las formas que presenta el retablo, el tipo de hornacinas, la talla de las esculturas y relieves, la policromía y el dorado, las columnas abalaustradas y la ornamentación hablan un lenguaje propio de una obra del primer tercio del siglo XVI, de trazas y formas platerescas.




Imágenes de los santos Justo y Pastor. Fotografía de Basilio Cubillo García


Gracias a la amabilidad de don Basilio Cubillo García, natural de Quintanilla, que se las proporcionó a mi buen amigo Tomás Polo el cual, a su vez, me las hizo llegar a mí, dispongo de unas excelentes fotografías de las imágenes de los titulares de la parroquia, de las cuales no dan ningún dato ni la página de la Tierra de Lara ni la monografía de Félix Palomero y sus colaboradores. Estas imágenes parecen ser de estilo renacentista, si bien de factura claramente popular. Los dos hermanos van ataviados como soldados romanos, algo bastante frecuente en su iconografía, y los rostros parecen responder no a dos niños pequeños sino a unas personas de mayor edad, lo que hace pensar que su anónimo autor pudiera haber sido un artesano de la zona antes que un escultor.




Imágenes de los santos Justo y Pastor (detalle). Fotografía de Basilio Cubillo García


Pese a lo exiguo de su población, que es de suponer se incremente algo en verano, Quintanilla celebra la fiesta de los Santos Niños los días 6 y 7 de agosto. En ella se sacan las imágenes en procesión y se baila en honor suyo mientras repican las campanas de la parroquia, tal como se puede apreciar en las fotografías remitidas por don Ramiro García García, alcalde de Quintanilla.




Dos aspectos de la procesión de los Santos Niños. Fotografías de Ramiro García García


Asimismo, y al igual que en otros lugares que comparten esta festividad, en esta ocasión se cantan los siguientes versos:


SAN JUSTO Y PASTOR (“HECE JUSTUS, HECCE PASTOR”)

Mira a Justo, mira a Pástor,
los hermanos de Alcalá,
los niños que QUINTANILLA
por Patrones quiere honrar.

Iban juntos a la escuela,
a la escuela de Alcalá,
cuando escuchan alboroto
y temor en la ciudad.

Es que ha venido Daciano
con la orden imperial
de matar a los cristianos
que hubiera en este lugar.

Impulsados de fervor,
al tirano van a ver
para confesar a Cristo
como a su Dios y su Rey.

-No tememos a la muerte,
ni traicionamos la fe,
creemos en Jesucristo
y reinaremos con Él.

El pagano dictador
quiere vencer la proeza
de aquellos niños valientes
que desafían su alteza.
Les promete larga vida,
honores y hasta riqueza,
les asusta con la espada,
pero los niños confiesan:

Confiesan que Cristo vive,
confiesan que Cristo reina,
confiesan que Dios es justo
y esperan la VIDA ETERNA.

Vencido por Justo y Pástor,
ante audacia tan tremenda,
Daciano, en “Campo Laudábile”,
a sus verdugos entrega.

-¡Que les azoten con nervios!
¡Que les corten sus cabezas!...
Y, alegres, Justo y Pástor
al sacrificio se ofrendan.

Sus cuerpos son sepultados,
sus almas al Cielo vuelan,
interceden por nosotros
y ejemplo de ello nos dejan.

(NOTA: Se podría cantar con la música tradicional del Himno de Vísperas, repitiendo los dos últimos versos de cada estrofa).




Repique de campanas. Fotografía de Ramiro García García




1 Félix Palomero, Magdalena Ilardia, Francisco Reyes, Julio Escalona y María Luisa Menéndez. El patrimonio histórico-artístico y cultural de la Sierra de la Demanda. Quintanilla de las Viñas. Se puede descargar aquí.

Ver también:
La presencia de los Santos Niños en las Merindades de Burgos
La presencia de los Santos Niños en las comarcas burgalesas de los Páramos, la Bureba y el Valle del Ebro
La presencia de los Santos Niños en las comarcas centrales de Burgos
Los Santos Niños en España. La iglesia de Santa Inés (Burgos)


Publicado el 14-11-2006
Actualizado el 8-8-2019