Los Santos Niños en España
La parroquia de Espuéndolas (Jaca)





La parroquia de Espuéndolas



Siempre que salgo de vacaciones en verano por las distintas regiones españolas, suelo aprovechar para ir en busca de aquellas localidades que, por una razón un otra, tienen o han tenido vínculos con nuestros santos patronos. En esta ocasión dirigí mis pasos hacia el Pirineo aragonés, lo que me permitió visitar la ciudad de Huesca, por supuesto, y la comarca de la que Jaca es capital, la Jacetania.

Sabía, gracias a la información proporcionada por el banco de datos de los Puntos de Información Cultural, del Ministerio de Cultura, que un pueblecito cercano a Jaca tenía su parroquia consagrada a los Santos Niños, por lo que a éste dirigí mis pasos. Su nombre es Espuéndolas, y está situado a mitad de camino aproximadamente de Jaca y Sabiñánigo, tras un corto desvío que lo enlaza con la carretera nacional 330 que discurre entre las dos localidades citadas y que, procedente de Zaragoza y Huesca, continúa posteriormente hasta el puerto fronterizo de Somport.




Otra vista de la parroquia


Por extraño que parezca ninguna de las fuentes por mí consultadas, a excepción del ya citado P.I.C., informaba acerca de esta vinculación de Espuéndolas con los Santos Niños, por lo que se trata, o al menos así fue para mí, de una auténtica novedad dentro de la investigación acerca del culto a nuestros patronos fuera de Alcalá. Quizá el pequeño tamaño de este pueblo, que ni tan siquiera cuenta con municipio propio (depende administrativamente de la vecina Jaca) sea el responsable de este olvido, olvido que deseo romper con el presente artículo de maneara que el mismo pueda ser conocido en Alcalá.

Situado no en el terreno llano que se extiende a ambas márgenes de la carretera, sino en la falda de una pequeña ladera que hace que sus calles sean empinadas y tortuosas, Espuéndolas, que a principios de siglo contaba con una población de en torno a los setenta habitantes (cerca de trescientos en el total del municipio del que entonces era cabecera), tiene hoy tan sólo seis casas habitadas, lo que supone en torno a los veinte vecinos. Como en tantos otros casos, la cercanía de esta población a dos lugares en alza (Jaca y, en especial, Sabiñánigo) será seguramente la responsable de esta despoblación.




Portada de la parroquia


De hecho, las muestras de que este pueblecito había vivido épocas mejores eran evidentes, como demostraba la existencia de varias excelentes casonas expoliadas por sus propietarios, los cuales habían vendido años atrás los elementos más nobles de las mismas tales como columnas o ventanales.

Pero centrémonos en los Santos Niños. Una vez llegados allí entramos en contacto con los vecinos del pueblo, los cuales con toda amabilidad accedieron a abrirnos la iglesia al tiempo que nos aportaban toda una serie de datos de interés muy valiosos para nosotros dado que la información que poseíamos acerca del pueblo no podía ser más escueta. De hecho, la ficha del P.I.C. que nos servía de guía tan sólo informaba de lo siguiente, que transcribo textualmente:


Espuéndolas. Municipio: Jaca. Iglesia de los santos Justo y Pastor. Siglo más relevante: 18. Estilo relevante: Popular. Al exterior presenta pórtico a los pies del templo. La iglesia se organiza en una planta de tipo nave-salón y abre su sacristía a la izquierda (lado del Evangelio). Es de estilo popular, siglo XVIII, y su conservación es buena. Fue revocada por el pueblo hace unos veinte años.


Y eso es todo, que no es ciertamente mucho. Algo más de información aporta la página web jacetania.es:


La iglesia parroquial de los santos Justo y Pastor es un modesto edificio reconstruido en los siglos XVII-XVIII sobre uno anterior gótico. Consta de una nave con capillas laterales poco profundas y cabecera recta, todo abovedado en cañón con lunetos y con un diminuto coro levantado sobre el pórtico de entrada a los pies de la iglesia. De la fábrica gótica (siglos XV-XVI) pervive la portada en arco apuntado y la torre-campanario de aspecto fortificado. De esta época son la pila bautismal y un altar portátil que cobija una talla de la Virgen con el Niño (siglo XIII) a la que se da culto como Santa Isabel. Procede de la ermita de igual advocación situada en la llamada “corona de Espriella o Esprilla” y que ha sido identificada como la iglesia del pequeño monasterio de San Julián de Asperella (1040-1050). Conserva casi intacta su fábrica primitiva de una nave rectangular y cabecera cuadrada, de tradición prerrománica, lo que hace de ella un edificio de enorme valor histórico-artístico.


Vayamos a los datos que pude recabar personalmente. La iglesia es de pequeñas dimensiones y no posee un estilo arquitectónico definido (es lo que en la ficha llaman estilo popular), lo que es probable que se deba a la aludida reconstrucción de los siglos XVII y XVIII, presumiblemente poco respetuosa con las trazas originales del edificio. Y aunque no es mi intención rebatir la opinión de los expertos, lo cierto es que su valor arquitectónico a mí me pareció, al menos a simple vista, bastante limitado tal como ha llegado hasta nosotros. Cuenta la iglesia con una torre campanario bastante maciza, con tejado a dos aguas, en la cual, debajo del cuerpo de campanas, se abre una ventana de aspecto gótico, probablemente superviviente del templo original.

El acceso a la iglesia se hace por un portalón que da paso a un pequeño patio, en el cual se abre el pórtico que cobija a la puerta ojival de la iglesia. En el interior de la misma destaca el retablo, rococó y muy recargado, en cuyo centro se encuentra un relieve que recuerda la degollación de los santos mártires, también de un estilo bastante popular e ingenuo, ya que los verdugos de los hermanos parecen no legionarios romanos, como cabría esperar, sino feroces soldados turcos, mucho más fáciles de asociar por la población española de la época con la barbarie y la persecución de la religión cristiana.


Vista general del retablo y detalle del mismo


En cuanto a la celebración de la festividad de los Santos Niños nos comunicaron que, por coincidir ésta con el grueso de las labores agrícolas, había sido trasladada, haría cosa de 65 ó 70 años -la información me fue proporcionada en 1993-, al 18 de septiembre, fecha mucho más adecuada por haberse terminado ya las tareas del campo. Sin embargo, un segundo cambio de fecha habría tenido lugar en fecha mucho más reciente, cinco o diez años, atrás, fijándose definitivamente la festividad en el tercer sábado de septiembre, curiosamente un día antes de la celebración en Alcalá de la fiesta de la Virgen del Val. Según la citada página web, la fiesta se celebra ahora el segundo fin de semana de septiembre.

Para terminar este artículo, deseo recordar que en Barós, un pueblecito cercano a Jaca y, por lo tanto, a Espuéndolas, existe una iglesia románica que está consagrada a san Fructuoso, uno de los personajes más ligados a la expansión del culto a los Santos Niños por gran parte de la península ibérica. Es curioso que sea este santo y no san Urbicio quien figura como titular de la iglesia, ya que fue este último quien propagó la veneración a nuestros patronos por todos los Pirineos mientras que san Fructuoso, anterior a éste en uno o dos siglos, lo había hecho previamente por todo el noroeste de España y el norte del todavía inexistente Portugal. Se trata, sin duda, de un punto a investigar.




Ver también:
Los Santos Niños en España. Su culto en Aragón
Los Santos Niños en España. La ermita de Cuevas de Almudén (Teruel)


Publicado el 18-9-1993, en el nº 1.350 de Puerta de Madrid
Actualizado el 22-5-2012