Los Santos Niños en la pintura
El cuadro de Sánchez Coello en el Escorial





Martirio de los Santos Niños. Cuadro de Alonso Sánchez Coello
que se conserva en el monasterio de San Lorenzo del Escorial



Como es sabido, en la cesión parcial a Alcalá de las reliquias de los Santos Niños por parte de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca intervino muy activamente el rey Felipe II. Lo que quizá no sea ya tan conocido, es que el monarca se “cobró” en especie su mediación quedándose asimismo con algunas reliquias que fueron depositadas en el monasterio de San Lorenzo del Escorial, entonces en construcción. Es preciso advertir que en aquella época estaba en auge el culto a las reliquias, de modo que se pensaba que cuantas más reliquias tuviera un templo más bendecido por los santos estaba, de modo que no es de extrañar que aquellas iglesias sujetas al patronazgo real acabaran convirtiéndose en auténticos osarios, por muy santos que pudieran resultar estos despojos.

El traslado de algunas reliquias de los Santos Niños al Escorial no fue, pues, un hecho aislado, ni se debió tampoco a una devoción particular de Felipe II hacia los mártires complutenses, sino que se enmarcó en un enorme trasiego de reliquias de todo tipo procedentes de los más diversos lugares, aunque cabe suponer que el rey aprovechara la coyuntura de la cesión a Alcalá -hasta entonces los oscenses se habían negado de plano a compartir los restos de Justo y Pastor- para barrer hacia casa.

Sin embargo, y en contra de la creencia más extendida, las reliquias del Escorial no fueron segregadas del lote -bastante exiguo, todo hay que decirlo- que le tocó en suerte a Alcalá, aunque evidentemente salieron del mismo lugar, las arcas de San Pedro el Viejo; en realidad fueron tomadas un año más tarde, en 1569, mientras las complutenses llegaron a nuestra ciudad el 7 de marzo de 1568. Hubo, pues, un segundo traslado, tan tumultuoso como el anterior a decir de los cronistas de la época, principalmente el aragonés Juan Francisco Andrés de Uztarroz, autor del Monumento de los santos martyres Justo y Pastor en la ciudad de Huesca, una especie de réplica al análogo de Ambrosio Morales La vida, el martyrio, la invención, las grandezas y las translaciones de los niños martyres San Iusto y Pastor y el solemne triumpho con que fueron recebidas sus santas reliquias en Alcalá de Henares, pero visto desde la perspectiva de Huesca, opuesta a la de Alcalá en el marco de una de las tradicionales -y desde nuestro punto de vista actual ridículas- rivalidades tan típicas de la época.

Por el estudio introductorio de la reedición facsímil1 del libro de Uztarroz, escrito por Claude Chauchadis, sabemos que las reliquias del Escorial constaban de dos canillas -o tibias- tomadas de una pierna de cada santo, y según otras fuentes fueron depositadas en la basílica del monasterio, concretamente en la tercera capilla del lado del Evangelio, es decir, el de la izquierda mirando de frente al altar mayor, capilla que les quedó dedicada.

Para ornamentar la capilla se encargó un cuadro al pintor Alonso Sánchez Coello, nacido en la localidad valenciana de Benifairó hacia 1531 y fallecido en Madrid en 1588. Sánchez Coello era pintor de cámara de Felipe II, y sus cuadros más conocidos son diversos retratos tanto del monarca como de diferentes miembros de la familia real, en especial el retrato de Felipe II que se conserva en el Museo del Prado.

El cuadro, titulado Santos Niños Justo y Pastor, representa el momento de su degollación, un motivo clásico en la iconografía de estos mártires, y en su composición recuerda a los de otros de temática similar, aunque claro está la mano de Sánchez Coello se nota en el mismo, no en vano fue uno de los pintores más importantes de la España de su época.




1ANDRÉS DE UZTARROZ, Juan Francisco. Monumento de los santos martyres Justo y Pastor en la ciudad de Huesca. Ed. facsímil. Col. Rememoranzas, nº 8. Instituto de Estudios Altoaragoneses. Huesca, 2005.


Publicado el 27-11-2007