Los Santos Niños en España
Su culto en Ávila



Aunque siempre procuro, dentro de lo posible, escribir estos artículos lo más frescos posibles, por diferentes razones hay algunos casos que se me acaban quedando atascados. Rebuscando entre mis papeles encontré hace poco las notas y las fotografías correspondientes a los Santos Niños de Ávila, fruto de un viaje hace más de un año largo pero que todavía tenía sin publicar. No son los únicos, puesto que también tengo pendientes los de lugares tales como la localidad navarra de Fustiñana, los de Huesca, los de Las Palmas de Gran Canaria y los de Argentina; espero que poco a poco, si mi pertinaz falta de tiempo me lo permite, pueda irlos dando a conocer, puesto que todos ellos son, por distintas razones, bastante interesantes.

En esta ocasión le corresponde el turno a Ávila. Según la bibliografía que yo había manejado existió en la Edad Media un templo consagrado a nuestros patronos en esta ciudad castellana, pero las distintas fuentes consultadas no eran demasiado explícitas, existiendo confusión incluso sobre si se trataba de una parroquia, una capilla o una ermita. En lo único en que sí se ponían de acuerdo, es en que ya no existía.




Convento de Santa María de Gracia. Exterior


Finalmente, en una guía de Ávila encontré la explicación: El templo, que efectivamente había existido, era una ermita, y sobre su solar se había levantado en el siglo XVI el actual convento de Nuestra Señora de Gracia. Este convento, perteneciente a la orden de las Agustinas Descalzas, está situado frente a las murallas por la parte de extramuros, justo en el ángulo sureste de las mismas, al sur de la plaza de Santa Teresa en el lugar en el que la murallas doblan en ángulo recto. No obstante, aunque una de las entradas del convento se abre por aquí, la discreta fachada de la iglesia, que es lo que nos interesa, está al otro lado del edificio, en un recoleto rincón al que se accede tras descender por una empinada cuesta.

El hecho más importante de la historia de esta comunidad lo constituyen los dos años que Santa Teresa residió allí como estudiante seglar, entre 1531 y 1533, cuando tan sólo contaba con 16 años (nació en 1515) y justo antes de ingresar en la orden de los carmelitas. En cuanto a la iglesia del convento, que se alza sobre el solar de la antigua ermita, ésta es sencilla y sin demasiado valor artístico -de hecho suele quedar al margen de las visitas turísticas a Ávila-, aunque la guía consultada resalta el retablo mayor, las rejas del presbiterio y las vidrieras.




Convento de Santa María de Gracia. Altar mayor


Puesto que nada sabemos de la desaparecida ermita, salvo su existencia, veamos algunos datos sobre el convento. Éste fue fundado en 1504 por doña Mencía López que, tras enviudar de un platero, tomó el hábito agustino junto a sus dos hijas y una sobrina, recogiéndose en unas casas de su propiedad que convirtió en beaterio. Cuatro años más tarde las cuatro fundadoras profesaron los votos solemnes, por lo que algunas fuentes bibliográficas dan 1508 como el año de fundación del convento.

Aunque la comunidad creció rápidamente carecía de iglesia propia y de los medios económicos para edificarla, razón por la que en 1510 solicitaron permiso al obispo para poder utilizar como tal la contigua ermita de los Santos Niños, lo cual les fue concedido. Durante sus primeros años de existencia el convento salió adelante con muchas estrecheces manteniendo como capilla la antigua ermita, pero la generosa aportación económica de un benefactor, don Pedro de Ávila, a cambio como era habitual entonces de la concesión de enterramientos para él y su familia, hizo que la situación cambiara radicalmente en 1530. Un año más tarde comenzaban las obras, que supusieron la reconstrucción total de la iglesia, aunque desconozco si se conservaron algunos restos de la antigua ermita. Las obras finalizaron en 1535 con el retablo mayor, obra de Lucas Giraldo y Juan Rodríguez, y cabe suponer que el aspecto de la nueva iglesia no fuera muy diferente al que presenta en la actualidad.

Sin embargo, lo que más nos interesa a nosotros es el cuadro de los Santos Niños que se conserva en un altar lateral situado en el lado de la Epístola (el derecho). No fue ésta la ubicación original del altar sino a los pies de la iglesia, también en el lado de la Epístola y junto al comulgatorio, pero fue intercambiado de lugar con el de la Virgen de Montserrat en una fecha indeterminada posterior a 1922.

El retablo de este altar cuenta con tres cuadros, uno central de mayor tamaño (182 × 118 cm.) que representa la escena de Jesús despedido por Pilatos y dos laterales más pequeños (150 × 55 cm.) dedicados respectivamente a santa Teresa niña durante su estancia en el convento el de la izquierda, y al martirio de los Santos Niños el de la derecha. Aunque algunos investigadores atribuyeron los tres lienzos a un mismo pintor, Paloma Sánchez Portillo afirma en su tesis doctoral, defendida en 2016, que sólo los dos laterales son obra de Francisco Zorrilla y Luna (1679-1747) -su firma aparece en el ángulo inferior izquierdo del de los Santos Niños-, datándolos en 1732. Francisco Zorrilla era natural de la localidad riojana de Haro, pero durante la mayor parte de su vida trabajó en Madrid especializándose en cuadros de temática religiosa, por lo que se le considera perteneciente a la escuela barroca madrileña de la primera mitad del siglo XVIII.




Convento de Santa María de Gracia. Cuadro de los Santos Niños


El cuadro está dividido en dos partes tal como solía ser bastante habitual en la pintura religiosa barroca, la inferior o terrenal representando el martirio de los dos hermanos y la superior o celestial en la que sus almas son recibidas por dos ángeles que portan las coronas y las palmas símbolo de su martirio. Bajo esta doble escena, y también en el lienzo, aparece escrita la siguiente leyenda:


“ESTA YGLESIA EN SU PRIMITIVA FUNDACIÓN FUE DE S. JUSTO Y PASTOR, Y A SU INTERCESION SE HIZO LA FUNDACION DE ESTE CONVENTO DE SAN AGUSTIN Y POR LO TANTO LES RECONOCEN Y PONEN POR SUS PATRONOS EN ESTE CORATERAL SUS HIJAS.”


Complementada por esta otra, más breve, en el banco del retablo:


“ESTA PINTVRA DE SAN JVSTO Y PASTOR ES EN MEMORIA DE ABER SIDO ESTA YGLESIA ERMITA SVIA.”


Pero la verdad sea dicha, las religiosas que habitan actualmente en el convento no parecen guardar demasiado el recuerdo de nuestros santos, puesto que consultada la hermana tornera nada de interés supo decirme. Actualmente los Santos Niños no reciben culto en esta iglesia, de la que ni tan siquiera son titulares, quedando como único recuerdo de su antiguo patronazgo el ya citado cuadro.




Lápida fundacional de la iglesia de Santo Domingo
Fotografía tomada de la Wikipedia


No es éste el único vestigio de culto a los Santos Niños que existe en la ciudad de santa Teresa, puesto que en el museo provincial se conserva la lápida fundacional de la desaparecida iglesia de Santo Domingo, fechada en 1208 (1246 de la Era Hispánica), en la que reza que en ella se depositaron reliquias de los santos Justo, Pastor, Sebastián y Sixto:


“CONSAGRÓ ESTA IGLESIA PEDRO, OBISPO ABULENSE, EN HONOR DE SANTO DOMINGO CONFESOR DONDE DESCANSAN LAS RELIQUIAS DE LOS SANTOS MÁRTIRES JUSTO Y PASTOR, SAN SEBASTIÁN Y SAN SIXTO, PAPA Y MÁRTIR. EN LA ERA DE MCCXLVI, IDUS DE ABRIL.”


Fuera de la capital, la provincia abulense es muy parca en lugares vinculados a nuestros patronos en llamativa discrepancia con otras provincias cercanas como Segovia o Valladolid, y lo poco que hay son solamente topónimos sin que haya culto a estos santos, aunque es muy posible que sí lo hubiera en la Edad Media. Existen dos Santiustes, corrupción del nombre de San Justo; el primero de ellos, cercano a Piedrahita, es una pequeña aldea perteneciente al municipio de Santiago del Collado, mientras el segundo es un despoblado del que sólo se conserva el nombre situado al oeste de la provincia, entre las localidades de Fontiveros y Cantiveros.

Menos evidentes son otros dos topónimos que, no obstante, es muy posible que deriven también de San Justo. Valdeyusta (valle de Yuste, o Justo) fue una aldea medieval, hoy despoblada, que aparece citada en documentos del siglo XIII y estaba situada junto al puerto de la Paramera, al sur de Ávila. Hustias, Fustias, Justias o Justios, que de todas estas maneras aparece nombrada, es una aldea perteneciente al municipio de Umbrías que se encuentra en el extremo suroeste de la provincia, cercana al puerto de Tornavacas y a la localidad de El Barco de Ávila. En un principio puede parecer bastante cogida por los pelos la relación de su nombre con los Santos Niños, y más concretamente con san Justo, pero dentro de la toponimia hay ciertas evoluciones del lenguaje que, por analogía, se pueden seguir. Dos poblaciones que sí tienen una demostrada vinculación con nuestros santos son Diustes, en Soria, y Fustiñana en Navarra; como puede comprobarse, las similitudes entre los nombres son muy notables, por lo que, sin poder aseverarlo con una certeza absoluta, existe una probabilidad muy elevada de que así sea.


Publicado el 7-10-2000, en el nº 1.685 de Puerta de Madrid
Actualizado el 17-9-2019