El culto a los Santos Niños en la historia
El auto sacramental de 1568





Primera página del auto sacramental de los Santos Niños



Aunque ya lo he repetido en numerosas ocasiones, me veo obligado a decirlo una vez más: Internet es una herramienta de primer orden para todo aquél que desee investigar sobre cualquier tema en concreto, por muy minoritario, complicado o peculiar que pudiera parecer éste a primera vista. En mi caso, huelga decirlo, me está resultando de extrema utilidad para mis trabajos dedicados a la historia complutense en general y al tema de los Santos Niños en particular.

Fue en internet precisamente donde, haciendo una de las rutinarias búsquedas que realizo de forma periódica, me encontré con una página de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, una iniciativa de la Universidad de Alicante destinada a pasar a formato digital el ingente patrimonio literario de la cultura española. En ella se anunciaba la publicación del “Auto del martyrio de sant Justo y Pastor”, un manuscrito anónimo conservado en la Biblioteca Nacional que, por el tipo de letra, cabría fechar en el Siglo de Oro, y cuyas diez páginas se reproducían en facsímil. Es sabido, puesto que se estudia -o al menos se estudiaba cuando hace tres décadas yo cursé el bachiller- que los autos sacramentales eran unas pequeñas obras teatrales de temática sacra ideadas para exaltar el fervor religioso, algo muy típico de la época de la Contrarreforma.

El texto, como pude comprobar leyéndolo -trabajosamente, eso sí, ya que la paleografía no es lo mío-, y como es fácil de deducir por el título, recrea de una manera bastante ingenua la tradición del martirio de los dos patronos de nuestra ciudad, siendo los personajes del mismo “Daciano, un maestresala suyo, un pregonero, sant Justo, sant Pastor y un ángel”. Puesto que el relato del martirio es de sobra conocido no lo voy a repetir aquí, remitiéndoles a la propia página si ustedes están interesados en leer el texto completo.

Otra cuestión es la historia del propio auto sacramental, que he podido rastrear gracias al trabajo de Isabel Alastrué “Alcalá de Henares y sus fiestas públicas1, donde se nos explica que esta obra teatral parece corresponder a la que le fue encargada por la universidad complutense al maestro Alonso de Torres para conmemorar la llegada a nuestra ciudad en 1568, procedentes de Huesca, de las reliquias de los Santos Niños, uno de los mayores acontecimientos públicos ocurridos en Alcalá durante todo el Siglo de Oro a decir de los cronistas de la época, entre ellos el propio Ambrosio de Morales que, testigo presencial del acontecimiento, relató en su documentado libro “La vida, el martyrio, la invencion, las grandezas y las translaciones de los gloriosos niños Martyres san Justo y Pastor2 todos los avatares de la solemne celebración con la que Alcalá festejó el retorno de las reliquias de sus patronos después de varios siglos de ausencia. La atribución a este autor no es completamente segura, ya que existen también referencias a otros autos sacramentales del mismo título contemporáneos del de Alonso de Torres, pero esta investigadora parece considerar ésta como la más probable.

Los festejos, según la detallada crónica de Morales, debieron de ser realmente extraordinarios, pudiéndose afirmar que los alcalaínos echaron literalmente la casa por la ventana. Puesto que un relato detallado de las fiestas rebasaría con creces las pretensiones de este artículo, amén de que éste ya fue realizado por la propia Isabel Alastrué en el citado libro, me voy a limitar a hablar del auto sacramental que, por cierto, no fue el único escrito con ocasión de tan magno acontecimiento, ya que hubo una segunda representación teatral, encargo en esta ocasión del cabildo magistral, escrita por Francisco de las Cuebas. Según Isabel Alastrué esta última se conserva manuscrita en la Biblioteca Nacional y fue editada en 1908 por el hispanista J.P. Wickersham Crawford; huelga decir que resultaría sumamente interesante su rescate ya que, por lo que yo sé, al día de hoy es completamente desconocida en nuestra ciudad.

Pero volvamos al texto de Alonso de Torres, un personaje por cierto del que apenas he podido encontrar unas breves reseñas biográficas. Al parecer era natural de la localidad jiennense de Torres -localidad natal, por cierto, del juez Baltasar Garzón-, lo que le valió el apelativo de “Turculano”. Tras ser alumno del colegio Trilingüe, una vez terminados sus estudios siguió vinculado a la universidad alcalaína en calidad de catedrático de Humanidades y Retórica en el colegio menor de San Isidoro, uno de los dos -el otro era el de San Eugenio- conocidos como los Colegios de Gramáticos, lo que justifica su título de Maestro, calificándole Morales de patrón -supongo que se trataría de un cargo de responsabilidad- del citado colegio. Fue autor de unos Comentarios a la Gramática de Nebrija y de unas Rhetoricae exercitationes (Alcalá, imprenta de Juan Villanova, 1569), gozando de fama de docto en lenguas.

La representación del auto estaba prevista, según Ambrosio Morales, como una de las etapas de la solemne procesión de las reliquias que el domingo 7 de marzo de 1568, procedentes de Meco, recorrieron las calles de Alcalá desde la Puerta de Guadalajara, rebautizada como de los Mártires, hasta llegar a la Magistral, punto final de la misma. Inicialmente estaba previsto que ésta tuviera lugar frente al Colegio Mayor de San Ildefonso, cabe suponer que en la plaza de San Diego, recién trazada entonces sobre el solar que ocupara hasta poco antes el colegio Trilingüe, trasladado en 1557 a su ubicación definitiva de la calle de los Colegios a espaldas del Mayor. Sin embargo, la afluencia de un inmenso gentío lo hizo imposible, por lo que las reliquias tuvieron que seguir adelante aplazándose hasta el día siguiente la representación, que en esta ocasión tuvo lugar en el Paraninfo, entregándose a continuación los premios de la justa poética que asimismo había convocado la universidad.

A modo de anécdota, hay que reseñar que la representación del otro auto sacramental, el de Francisco de las Cuebas, tampoco pudo realizarse tal como estaba programado a la llegada de la procesión al convento de San Juan de la Penitencia -actual Casa de la Entrevista-, en esta ocasión por haberse hecho demasiado tarde, ejecutándose finalmente el domingo 15 de marzo, una vez concluido el octavario dedicado a los santos, en el interior de la Magistral.




1 CAMPO ALASTRUÉ, Isabel. Alcalá de Henares y sus fiestas públicas (1503-1675). Colección Ensayos y Documentos, nº 9. Universidad de Alcalá, 1990
2 MORALES, Ambrosio de. La vida, el martyrio, la invencion, las grandezas y las translaciones de los gloriosos niños Martyres san Justo y Pastor, y el solenne triumpho con que fueron recebidas sus santas Reliquias en Alcala de Henares en su postrera translacion. Imprenta de Andrés Angulo. Alcalá, 1568.


Publicado el 7-2-2004, en el nº 1.843 de Puerta de Madrid
Actualizado el 25-1-2006