Pasó la Semana Santa de 1998





Al igual que en años anteriores, una vez terminada la Semana Santa resulta conveniente realizar una consideración de lo que ésta ha dado de sí, la cual por cierto viene a ser bastante similar a las hechas en años anteriores. La Semana Santa de Alcalá sigue en su línea ascendente consolidándose (y esto por sí solo es ya un mérito) todo lo logrado en anteriores ediciones, a lo que hay que sumar las novedades introducidas en el presente año. No obstante, llama poderosamente la atención que este empuje no sea compartido por todas las cofradías sino tan sólo por parte de ellas, mientras el resto parece conformarse con repetir año tras año lo mismo sin mostrar excesivo interés por introducir innovaciones en su participación en una Semana Santa que está en auge no sólo en Alcalá, sino en toda España.

De todas las novedades sin duda la que más ha llamado la atención este año ha sido la salida de la Virgen de la Soledad portada por costaleros, lo que confirma la sobradamente contrastada afirmación de que esta cofradía es una de las más dinámicas de nuestra ciudad. Vaya desde aquí mi felicitación a sus cofrades, a los que ni siquiera la lluvia consiguió amilanar, en la esperanza de que su iniciativa sirva de acicate para que otras cofradías sigan su ejemplo, lo que redundaría en una mayor brillantez de las procesiones complutenses.

Asimismo, resultaría injusto ignorar los meritorios esfuerzos realizados por otras cofradías. Las cofradías del Cristo de los Doctrinos y del Santo Entierro han estrenado carrozas para sus respectivas imágenes titulares, y esta última ha recuperado también los desaparecidos Atributos de la Pasión aunque no como paso, sino como se hiciera inicialmente en los años posteriores a la guerra civil. La más joven de las cofradías complutenses, la del Cristo de los Trabajos, ha remodelado también su carroza, lo que supone un esfuerzo ciertamente loable para una cofradía que tan sólo cuenta con tres años de existencia a pesar de lo cual cuenta ya con sus propias señas de identidad en el conjunto de la Semana Santa complutense. La cofradía de las Peñas, por su parte, sigue consiguiendo elevar año tras año el nivel de sus desfiles procesionales, probablemente los más admirados por los alcalaínos.

Por lo demás, el conjunto de las procesiones ha de ser considerado un éxito a pesar de que las inclemencias del tiempo no ayudaron precisamente a ello y a pesar también de que los medios de comunicación madrileños, desde los diarios hasta Telemadrid, se volcaron como es habitual con las procesiones de la capital ignorando al resto de los municipios o, como ocurrió con El País, relegando la Semana Santa de Alcalá a la altura de las infinitamente más modestas de Móstoles o Getafe... Sin comentarios.

Sin embargo, no todo ha sido positivo y convendría ciertamente tomar nota de los fallos como forma de evitarlos en años sucesivos. Por segunda vez consecutiva las procesiones del Cristo de los Doctrinos y del Cristo de Medinaceli se tropezaron en su recorrido provocando retrasos en las mismas; no resultaría demasiado difícil evitar estas interferencias, por lo que en lo sucesivo se debería buscar la forma de evitarlas, lo cual no se me antoja demasiado difícil. La procesión general sigue estando desorganizada a pesar de que cada vez participan en ella menos pasos, aunque este año cabe pensar que fuera la lluvia la principal responsable del descabalamiento al retrasar más de una hora la salida de la procesión de la Virgen de la Soledad. En cualquier caso, quizá haya llegado ya el momento de considerar su desaparición sustituida por las procesiones propias de cada cofradía.

Evidentemente el capítulo de opiniones y propuestas para un mayor realce de las procesiones de Semana Santa es tan amplio como abierto, lo que no impide que pueda realizar una serie de sugerencias que nada tienen de original puesto que las vengo repitiendo año tras año. En primer lugar, se echa en falta la carencia de imágenes para la procesión del Domingo de Ramos (la de la borriquilla) o para la inexistente del Domingo de Resurrección (la de Cristo resucitado). Asimismo, y dado que la tendencia es que cada cofradía haga su procesión propia, resultaría muy interesante que éstas se propusieran conseguir un segundo paso ya que, con la excepción de las cofradías del Cristo de los Doctrinos y del Santo Entierro, el resto de las mismas cuenta con un único paso y sus procesiones individuales quedan así un tanto pobres. Una procesión con dos e incluso tres pasos (obviamente no estoy hablando de la general, sino del resto de ellas) ganaría mucho en estética, y actualmente al menos algunas de las cofradías estarían en disposición de adoptar esta iniciativa.

Un último comentario me queda por hacer, aunque tampoco éste es nuevo; encuentro que la procesión del Cristo de los Trabajos queda un tanto descolocada el Lunes Santo ya que la entidad actual de la Semana Santa alcalaína todavía no es lo suficientemente importante como para extenderse hasta un día en el cual no hay hoy por hoy ambiente de Semana Santa. Quizá resultaría conveniente trasladarla a la tarde del Miércoles Santo, justo antes de la procesión de la cofradía de las Peñas, lo cual serviría para realzar tanto esta procesión como el conjunto de la Semana Santa. Es posible, y por supuesto deseable, que en un futuro la importancia de la Semana Santa complutense sea tal que no quede ningún día sin procesiones, pero actualmente tal circunstancia todavía no se da, por lo que sería más conveniente agrupar las procesiones en los días centrales de la misma. Por otro lado, si ya el Jueves Santo hay dos procesiones que además coinciden en la hora (la del Cristo de los Doctrinos y la del Cristo de Medinaceli) y en el Viernes Santo son tres (la de la Virgen de la Soledad, la general y la del Santo Entierro), ningún problema habría porque el miércoles hubiera dos, sino antes bien al contrario puesto que ambas se potenciarían mutuamente.


Publicado el 18-4-1998, en el nº 1.568 de Puerta de Madrid
Actualizado el 1-6-2006