Los grabados de San Diego (II)
Grabados de fuera de España



Hace unos días, navegando por internet, encontré inopinadamente un buen puñado de dibujos de san Diego -grabados y estampas en su mayoría- todos los cuales tenían en común que habían sido impresos fuera de España. Y, aunque ya tenía escrito un artículo dedicado a esta modalidad iconográfica del santo franciscano, estimé conveniente abordar por separado, para una mayor comodidad, los grabados españoles de los procedentes de otros países.



Empecemos por las estampas, y más concretamente por una decimonónica de la que conozco dos variantes. Aunque el dibujo es idéntico y los diseños son similares, la primera está troquelada con un delicado calado que imita a los encajes, mientras en la segunda, más sencilla, el troquel está reducido a los bordes, sustituyendo el calado interior por una bicromía negra y morada. Por el rótulo bilingüe que aparece bajo el dibujo ambas parecen ser francesas, aunque la variante onomástica Diègue no es común en este idioma, siendo más habitual referirse a nuestro santo como Sait-Didace.



Canicatti es una población de 35.000 habitantes situada al sur de Sicilia, en la provincia de Agrigento. Aunque su iglesia principal está consagrada a san Pancracio, el “protettore” de la ciudad -supongo que se podrá traducir como patrón- es san Diego, que cuenta con su propio templo. De Canicatti cuento con tres estampas, una en blanco y negro -quizá tomada de un grabado- y dos en color, una de las cuales es claramente copia de la otra. Asimismo es similar el motivo de éstas y el de la primera, san Diego con la cruz en alto mientras con la mano derecha da pan a un niño.


Izquierda, grabado de Jacques Callot. Derecha, grabado de Pablo Minguet


Pasando ahora a los grabados, nos encontramos en primer lugar con el realizado por el dibujante y grabador Jacques Callot (Nancy, 1592-1635), que cuenta con la peculiaridad de representar a san Diego como un venerable anciano de luenga barba, una iconografía poco habitual como tampoco lo es que aparezca contemplando el crucifijo en lugar de mostrarlo; asimismo tampoco aparece otro de sus atributos tradicionales, las flores, aunque las figuras del fondo hacen referencia a otro de sus milagros, quizá el del niño rescatado del horno. Como curiosidad, cabe reseñar que en 1750 el grabador español Pablo Minguet realizó un dibujo muy parecido para su santoral, tal como puede apreciarse en las correspondientes ilustraciones.



El caso del siguiente grabado, fechado también en el siglo XVII, es peculiar, porque si bien el texto en latín indica claramente que está dedicado a san Diego, el santo del dibujo no parece éste, sino san Antonio de Padua representado, tal como es habitual, con el Niño Jesús en brazos mientras en la mano libre porta un ramo de lirios.



Del siglo XVIII nos encontramos con dos grabados. El primero, anónimo, alude al milagro del rescate del niño del horno encendido. El segundo, datado hacia la mitad de esta centuria, está firmado por el grabador napolitano Francesco Scafa, y representa a san Diego sosteniendo la cruz tradicional y, en un evidente anacronismo, la palma de un martirio que no padeció.


Izquierda, grabado de Luigi Banzo. Derecha, grabado anónimo


Concluye el artículo con dos grabados decimonónicos asimismo muy similares, por lo que cabe suponer que uno de ellos, quizá el de la derecha al ser aparentemente más tardío, fuera copia del otro. El primero está firmado por Luigi Banzo, un grabador romano nacido en 1805 y fallecido en 1877, mientras el segundo, que servía de ilustración a una biografía de san Diego perteneciente probablemente a un santoral, es anónimo. En ambos el santo está representando contemplando al crucifijo, uno de sus atributos habituales, contando con la peculiaridad del mucho menos frecuente paisaje marino el que se encuadra su figura, quizá como recuerdo de su estancia en las islas Canarias.




Ver también:
Los grabados de san Diego (I). Grabados españoles


Publicado el 8-3-2017