El museo de escultura al aire libre





La Niña de José Lamiel en su nuevo emplazamiento de la Vía Complutense



Ya es una realidad: Cincuenta nuevas esculturas forman parte del patrimonio artístico de la ciudad, como puede comprobar cualquiera que se pasee desde la puerta de Madrid hasta la Cruz Verde. A mí, qué quieren que les diga, hay algunas que me gustan muchos, otras que no tanto y otras, por último, que no me gustan en absoluto... Pero dicen que sobre gustos no hay nada escrito, y lo importante de la iniciativa es que ésta ha sido tan ecléctica (en el mejor sentido de la palabra) que difícil es que alguien no encuentre alguna escultura de su agrado, puesto que las hay de todos los estilos. Por lo demás, me parece una excelente iniciativa por la que hay que felicitar a Lola Pérez Quirós como concejal de cultura y a Pepe Noja como responsable material de la misma. La Alcalá cultural, pues, está de enhorabuena.

Son varios los comentarios que quiero realizar al respecto. En primer lugar, es de todo punto imprescindible un mantenimiento tanto de las esculturas como de la zona donde están enclavadas, no sólo en prevención ante el posible -y presumible- gamberrismo, sino también por el simple decoro de la zona en la que las esculturas han sido enclavadas. Sería muy triste que éstas, una vez concluida la inauguración oficial con las fotos de rigor, fueran abandonadas a su destino como ha ocurrido en tantas otras zonas de Alcalá. Se imponen un cuidado y una vigilancia, y se imponen desde ya mismo, si no queremos que esta iniciativa acabe de forma tan triste como el museo al aire libre del madrileño paso elevado de Eduardo Dato, noticia reciente en los diarios nacionales a causa del olvido tan absoluto en el que está sumido.

Segundo, sigo sin explicarme cómo en el paseo de la Manigua (actual calle de Andrés Saborit), uno de los lugares más agujereados de todo Alcalá, no se ha aprovechado ninguna de la cuasieternas zanjas que en él se han abierto para enterrar los malditos cables eléctricos que en él se alzan para burla de uno de los entornos más atractivos de toda la ciudad. Y si antes estaba mal, ahora está peor con las esculturas instaladas en ese tramo a no ser, claro está, que tomemos a las feas torres eléctricas como monumentos hiperrealistas al progreso... Aunque, chistes aparte, lo cierto es que ese dichoso tendido eléctrico debería desaparecer de una vez por todas.

Tercero, debido a antiguas gamberradas la escultura Niña, de José Lamiel, que siempre había estado en el parque O'Donnell, tuvo que ser guardada en el interior del recinto de las piscinas existentes en dicho parque, lugar en el que todavía continúa. Dado que varias de las esculturas del museo al aire libre han sido instaladas en el propio parque, ¿no sería conveniente liberar al bronce de Lamiel de su encierro integrándolo en el entorno de sus nuevas compañeras? Creo, sinceramente, que merecería la pena.




En octubre de 2008 han cambiado notablemente las cosas respecto a lo que yo comentara quince años atrás. Para empezar, de los tres tramos inicialmente proyectados para el museo tan sólo llegaron a ser realizados dos, el primero y el tercero, este último situado en el bulevar de la Vía Complutense entre los cruces con Sebastián de la Plaza y Caballería Española. El segundo, que debería haber estado asentado entre la Cruz Verde y Sebastián de la Plaza uniendo los dos anteriores, jamás pasó de la fase de proyecto, con lo que la idea inicial del museo no sólo quedó incompleta, sino además repartida entre dos zonas inconexas.

Lamentablemente, y tal como yo temía, la vigilancia y conservación de las esculturas acabaron siendo descuidadas, con lo que la situación de varias de ellas es hoy bastante penosa, e incluso alguna ha desaparecido por diversas razones. Eso sí, acabaron enterrando los cables que tanto afeaban el paseo de la Manigua.

La escultura de José Lamiel a la que hacía alusión finalmente fue rescatada e instalada en la segunda -o tercera, según se cuente- fase del museo, pudiéndose contemplar hoy en el bulevar de la Vía Complutense.


Publicado el 28-8-1993 en el nº 1.347 de Puerta de Madrid
Actualizado el 22-10-2008