La población extranjera de Alcalá





Mapa de Rumania, país de procedencia de la mitad de los inmigrantes alcalaínos
Ilustración tomada de la Wikipedia



De todos es sabido que el importante crecimiento de población de Alcalá durante los primeros años del siglo XXI se debió fundamentalmente a una importante proporción -llegó a rebasar el 22%- de personas llegadas de otros países, hecho que cambió radicalmente el perfil demográfico de nuestra ciudad en apenas década y media. Y, aunque los medios de comunicación locales se han hecho eco en diversas ocasiones de ello, dando a conocer sus detalles más llamativos, éstos no resultaban suficientes -al menos aquellos que tuve ocasión de manejar- para hacer un estudio razonablemente significativo de este fenómeno desde su inicio, dado que tan sólo disponía de la información correspondiente a los últimos años y tan sólo de los colectivos mayoritarios.

Inicialmente conseguí unas tablas de la propia Oficina de Estadística del Ayuntamiento, pero aunque gracias a ellas mi documentación mejoró de forma notable, me encontré con varios inconvenientes. El principal era que la serie tenía su inicio en 2005, cuando la población extranjera residente en Alcalá rebasaba ya las 36.000 personas, lo que me privaba del primer -y más interesante- período de evolución de la misma. Por si fuera poco, los datos oficiales del Ayuntamiento, que no siempre correspondían a una fecha fija del año -otro inconveniente añadido- o no indicaban cuál era ésta, tampoco coincidían con los publicados por los periódicos... pese a que éstos procedían, presuntamente, de la misma fuente que los míos.

Decidí entonces cambiar de estrategia recurriendo a las tablas que el Instituto Nacional de Estadística tiene publicadas en internet, si no necesariamente más fiables -al fin y al cabo éstas se nutren también de los padrones municipales-, sí por lo menos más sistemáticas y, lo que es más importante, más completas... relativamente, puesto que si bien la serie correspondiente a lo que ellos denominan Estadística del padrón continuo se remonta hasta 1996, fecha que viene a coincidir de forma aproximada con el inicio del crecimiento de la población extranjera, tan sólo aporta datos completos por países desde 2003, mientras los correspondientes a los años anteriores están desglosados únicamente de una manera parcial. Por esta razón, disponer de un registro completo, por años y por países, de los alcalaínos de origen foráneo me resultó imposible con anterioridad a ese año.

Asimismo, y dependiendo de la sección consultada -los datos del INE se actualizan, con suerte, con un año largo de retraso, y no todos de forma simultánea-, me encontré con la falta de los datos de algunos países relativos al último año considerado e incluso, en ocasiones, también de los años inmediatamente anteriores, aunque este último problema se suele ir solucionando pasados varios meses. No obstante, y a consecuencia de ello, parte de los datos del artículo pueden quedar temporalmente pendientes de la actualización del último año -el último siempre con un año de retraso, se entiende-, razón por la que pido disculpas pese a tratarse de algo que escapa por completo a mi control.

Por último, y para rematar la faena, resultó que los datos del INE y los municipales acostumbraban a no coincidir cuando se cruzaban entre sí, ya que por lo general los municipales solían dar de forma sistemática valores más elevados -en torno a unos 2.000-2.500 habitantes en los momentos de mayor incremento- que los estatales, sin que pueda conocer la razón, mientras los valores correspondientes a cada país en una fecha dada también solían discrepar sin seguir ninguna pauta sistemática. No obstante, y pese a no ser un método estadísticamente recomendable, no me quedó otra solución que la de completar esta ausencia de datos en las tablas del INE con los procedentes de las estadísticas municipales, que he ido sustituyendo conforme se iba actualizando la base de datos del INE, pese a lo cual y debido al cambio de algunos criterios por parte de sus responsables no me ha sido posible cubrir todos los huecos.

Comienzo con una tabla -con datos tomados del INE- en la que se refleja desde 1996 hasta ahora -salvo en 1997, ya que ese año no se registró el padrón debido a un cambio de metodología-, la población total de Alcalá, cuanta de esta población era española y cuanta inmigrante -sin desglosar por países- y, por último, la proporción de población extranjera sobre el total:

Tabla I

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Variación de la población española en Alcalá desde 1996 hasta 2022


Si nos fijamos en primer lugar en la columna correspondiente a la población española, veremos que ésta era, a fecha de 1 de enero de 2022 -últimos datos publicados por el INE-, de 196.888 censados, superior a la de 1996 en 4.010 personas. Esto quiere decir que se ha mantenido prácticamente estable durante estos 25 últimos años, con ligeras fluctuaciones que le llevaron a un máximo de 167.333 habitantes en 2003 y a un mínimo de 158.683 en 2012, estando situado su promedio en torno a los 163.500, un valor muy cercano al de los ocho últimos años en los que la variación ha sido mínima, con unos pequeños dientes de sierra a partir de 2019.




Variación de la población total en Alcalá desde 1996 hasta 2022


La situación cambia por completo cuando consideramos la población total, en la cual se aprecia una tendencia continua al crecimiento entre 1996 y 2008, con la única excepción de un descenso de 2.657 habitantes en 2007 rápidamente enjugado un año después. Entre 2008 y 2013 la población se mantuvo estable, con ligeras fluctuaciones, en torno a los 204.000; pero en 2014 comenzó una tendencia descendente, mantenida en los años posteriores, que provocó una caída acumulada de 11.072 habitantes en 2018, un 5,41% sobre el máximo alcanzado en 2013.

El acusado descenso registrado entre 2014 y 2018 cambió de signo en 2019 con un crecimiento del censo de 1.898 personas. Aunque todavía resulta prematuro considerar un cambio de tendencia en la curva demográfica, en 2020 se mantuvo la tendencia al alza con otros 1.913 habitante más pero en 2021 hubo una pérdida -quizá causada la pandemia de covid- de 1.580 que enjugó la mayor parte de lo ganado el año anterior, mientras en 2022 hubo un nuevo incremento de 906. En el conjunto del cuatrienio 2019-2022 el balance neto fue de 1.239 habitantes más, por lo que el porcentaje de caída desde el máximo de 2013 se redujo en 3.137 desde el mínimo de 2018 quedándose en 7.935, equivalente a un 3,87%.

En cualquier caso lo cierto es que, pese a este bache, entre 1996 y 2020 la población de Alcalá se incrementó en 33.502 personas, lo que supone un aumento del 20,50% sobre el censo de 1996, valor algo superior al 16,10% que suponía la población extranjera de Alcalá en 2022. Estos datos indican que, tal como veremos más adelante, tanto la pérdida neta de población durante el quinquenio 2014-2018, como una parte mayoritaria (el 60.2%) de la recuperación experimentada en el cuatrienio 2019-2022, ha sido fundamentalmente a expensas de los ciudadanos de otros países.




Variación de la población extranjera en Alcalá desde 1996 hasta 2022


Lo más llamativo de este período es sin duda el espectacular incremento de la población extranjera, que pasó de poco más de 2.000 personas -apenas un 1,35%, en 1996- a las 45.000 -el 22,19%- en 2012, a partir del cual comenzó a descender de forma paulatina. Como puede apreciarse, el fuerte crecimiento de este colectivo comenzó hacia el año 2000 manteniéndose casi sin interrupción, salvo el pequeño bache en 2007 recuperado con creces en 2008, hasta 2009. A partir de entonces la crisis económica se haría notar, pero aunque el ritmo de crecimiento prácticamente se detuvo, a excepción de un breve y llamativo repunte en 2012, no fue sino hasta 2013 cuando se comenzó a registrar un descenso significativo, continuado en los años posteriores, hasta caer en 2018 a los 29.818 habitantes -el 15,39% de la población-, el valor mínimo desde 2012 ya que a partir de 2019 remontó ligeramente hasta alcanzar los 31.705 en 2022, un 16,10% del total.

Sorprende bastante que el descenso de 15.423 personas en el censo de extranjeros registrado entre 2012 y 2018, un 7,6% de la población total y un 34,1% -más de un tercio- sobre la población inmigrante, fuera sensiblemente superior a los 10.173 habitantes perdidos por Alcalá en este mismo período, lo cual indica que la marcha de inmigrantes fue compensada en un 34,0% por los 5.250 españoles que se incorporaron al censo. La débil recuperación registrada a partir de 2019, repartida de forma irregular entre un 60,15% de extranjeros y un 39,85% de españoles, corrigió ligeramente al alza estas cifras, dejándolas en 2022 en 15.536 extranjeros menos -un 34,3%- respecto al máximo histórico de 2012 frente a 6.500 españoles más en idéntico período, lo que indica que al bache demográfico iniciado en 2010 todavía le queda bastante para podérsele dar por salvado.

Eso sí, también hay que tener en cuenta varios factores que resultan difíciles de cuantificar. El primero, la movilidad de estas personas dentro del área metropolitana madrileña o entre ésta y otras regiones españolas -en especial la vecina provincia de Guadalajara-, incrementada sin duda durante estos últimos años. El segundo, la posible nacionalización de parte de este colectivo, en especial de los procedentes de los países hispanoamericanos que, como es sabido, cuentan con mayores facilidades a la hora de solicitar la nacionalidad española, así como que en algunos casos -depende de los países de origen y de la situación legal de sus padres- los hijos de inmigrantes nacidos en nuestro país adquieren automáticamente la nacionalidad española, o bien les resulta fácil adquirirla.

A ellos hay que sumar otros externos tales como las crisis en algunos países como Venezuela, que ha disparado la emigración de sus nacionales a nuestro país, o la más reciente guerra de Ucrania, que ha generado un flujo de refugiados parte de los cuales fueron acogidos en España. Por último, conviene tener en cuenta la existencia de estudiantes extranjeros en la Universidad, lógicamente por períodos de tiempo limitados pero que sin duda podrían afectar también a las estadísticas en caso de que se hayan empadronado en Alcalá.




Diferencia entre los porcentajes de población extranjera en Alcalá
sobre la población española y la población total desde 1996 hasta 2022


Por último, si en vez de representar la evolución de la población extranjera en términos absolutos lo hacemos con los porcentajes sobre la población española y sobre la población total, obtenemos dos gráficas que no se diferencian en la forma ni entre ellas ni con respecto a la anterior, permitiéndonos apreciar que en 2012 los extranjeros censados llegaron a ser casi un 30% en comparación con la población española -exactamente un 28,51%-, proporción que ha descendido hasta el 19,19% actual, mientras los porcentajes correspondientes a estos mismos años en relación a la población total son del 22,19% y el 16,10% respectivamente.




Porcentaje de variación de la población extranjera en Alcalá desde 1996 hasta 2022


Tal como puede comprobarse en la gráfica, el efecto conjunto de la disminución de extranjeros y el aumento de españoles, más que la pérdida total de población, es el responsable de que la diferencia entre ambas curvas se haya reducido de forma notable desde los 6,32 puntos de 2013 a los 3,09 de 2022, aunque el valor mínimo de este período fueron los 2,80 puntos de 2018. La tendencia general de estos últimos años ha sido la de ir aproximándose cada vez más hacia valores equivalentes a los de los años anteriores a la crisis, de modo que en 2022 estos parámetros demográficos estaban comprendidos entre los valores de 2005 y los de 2006, tanto en lo referente a la población extranjera como a la población total de Alcalá.

Una vez considerada de manera global la evolución de la población extranjera, el siguiente paso consiste en realizar un desglose por nacionalidades si no de todos, sí al menos de los colectivos más importantes. Y aquí volvemos a tropezar con la misma piedra. Aunque los datos municipales eran completos en lo que respecta a la totalidad de los países de procedencia de los alcalaínos, debido a la cortedad de la serie opté por tomar de nuevo los del INE... que también demostraron ser incompletos, aunque no tanto, ya que para el período comprendido entre 1996 y 2002, salvo en algunos casos muy concretos, me tuve que limitar a registrar el desglose de la población inmigrante por continentes o, como mucho, diferenciando entre los ciudadanos de la Unión Europea y los del resto de Europa.

Por si fuera poco, los datos por países en los últimos años, que son los más detallados, tan sólo consideran lo que denominan “principales nacionalidades”... lo cual, en principio, podría haber bastado ya que tampoco pretendo hacer un estudio exhaustivo de todos ellos, sino tan sólo de los colectivos más relevantes. El problema con el que me encontré fue que las “principales nacionalidades” se habían seleccionado conforme a la media nacional, por lo que las peculiaridades de la inmigración complutense, en un sentido o en otro, se veían afectadas quedando fuera colectivos relativamente importantes mientras sí figuraban otros con una presencia mucho más testimonial.

Existía, por último, una serie de datos más completos denominada por el INE “Sistema de Información Demográfica del Padrón” que aportaba información complementaria desde 2003... hasta 2014, últimos datos que conseguí encontrar antes de que, tras varios años sin actualizar, una reforma de la página web del Instituto Nacional de Estadística suprimió esta sección o, cuanto menos, la dejó inaccesible, sin que al parecer tenga interés o intención de aportar los datos de los años que faltan; de hecho, ni siquiera se pueden consultar ya los anteriores a 2015. Debido a ello desde entonces me he visto imposibilitado para completar las siguientes tablas en lo que respecta a algunos países, tal como yo hubiera deseado.

Por consiguiente, haré lo que pueda. En primer lugar, conviene fijarse en el colectivo nacional más numeroso, el procedente de Rumania. Lamentablemente, tan sólo dispongo de datos a partir de 2003, cuando los rumanos residentes en Alcalá eran ya más de seis mil quinientos; hubiera sido muy interesante conocer la evolución de su llegada durante los años anteriores, pero esto es lo que hay. En la siguiente tabla vienen reflejados, en el intervalo comprendido entre 2003 y 2022, tanto la cantidad de rumanos empadronados en Alcalá, como su porcentaje sobre el total de la población extranjera.

Tabla II

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Como puede comprobarse en la tabla, en 2003 ya rozaban casi la tercera parte del total de los inmigrantes, porcentaje que se fue incrementando de forma prácticamente continua hasta rebasar, en 2013, el listón del 50%; pese a que en los nueve últimos años este colectivo perdió 8.917 personas, su proporción en relación al total de la población inmigrante tan sólo experimentó un descenso del 10,2% debido a que ésta en su conjunto disminuyó mucho más. En la práctica, de cada diez alcalaínos de nacionalidad distinta a la española cuatro son rumanos, casi 13.000 en la actualidad, una cifra respetable aun cuando suponga el 59% de los 21.800 que llegaron a estar censados en 2013. La relevancia demográfica de la población rumana se aprecia todavía mejor si la comparamos con la población extranjera total y con la suma de la procedente de los demás países.




Comparación entre la población procedente de Rumania y la del resto de los países


Claro está que el caso de los rumanos es singular a causa de su peso demográfico. A mucha distancia de éstos, pero netamente destacados sobre el resto de los países, durante mucho tiempo se mantuvieron en segundo lugar los chinos, únicos asiáticos con un peso significativo en la demografía complutense y asimismo el único colectivo extranjero que creció de manera ininterrumpida desde 2003 hasta 2018, viéndose afectado por la crisis económica tan sólo en una reducción de su crecimiento pero no en una pérdida de población. Ésta sí se produjo, primero de forma moderada en 2019 y 2020 y mucho más bruscamente en 2021, con una disminución de 273 empadronados en este último año y de 140 en 2022, lo que supone un descenso de 481, equivalente al 27,6%, desde el máximo de 2018. A primera vista cabe pensar que esta caída pueda estar relacionada con el inicio de la pandemia, pero todavía es demasiado pronto para poner analizar los datos. En cualquier caso, lo que sí resulta evidente es que la evolución de la colonia china ha seguido unos patrones propios diferentes de las pautas por las que se han regido la mayoría de los colectivos extranjeros.

Esta relativa inmunidad a la crisis sumada al importante colapso del conjunto de la población extranjera, reducida en 2022 al 70% del máximo alcanzado en 2012, hizo que en tan sólo veinte años el peso demográfico chino se disparara en Alcalá desde los 239 censados en 2003, apenas un simbólico 1,13% de todos los foráneos, hasta los 1.741 de 2018, casi un 6%. Aunque en 2022 este porcentaje perdió casi dos puntos -un 1,87%- sigue siendo relevante, pese que a causa de ello los chinos pasaron de ser la segunda nacionalidad extranjera más numerosa de la ciudad a la tercera, tras ser rebasados por los ucranianos.

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Evolución de la población china en Alcalá


Tras Rumania los tres colectivos europeos más numerosos en Alcalá proceden del este del continente, concretamente de Ucrania, Bulgaria y Polonia. Todos ellos contaban en 2022 con poblaciones similares entre las 1.200 y las 1.500 personas, aunque su evolución ha sido muy diferente. Los polacos, pioneros de la inmigración extranjera en nuestra ciudad, han perdido más del sesenta por ciento de sus miembros entre 2010, año en el que alcanzaron su máximo, y 2022, habiendo sido superados por los búlgaros y los ucranianos.

La comunidad búlgara ha seguido una evolución similar a la polaca aunque sin alcanzar las cifras de ésta, a la que rebasó en 2017, y también se encuentra en franco descenso habiéndose reducido su comunidad a menos de la mitad desde su máximo de 2013.

El caso de los ucranianos es diferente, ya que durante el período comprendido entre 2003 y 2017 se mantuvieron en un nivel muy constante por debajo de Bulgaria y Polonia. A diferencia de estos dos colectivos su crecimiento, aunque moderado, ha sido continuo desde 2013, lo que le permitió rebasar a Polonia en 2017, a Bulgaria un año más tarde y a China en 2021, asentándose como la segunda comunidad europea tras la rumana e incluso mundial en el momento de la última actualización. Posiblemente la causa se deba a que Ucrania, privada de la cobertura de la Unión Europea, ha atravesado por una profunda crisis política y económica durante estos últimos años, lo cual hace prever que el número de ucranianos residentes en Alcalá se incremente en un futuro, sobre todo a raíz de la brutal invasión rusa cuyos efectos, por haber estallado la guerra en febrero de 2022, todavía no se han visto reflejados en las estadísticas.

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El siguiente grupo está formado por tres países que rebasan en la actualidad los mil habitantes, situándose en niveles similares a los del anterior e incluso superándolos en algunos casos, aunque la evolución de cada uno de ellos ha sido muy diferente. El comportamiento de Colombia se puede calificar de errático: tras arrancar en 2002 con 1.570 nacionales y alcanzar un máximo de 2.095 en 2006, inició un profundo declive que redujo su colonia a menos de la mitad para recuperarse espectacularmente a partir de 2020, hasta rebasar los valores de 2002 pero todavía muy por debajo de los de 2006.

Muy diferente es el caso de la colonia venezolana, que se mantuvo en valores muy bajos de entre 200 y 300 censados entre 2003 y 2017 para dispararse exponencialmente a partir de 2018, rebasando a sus vecinos en 2021. La causa de este crecimiento explosivo es evidente, la gravísima crisis económica y sobre todo política que sufre este país, de sobra conocida.

Marruecos, por último, ha sido el más constante de los tres manteniendo un crecimiento moderado, pero sostenido, que le ha llevado de los 556 censados en 2002 a los 1.321 de 2020, casi dos veces y media, mostrando ligero descensos en 2021 y 2022 acordes con la tendencia demográfica general de la población extranjera de Alcalá.


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Nos encontramos ahora con tres países cuyas comunidades cuentan entre quinientos y setecientos integrantes. Dos de ellos, Nigeria y la República Dominicana, llegaron a rebasar los mil antes de que comenzara la crisis, pero las fuertes caídas experimentadas en los últimos años les han hecho retroceder de manera muy significativa. Por el contrario Perú, pese a perder también población durante los años de la crisis económica, experimentó una recuperación a partir de 2017 que le llevó a rebasar a la República Dominicana en 2021 y a Nigeria en 2022, constituyéndose en uno de los pocos países con crecimiento neto desde su mínimo de 2017.


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Otros tres países que llegaron a contar con un peso demográfico significativo fueron Brasil, Guinea Ecuatorial y Ecuador, aunque al no estar incluida Guinea Ecuatorial en el grupo de las principales nacionalidades del INE, carezco de los datos correspondientes a los años comprendidos ente 2015 y 2022. Gracias a otra fuente he conseguido los datos tomados del padrón municipal de 2021, que como ya indiqué no coinciden con oficiales del INE, con lo cual este valor -resaltado en rojo- tan sólo sirve de manera orientativa, aunque sí indica un sostenimiento notable de la colonia ecuatoguineana. Lamentablemente, me siguen faltando los datos de 2022.

Los dos restantes presentan a su vez tendencias muy diferentes. Mientras Brasil ha experimentado una cierta recuperación tras marcar un mínimo en 2017, el caso de Ecuador se puede calificar de hundimiento, ya que tras haber sido uno de los principales colectivos extranjeros con anterioridad a la crisis económica se convirtió en uno de los más castigados por ésta, cayendo su número en 2022 por debajo de la cuarta parte de los censados en 2005, año en el que llegaron a rebasar los 1.500 miembros.


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A partir de este momento, resultará más representativo agrupar a los países restantes por zonas geográficas antes que por los índices de población total. Así pues, empezaremos con los integrantes de la Unión Europea con anterioridad a la gran ampliación de 2004 y, más concretamente, con los seis de ellos que cuentan con colonias significativas en nuestra ciudad. Tras el Brexit, desde 2022 Gran Bretaña dejó de aparecer en las tablas del INE dentro de la Unión Europea, por lo que he trasladado sus datos a la tabla correspondiente a los países no comunitarios, aunque el número de ciudadanos británicos residentes en Alcalá es reducido. Para una mayor comodidad de lectura los he dividido en dos tablas.

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Como se puede apreciar, hasta 2013 existió un fuerte crecimiento de italianos y portugueses y una tendencia al estancamiento, e incluso a una leve disminución, en el caso de los ciudadanos de los otros tres países: Alemania, Francia y Holanda. Siguiendo la tónica general entre 2014 y 2015 se produjo un fuerte descenso en todos ellos, más moderado en 2016 y 2017, tocando fondo en 2018. En los cuatro últimos años la tendencia mayoritaria fue a la recuperación, importante sobre todo para los italianos -rebasaron su anterior máximo en 2021 y crecieron notablemente en 2022- y los portugueses, aunque todavía no lo han recuperado. Por el contrario Francia y Alemania, aunque también crecieron en los últimos años, lo hicieron de forma más moderada y sin alcanzar tampoco su máximo histórico. Holanda, de la que carezco de los datos correspondientes al período 2015-2020 así como de 2022, fue la única que no vio incrementada su colonia, puesto que según el padrón de 2021 -resaltado en rojo- experimentó una fuerte caída.

En cuanto a la Europa no comunitaria, pocos son los países que cuentan con colonias significativas; además de la ya reseñada Ucrania, con diferencia la más numerosa, tan sólo cabe citar a Moldavia, Gran Bretaña -desde 2022- y Rusia. De ellos el porcentaje mayor corresponde a Moldavia, que según los datos del padrón de 2021 -en rojo- habría rebasado los 300 empadronados, aunque la falta de datos del INE desde 2015 hasta 2022 impide evaluar en detalle su evolución durante este período. La recién llegada Gran Bretaña mantuvo un ligero crecimiento, con altibajos anuales, contaba con 129 residentes alcalaínos en 2022, mientras los rusos se mantuvieron estables casi siempre por debajo de los 100 habitantes, alcanzando los 82 también en 2022.


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El siguiente apartado es correspondiente a los países de habla hispana que no habían sido estudiados con anterioridad. Son siete en total, a los cuales he dividido en dos grupos para mayor comodidad. Éstos son los cuatro primeros:


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Llama la atención la fuerte bajada de Argentina, que en apenas década y media vio su colonia reducida a la tercera parte, aunque parece apuntar un ligero repunte en los últimos años. Cuba experimentó entre 2019 y 2022 una notable recuperación de más de 150 nacionales que le llevó a su máximo histórico, mientras Chile permaneció estable con una ligera tendencia a la baja. Paraguay, por último, mantuvo un crecimiento moderado pero constante.

Los tres países restantes, México, Bolivia, y Uruguay, presentan unos valores tan reducidos que sus fluctuaciones son poco significativas. Por lo general descendieron durante la crisis, sobre todo Bolivia, experimentando cierta recuperación Uruguay en los últimos años. Por los motivos ya conocidos no me ha resultado posible evaluar la evolución de México entre 2015 y 2020, aunque los datos del padrón de 2021 -como siempre en rojo- indicarían un significativo incremento.


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En el continente americano tan sólo nos quedan ya por considerar Estados Unidos y Canadá, puesto que tanto los países centroamericanos como los pequeños estados anglófonos del Caribe muestran unos valores demasiado bajos como para que merezca la pena reseñarlos.


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A falta de los datos de los años 2015 a 2020, y con los correspondientes a 2021 -en rojo- tomados del padrón municipal -tampoco dispongo de los de 2022-, la colonia de ciudadanos norteamericanos residentes en Alcalá parece mantenerse estable, o ligeramente creciente en torno a los 30 en el caso de Canadá, mientras Estados Unidos parece experimentar un incremento notable que le lleva a valores en torno a los 350 empadronados, lo que supone un incremento de más del 50% -si no consideramos la disparidad existente entre los datos del INE y los del padrón- respecto a 2014.

En lo que respecta al continente africano, además de los ya considerados Marruecos, Nigeria y Guinea Ecuatorial, tenemos otros cuatro países con cierta relevancia demográfica en Alcalá, aunque sólo en dos de ellos cuento con la serie completa mientras en los dos restantes, Guinea Bissau y Mali faltan los correspondientes al sexenio 2015-2020 y los de 2022, mientras los de 2021 -en rojo- están tomados del padrón municipal.


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En los dos casos en los que la serie estadística está completa no se aprecian variaciones significativas, con una tendencia a la baja en Senegal ligeramente corregida en los últimos años, mientras Argelia se mantiene estable. Los dos restantes, Guinea Bissau y Mali, siguieron hasta 2014 un comportamiento también decreciente que conforme a los datos del padrón municipal de 2021 -en rojo-, faltando los años intermedios y 2022, también parecen comportarse de forma similar.

En lo que respecta a Asia, excepción hecha de China no hay ningún colectivo nacional importante, situación que se repite en el apartado correspondiente a Oceanía y otros, léase apátridas. No obstante, resulta interesante ver la evolución de los siete principales colectivos, todos ellos muy reducidos ya que ninguno alcanza las cien personas excepto Pakistán. Éstos son los cuatro primeros:


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Y éstos, los tres restantes:


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Como puede apreciarse, hasta 2014 la tendencia de estos países era, en general, de crecimiento moderado salvo Pakistán, cuya colonia prácticamente inexistente apenas una década antes se colocó a la cabeza del grupo. El caso contrario es el de Filipinas, que perdió una tercera parte de sus nacionales en poco más de diez años. Entre 2015 y 2020 tan sólo dispongo de la serie completa de Pakistán, que siguió su línea ascendente con un fuerte crecimiento a partir de 2016 truncado a partir de 2021. En cuanto al resto de los países, los datos del padrón municipal -en rojo- parecen indicar, dentro de las limitaciones que plantea su no coincidencia con el censo del INE, un crecimiento generalizado aunque moderado dado lo exiguo de sus respectivas colonias.

Es posible sacar más jugo a los datos estadísticos del INE si, en vez de países, clasificamos a la población foránea por continentes. Dadas las diferencias existentes entre Europa y el resto de los continentes, resultará conveniente separar los datos en dos gráficas. Veamos primero Europa diferenciando entre la Unión Europea y los países extracomunitarios, teniendo en cuenta que a partir de 2022 Gran Bretaña queda fuera de la UE tras su salida de ésta, aunque dado lo exiguo de la colonia británica complutense los efectos del cambio son reducidos.


Tabla XVII botón



Hay que tener en cuenta que en 2007 se incorporaron a la UE Rumania y Bulgaria, lo que supuso que los 16.826 ciudadanos de los dos países que entonces residían en Alcalá pasaron de lo que he denominado Resto de Europa a la Unión Europea, lo que explica el brusco salto de las dos curvas, hacia arriba la de la Unión Europea y hacia abajo la de los países europeos extracomunitarios. Por esta razón, y en aras de una mayor claridad, he marcado este cambio con sendas líneas discontinuas.

En cualquier caso, la tendencia general a partir de 2007 aparece clara: el número de ciudadanos de la Unión Europea, incluyendo ya a los rumanos y a los búlgaros, continuó creciendo hasta 2013, año en el que alcanzó un máximo de 29.430 censados. A partir de entonces se inició una disminución bastante acusada hasta llegar a los 17.778 de 2018, aproximadamente el sesenta por ciento de cinco años atrás, seguida por una estabilización a partir de 2019.

Por el contrario, a partir de 2007 el número de residentes extranjeros no comunitarios, mayoritariamente ucranianos, experimentó una ligera tendencia al alza, con fluctuaciones anuales hacia uno u otro lado, culminada con un significativo aumento de casi el 24%, entre 2016 y 2021 seguido de un ligero descenso en 2022, aunque dado su menor peso demográfico corresponde a tan sólo 325 censados más.

Veamos ahora lo que ocurre con el resto de los continentes, de los cuales Oceanía, a la que también se le suma el caso puntual de los apátridas, cuenta con unos valores irrelevantes -en torno a diez- desde el punto de vista estadístico.


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El principal contingente poblacional es con diferencia el americano, en su inmensa mayoría procedente de los países del área cultural ibérica. Con un máximo de 8.327 residentes en 2009, en 2017 había descendido hasta los 4.140, justo la mitad, recuperándose a partir de 2018 hasta los 7.713 de 2022 -casi un 93% del máximo- sobre todo a causa de los venezolanos y, en menor medida, de los colombianos.

La población africana, aunque también decreció durante el mismo período, lo hizo de una manera mucho menos acusada al pasar de los 4.450 censados en 2009 a los 3.253 de 2017, lo que supone una pérdida del 26,9% del total, casi la mitad de la experimentada por los americanos. Al igual que éstos experimentó un pequeño repunte en el trienio 2018-20 truncado en 2021 y 2022, por lo que su situación puede calificarse de estancamiento.

Muy diferente fue el caso de los residentes alcalaínos procedentes de Asia, cuyo número se dobló entre 2009 y 2020 -de 1.126 a 2.337- aunque la mayor parte de este crecimiento no sólo continuado, sino también acelerado -795 de los 1.211 asiáticos asentados en la ciudad durante estos diez años, el 66% del total-, correspondía exclusivamente a la comunidad china. Asimismo la mayor parte de la caída de este colectivo en el bienio 2021-2022, 413 de un total de 449, corresponde al descenso de ciudadanos chinos.

También resulta interesante reproducir íntegros, comparándolos, los censos municipales de 2013 y 2021 para dar una idea de lo cosmopolita y variopinta que ha llegado a ser la población alcalaína actual. Recuerdo de nuevo que estos datos no suelen coincidir con los del INE, pero para lo que queremos ver nos sirven perfectamente pudiendo seguirse también su evolución a lo largo de estos ocho años.


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Lo que hace un total de 122 países o territorios -incluyendo a España y a los apátridas- en 2013 y de 138 en 2021. Esto supone un aumento de 16 nacionalidades a las que hay que sumar las cinco presentes en 2013 que no lo están en 2021, así como algún otro que llegó a aparecer en otros censos como Gabón, Madagascar o Somalia. El ya comentado desfase entre el padrón municipal (206.457 habitantes en 2013 y 197.562 en 2021) y los datos del INE para esos mismos años (204.823 y 195.982) corresponde a una diferencia entre ambas fuentes de 1.634 y 1.580 personas respectivamente, lo que equivale aproximadamente a un 0,8%. Es poco, pero en el caso de colectivos muy pequeños puede provocar distorsiones que no resulta posible evitar. En cualquier caso, lo que queda patente es que el cosmopolitismo de la población alcalaína parece ir en aumento.

Otro factor interesante es la comparación con fecha de 1 de enero de 2014, último año del que tengo datos completos, de los principales colectivos de inmigrantes a nivel local con sus correspondientes a nivel estatal, calculados en porcentajes sobre la población extranjera empadronada en esa fecha en Alcalá (38.034) y en España (5.023.034), lo que nos permite comprobar si la distribución demográfica complutense coincide o no con la española. He tomado como referencia los treinta países con mayor número de ciudadanos residentes en España, a los que he añadido otros siete con cierta relevancia a nivel local al rebasar las cien personas.


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Como puede comprobarse, había entonces una enorme disparidad en muchos de los casos, sin que me sea posible determinar por el momento si, cinco años después, la situación ha cambiado. A la espera de poder actualizar -INE mediante- estos datos, podemos concluir que en 2014 en Alcalá estaban sobre representados -por encima de la media nacional- principalmente los colectivos procedentes de los países del este europeo, sobre todo Rumania, que constituía un caso singular -más de la mitad de los inmigrantes alcalaínos, cuando a nivel nacional no llegaban al 16%-, sino también Bulgaria, Ucrania y Moldavia, que casi doblaban el porcentaje nacional, y Polonia, que andaba cerca de quintuplicarlo. Curiosamente con Rusia ocurría justo lo contrario, ya que el porcentaje de los ciudadanos de este país residentes en España era en 2014 cinco veces superior al de los empadronados en Alcalá.

A nuestros vecinos europeos más próximos -Francia, Portugal, Italia, Alemania o Gran Bretaña-, por el contrario, no parecía gustarles demasiado Alcalá, a juzgar por las modestas cifras de sus respectivos colectivos nacionales. Resulta espectacular el caso de Gran Bretaña, con un paupérrimo 0,26% frente al casi un 6% nacional; esto tiene, no obstante, una explicación: la mayoría de los ciudadanos británicos empadronados en España suelen ser jubilados que han fijado su residencia en la costa mediterránea, lo cual explica que no se dejen ver demasiado por la meseta castellana.

En el apartado de los países hispanoamericanos nos encontramos con que la República Dominicana, pese a su importante declive de los últimos años, superaba ampliamente a la media nacional, lo cual constituye una excepción ya que todos los demás descendían, algunos de forma tan llamativa como Bolivia, cuyos ciudadanos complutenses representaban apenas la décima parte del porcentaje a nivel español. Los colombianos, durante años uno de los principales colectivos extranjeros de nuestra ciudad, también estaban por debajo de la media nacional, situación que se repetía con los naturales del resto de estos países. Por último, el porcentaje de los Estados Unidos, aunque modesto -alrededor de un 0,5%-, era prácticamente idéntico al del conjunto de España.

En África nuestros vecinos marroquíes, aunque formaban un colectivo importante en Alcalá, apenas si alcanzaban la quinta parte del porcentaje -un 15%- que les convertía en el segundo colectivo extranjero por importancia, después de los rumanos, asentado en España. Justo lo contrario ocurría con otros tres países africanos, Nigeria, Guinea Ecuatorial y Guinea Bissau, mucho más numerosos porcentualmente en Alcalá que en el conjunto de nuestro país, mientras en los demás países de este continente los porcentajes eran inferiores a los nacionales.

De la población asiática hay que destacar que los chinos representaban en Alcalá casi el mismo porcentaje que a nivel nacional, alrededor de un 4%. En cuanto a los pakistaníes, llama la atención que, pese a ser un colectivo relativamente importante en España, con casi un uno y medio por ciento de la población extranjera total, su presencia en Alcalá no pasara de ser testimonial -como he comentado en los últimos años su número se ha incrementado notoriamente-, con un porcentaje ocho veces inferior al nacional, algo parecido a lo que ocurría con la India.

Para finalizar, deseo mostrar mi agradecimiento a la Oficina de Estadística del Ayuntamiento por la ayuda prestada.




Ver también: La evolución de la población de Alcalá entre 1900 y 2021


Publicado el 1-4-2014
Actualizado el 16-2-2023