La presencia de Cervantes en Tordesillas



En el año 2005, con ocasión del cuarto centenario de la publicación de la primera parte del Quijote, fueron varias las poblaciones que conmemoraron la efeméride erigiendo algún monumento o lápida en su recuerdo, tal como ocurrió en la propia Alcalá con las magníficas esculturas de Don Quijote y Sancho Panza que fueron instaladas junto a la fachada principal de la Casa de Cervantes.

Otra de estas iniciativas cervantinas tuvo lugar en la histórica villa castellana de Tordesillas, bañada por el Duero y poseedora de un rico patrimonio artístico en el que destaca el monasterio de Santa Clara, un antiguo palacio del rey Pedro I que fue convertido años más tarde en un monasterio de franciscanas clarisas de patronato real. También es conocida Tordesillas por haberse firmado en ella el Tratado de Tordesillas, que repartía las posesiones castellanas y portuguesas en el Nuevo Mundo, así como por haber sido, años más tarde, el lugar de reclusión de la reina Juana la Loca.

El homenaje de Tordesillas a Cervantes consiste en una lápida de bronce que fue colocada en la fachada lateral del Ayuntamiento que da a la calle de San Antolín, una de las cuatro que parten de la Plaza Mayor. Tal como reza una placa aneja no fue promovida por el Ayuntamiento, sino por la Diputación Provincial de Valladolid, y en ella figura el año 2005 sin que se especifique la fecha exacta. No obstante, gracias a la información publicada en internet por la propia Diputación Provincial pude saber que su descubrimiento tuvo lugar el día 5 de octubre de 2005, formando parte de un conjunto de actos oficiales con los que se conmemoró la relación de Cervantes y su obra con la provincia de Valladolid1, durante los cuales se descubrieron seis lápidas en la verja de la Casa de Cervantes de la capital provincial y una en cada una de estas localidades: Curiel de Duero, Medina del Campo, Tordesillas, Valdestillas y Alaejos, todas ellas citadas por Cervantes, aunque esta última hubo de ser pospuesta al haber sido robada la lápida.

La lápida de Tordesillas es obra del escultor Eduardo Cuadrado y reproduce una frase tomada de la segunda parte del Quijote, concretamente del capítulo LXII, donde se describe la estancia de Don Quijote y Sancho en Barcelona. Paseando por la ciudad dan con una imprenta y Don Quijote muestra deseos de visitarla, descubriendo que uno de los libros que se estaban corrigiendo es el Quijote apócrifo, cuya existencia el hidalgo afirma conocer.

Como es sabido, el anónimo autor del Quijote apócrifo -los estudiosos siguen sin ponerse de acuerdo acerca de su posible identidad- lo firmó bajo el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda, natural de Tordesillas, aunque un análisis filológico de su texto induce a creer que debió de tratarse de un aragonés. Y aunque la relación de Tordesillas con Cervantes y el verdadero Quijote no pasa de ser tangencial y no resulta ser además precisamente laudatoria -para Avellaneda, no para Tordesillas-, los promotores de la iniciativa aprovecharon esta mención meramente circunstancial a la villa castellana para reproducirla en la lápida, junto con la alegoría de un libro abierto sobre el que una pluma escribe letras que van cayendo y la firma de Cervantes:



LE RESPONDIERON
QUE SE LLAMABA LA
SEGUNDA PARTE DEL
INGENIOSO HIDALGO
DON QUIJOTE DE LA
MANCHA, COMPUESTA
POR UN TAL VECINO
DE TORDESILLAS


Obviando, eso sí, los acres comentarios que acto seguido pone Cervantes en boca de su personaje, en un claro ejercicio metaliterario:


Ya yo tengo noticia deste libro -dijo don Quijote-, y en verdad y en mi conciencia que pensé que ya estaba quemado y hecho polvos, por impertinente; pero su San Martín se le llegará, como a cada puerco, que las historias fingidas tanto tienen de buenas y de deleitables cuanto se llegan a la verdad o la semejanza della, y las verdaderas tanto son mejores cuanto son más verdaderas. Y, diciendo esto, con muestras de algún despecho, se salió de la emprenta.


Junto a la lápida, tal como he comentado, hay una pequeña placa aneja con el siguiente texto:



DIPUTACIÓN DE VALLADOLID
HOMENAJE A MIGUEL DE CERVANTES
2005


No acaban aquí las referencias a Cervantes en Tordesillas. En el escaparate de un estanco situado en la calle de Santa María, al otro lado de la Plaza Mayor, y conmemorando en esta ocasión el cuarto centenario de la muerte de Cervantes que se celebra este año de 2016, me encontré con un retrato suyo -aunque más bien me recordaba a El caballero de la mano en el pecho, del Greco- junto con la siguiente frase tomada del capítulo XLIII de la segunda parte del Quijote: Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado, ni guarda secreto ni cumple palabra.



Asimismo, en la página de la oficina de turismo se anunciaba, para el día 16 de julio de 2016, la inauguración de un mural cervantino en la céntrica calle Hospital de Mater Dei; pero esto fue posterior a mi visita, y por el momento no me ha sido posible encontrar ninguna fotografía suya.

Por último, existe también una calle dedicada a Miguel de Cervantes. Está situada en un barrio nuevo, a las afueras de la villa, y no presenta ninguna característica digna de mención.




1 Ver:
La presencia de Cervantes en Valladolid
La presencia de Cervantes en la provincia de Valladolid


Publicado el 18-7-2016