La presencia de Cervantes en Madrid
Las estatuas



En la recoleta plaza de las Cortes, frente a la fachada principal del Congreso de los Diputados, se alza la estatua más antigua de las dedicadas a Cervantes en Madrid y, me arriesgaría a afirmar, también una de las más antiguas de España, dado que data de 1835. Promovida y financiada por el comisario apostólico general de Cruzada Manuel Fernández Varela, su escultor fue Antonio Solá (Barcelona, 1787 - Roma, 1861), de cuyas manos salieron también las esculturas en bronce de los capitanes de artillería Daoíz y Velarde que se alzan en la madrileña plaza del Dos de Mayo. En este caso nos encontramos con una estatua en bronce de aproximadamente tamaño natural o no mucho mayor que éste, la cual presenta evidentes analogías estilísticas con las posteriores en algunas décadas de Alcalá y Valladolid.


Estatua de la plaza de las Cortes


La estatua se complementa con un pedestal labrado por Isidro González Velázquez y unos relieves en bronce de José Piquer.


Inscripciones delantera y trasera del pedestal


En la parte delantera y trasera del pedestal se leen sendas frases conmemorativas, en latín la delantera y en español la trasera, que rezan lo siguiente:


MICHÂELI DE CERVANTES
SAAVEDRA
HISPANIA ESCRIPTORUM
PRINCIPI.
ANNO
M.D.CCC.XXXV.

A MIGUEL DE CERVANTES
SAAVEDRA
PRÍNCIPE DE LOS INGENIOS
ESPAÑOLES.
AÑO
DE M.D.CCC.XXXV.


A su vez, en la parte izquierda y derecha del pedestal están representadas sendas escenas alusivas a diferentes episodios del Quijote, el de la jaula de los leones y don Quijote y Sancho cabalgando mientras una figura alegórica femenina los sobrevuela.


Relieves izquierdo y derecho del pedestal


En diciembre de 2009, durante las obras de remodelación de la plaza de las Cortes, se encontró bajo el pedestal una caja sellada conteniendo periódicos, documentos y diversos objetos de la época en la que fue inaugurada la estatua. Terminada esta remodelación en junio de 2010, la estatua fue desplazada, desde el lugar que ocupaba al fondo de la plaza, al centro de ésta, frente a la portada principal del Congreso de los Diputados.

Para encontrar la siguiente estatua de nuestro personaje tendremos que ir hasta la Biblioteca Nacional, en cuyo pórtico se encuentra junto con las de otros célebres escritores españoles. Se trata de una escultura de tamaño aproximadamente natural tallada por el escultor catalán Juan Vancell y Puigcercós (Guixes, Lérida, 1848 - post. 1906). Fue labrada en 1892, año en el que tuvo lugar de la inauguración del imponente edificio que comparten la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico Nacional coincidiendo con el cuarto centenario del descubrimiento de América.




Estatua de la fachada de la Biblioteca Nacional


No acaba aquí la presencia de Cervantes en la Biblioteca Nacional, aunque para encontrar las demás referencias iconográficas suyas será preciso buscarlas en el interior de la misma. Así, en el vestíbulo donde se encuentra el control de los visitantes existe un busto del escritor alcalaíno, y en la contigua sala de lectura uno de los relieves que adornan las paredes ostenta su nombre. Por último, la sala donde se custodian los ejemplares más valiosos de su colección, la de manuscritos, incunables y raros, está bautizada como Sala Cervantes.


Busto y relieve de la sala de lectura de la Biblioteca Nacional


Mucho menos conocida que las anteriores, pese a su innegable valía, es la estatua que le dedicó el prestigioso escultor Juan de Ávalos (Mérida, 1911 - Madrid, 2006). Aunque fue un encargo realizado en 1996 por la ciudad norteamericana de Boston, finalmente éste no se llegó a materializar, al parecer por motivos económicos. Cuando la Universidad Rey Juan Carlos, fundada ese mismo año, estableció en 1998 uno de sus campus en el antiguo cuartel de Artillería de Vicálvaro, la estatua, que previamente había estado expuesta de forma temporal en el patio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, fue instalada en un patio interior del nuevo recinto universitario.


Dos vistas de la escultura de Juan de Ávalos, en el campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos


El monumento, fundido en bronce, es de grandes dimensiones, ya que con el pedestal de granito rebasa los cuatro metros de altura. Representa a Cervantes de pie sosteniendo en la mano derecha un libro mientras el brazo izquierdo queda difuminado en alusión a su manquedad. La figura del autor del Quijote no aparece erguida sino levemente recostada, en una postura que recuerda a la escultura en bronce que Juan de Ávalos realizó en 1959 para la Academia Colombiana de la Lengua, de la que existe una réplica en piedra, tallada por el escultor en 1961, en la localidad toledana de Esquivias.


Esculturas de Bogotá (izquierda) y Madrid (derecha)


Pese a las evidentes similitudes entre ambas obras, en la escultura de Vicálvaro Ávalos incluyó una segunda figura de carácter simbólico, una columna con forma de brazo rematada por una mano -curiosamente la izquierda- que sostiene una pluma, semejando proteger todo el conjunto al escritor alcalaíno. En la parte delantera de la peana aparece la inscripción “MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA”, y en la trasera de la columna-brazo se vuelve a repetir el nombre junto con las fechas y lugares de su nacimiento y muerte:


MIGUEL DE CERVANTES
SAAVEDRA

1547
ALCALÁ DE HENARES
1616
MADRID


Por último, en el costado izquierdo de la columna aparecen las firmas del escultor, Juan de Ávalos, y del fundidor, Joaquín Fernández Yunta, radicado en la vecina localidad de Arganda del Rey.

La última, hasta donde yo sé, estatua madrileña de Cervantes es asimismo poco conocida. Este relativo anonimato se debe a la conjunción de dos factores, lo reciente de su erección -data de 1999- y su ubicación excéntrica, muy alejada de la zona de la ciudad en la que cabría haber esperado un monumento de estas características, ya que la estatua se alza en el distrito de San Blas muy cerca del estadio de la Peineta y de Canillejas. Concretamente, está situada al final de la avenida de Arcentales, en la glorieta formada por la intersección de ésta con la avenida de Ajalvir a Vicálvaro -o de Canillejas a Vicálvaro, los callejeros no se ponen muy de acuerdo- que baja desde la calle de Alcalá.




Estatua de la avenida de Arcentales. Vista general


Probablemente resultará inmediato preguntarse la razón por la que esta estatua fue colocada en un lugar tan alejado del centro de la ciudad, uno de tantos barrios modernos sin personalidad propia surgidos por todos los lados en estos últimos años. Aunque el pedestal cuenta con una inscripción en bronce, poco nos aclara su texto:


AYUNTAMIENTO DE MADRID
D. MIGUEL DE CERVANTES, PRINCIPE DE LAS LETRAS
EN HOMENAJE A LA LENGUA ESPAÑOLA
MAYO DE 1999


Ya que no explica las razones por las que fuera elegida su ubicación. No obstante, dada la vecindad de la junta de distrito de San Blas, situada en la misma avenida de Arcentales apenas a un centenar de metros de distancia, cabe sospechar que la iniciativa pudiera haber partido de la citada junta de distrito, y no del ayuntamiento madrileño como tal.




Estatua de la avenida de Arcentales. Detalle


Como puede comprobarse en la fotografía, se trata de una escultura en bronce, de tamaño natural y estilo realista, que representa a Cervantes sentado y enfrascado, pluma en mano, en la escritura del Quijote, quizá meditando sobre un pasaje del mismo, mientras sus personajes cobran vida surgiendo impetuosos del libro. Es obra del escultor Luis Sanguino, nacido en Barcelona en 1934 y autor de varias esculturas madrileñas más, curiosamente todas ellas de temática taurina, como son las dedicadas a Antonio Bienvenida, el Yiyo y Manolete, aunque sus obras han cruzado nuestras fronteras hasta recalar en lugares tan alejados como los Estados Unidos y México. La firma de Sanguino figura al pie de la peana de la estatua, justo encima del pedestal.


Publicado el 28-3-2007
Actualizado el 23-6-2015