Los grafitis cervantinos de Alcalá (II)
Grafitis particulares



El grafiti, catalogado habitualmente como arte urbano o arte callejero, es un medio de expresión artística que ha cogido auge en estos últimos años de manos de autores tan conocidos como el enigmático Banksy. Huelga decir que desde mi punto de vista nada tienen que ver estos pintores con los vándalos pintamonas que acostumbran a guarrear paredes, mobiliario urbano o vagones de tren con todo tipo de garabatos y manchurrones, por supuesto con el añadido de la clandestinidad, por mucho que los interfectos se tengan por tales y siga habiendo memos que los jaleen; aunque la verdad sea dicha, después de ver las obras de arte que se exhiben en los museos de arte contemporáneo, resulta difícil convencerlos de que lo suyo no es arte, sino puro y duro gamberrismo. Pero ésta es ya otra historia y extendernos en ella nos desviaría demasiado.

Este artículo está dedicado a los grafitis fruto de iniciativas particulares, quedando fuera tanto los de carácter institucional1 como los ejecutados por el muralista Rubén Bernao2, cuyo elevado número recomendó dedicarles un artículo propio.

En primer lugar nos encontramos con esta representación cervantina en la que se combinan un retrato de nuestro escritor con un paisaje jalonado de molinos de viento, curiosamente carente de los personajes del Quijote. El grafiti decora el cierre metálico de una peluquería de la calle Torrelaguna y, dado que según la firma fue pintado en 2007, nos encontramos frente a un caso singular de permanencia dentro de un arte tan efímero, aunque sí se notan en él las huellas del inevitable desgaste.




Grafiti de la calle Torrelaguna




Muy cerca de allí, en la calle Infantado, los cierres metálicos de un estanco reproducen, partida en dos por el muro que separa el escaparate de la puerta, la escena quijotesca por antonomasia, Don Quijote y Sancho cabalgando entre molinos de viento. Lamentablemente la reparación de varias lamas en la parte baja del cierre principal causó la desaparición parcial del dibujo y, quizá también, la fecha y la firma de su autor, con lo por no puedo aportar ningún dado al respecto.




Grafiti de la calle Infantado




Menos convencional es el grafiti que decora el cierre de una tienda de informática situada en la Vía Complutense, no muy lejos de su confluencia con la calle Luis de Medina. En él, nos encontramos con una silueta estilizada del Quijote a la que se le han añadido varios elementos tales como la máscara teatral que simboliza la dualidad de la comedia y la tragedia, o un escudo inspirado en el logotipo de una conocida multinacional informática. El resultado es original y curioso.




Grafiti de la Vía Complutense




Justo en el otro extremo de la ciudad, en el barrio de la Rinconada, nos encontramos con el grafiti que decora el cierre de la pastelería Dulcinea, en la calle de El Toboso. En él aparecen Don Quijote y Sancho Panza junto con varios molinos de viento, ambos representados en un estilo que recuerda a los dibujos infantiles. No está firmado, ni tampoco fechado.




Grafiti de la calle El Toboso




En el cercano paseo de los Curas, concretamente en el zaguán del portal del número 8, nos encontramos con esta original representación de Don Quijote y Sancho Panza pintada sobre la tapa metálica de un registro, lamentablemente anónima y sin fecha de ejecución.




Grafiti del paseo de los Curas




Cerca de allí, en el barrio de Reyes Católicos, nos encontramos con este retrato de Cervantes pintado en el cierre de la puerta trasera de la galería comercial León que da acceso al muelle de carga. Dado su grado de deterioro es de suponer que sea antiguo, y como curiosidad cabe reseñar que aparece rodeado por varios productos alimenticios.




Grafiti del la puerta trasera de la galería comercial León




Sin abandonar el barrio de Reyes Católicos podemos contemplar un gran grafiti que ocupa la totalidad de la pared trasera de un comercio. Se encuentra en la plaza de Rodrigo de Triana esquina a la calle Gardenia, y su divertido diseño es un claro tributo al cómic con Cervantes a un lado oyendo música en el teléfono móvil con unos auriculares, y al otro Sancho Panza en bicicleta con una guitarra eléctrica y Don Quijote con gafas de sol y un disco de vinilo por adarga. Al fondo, un paisaje que recuerda el episodio de los molinos y, entre molinos y gigantes, la entrada de la tienda.




Grafiti del colegio de la plaza de Rodrigo de Triana




Un perfil de la ciudad con las siluetas del entorno de la plaza de Cervantes, incluyendo la de la estatua de nuestro escritor, aparecía como fondo, acompañando a la imagen de san José de Calasanz y a las de varios alumnos, en uno de los grafitis -el único de temática alcalaína- que decoraban las puertas de entrada del colegio de los Escolapios, en la avenida de Lope de Figueroa. Tras una remodelación de la puerta, el grafiti desapareció.




Grafiti del colegio de los Escolapios




En el edificio situado en la confluencia de las calles de Santo Tomás de Aquino y Río Duero, en el barrio de Venecia, se encuentra ubicada la empresa Alcalá Digital, especializada en imprenta y reprografía. Sus dos ventanales, cada uno de los cuales da a una calle, tienen cierres decorados con motivos alcalaínos, lamentablemente anónimos. En el correspondiente a la fachada de Río Duero nos encontramos con una representación de la estatua del escritor del Quijote.




Grafiti de la calle Río Duero esquina con la de Santo Tomás de Aquino




El grafiti que adorna el cierre del local de la peña El Juglar, situado en uno de los locales de la galería comercial Boisán con fachada a la calle Fernán Falcón, reproduce una alegoría de las fiestas de Alcalá centrada en la plaza de Cervantes, por lo cual aparece representada su estatua en la panorámica general y una segunda vez, en esta ocasión, en primer plano, en la esquina superior derecha de la composición.




Grafiti de la galería comercial Boisán, calle de Fernán Falcón




En los cierres de un establecimiento situado en la esquina de las calles Gallegos y Cruz de Flores se encuentra este curioso doble grafiti en el que se repite la misma escena -las siluetas de Don Quijote y Sancho cabalgando- con la peculiaridad de que ambos están invertidos tal como si uno de ellos se reflejara en un espejo. Los grafitis están firmados por Monkeyb -un muralista profesional- y no están fechados, aunque a juzgar por las huellas de desgaste deben de ser ya algo antiguos.






Doble grafiti de las calles Gallegos (arriba) y Cruz de Flores (abajo)




Otro muralista profesional, Campu, es el autor del grafiti que decora una puerta de garaje de la calle Belvis de Jarama. Fechado en 2015, representa a las figuras ecuestres de Don Quijote y Sancho sobre el conocido perfil de la plaza de Cervantes incluyendo la estatua de su creador, lo que le confiere un especial simbolismo al vincular a nuestra ciudad con la obra literaria más universal.




Grafiti de la calle Belvis de Jarama




En la avenida de Guadalajara los dos cierres de un establecimiento dedicado a la venta de saneamientos y materiales de construcción hacen honor a su nombre de Los Manchegos con un doble grafiti, sobriamente pintado en blanco y negro, donde se aprecian las siluetas de Don Quijote y Sancho Panza, ambos sobre sus respectivas monturas, caminando hacia un molino de viento. Su autor -aunque la pintura de las letras está corrida y no se puede leer bien- firmó como Jabón en 2017.




Grafiti de la avenida de Guadalajara




Una agencia inmobiliaria radicada en la calle Gran Canal decoró la pared lateral de su local con un grafiti firmado por Leonart101, que lo pintó utilizando exclusivamente sus colores corporativos negro y verde. Aunque no está fechado su ejecución tuvo lugar, según el perfil de Instagram del autor, en julio de 2018.




Grafiti de la calle Gran Canal


El grafiti es panorámico, y en él la estatua de Cervantes, convertida en el motivo central de la composición, aparece flanqueada por varias vistas de la ciudad: a la izquierda el lado sur de la plaza de Cervantes, con el kiosco en primer plano y la Capilla del Oidor, la torre de Santa María y los torreones del Colegio de Málaga al fondo; a la derecha, la Puerta de Madrid y la casa mudéjar de la calle Mayor situada frente a la Casa de Cervantes.




Un año antes, en 2017, la misma agencia inmobiliaria había promovido una iniciativa similar en la pared del pasaje que comunica a la calle Noria con la de Torrelaguna, donde tenía abierta otra sucursal. Panorámico al igual que el anterior y también pintado en negro y verde, reproducía asimismo un collage de elementos alcalaínos en los que la estatua de Cervantes estaba flanqueada por la Catedral-Magistral y el Hotel Laredo, apreciándose al fondo un edificio de difícil identificación que no parecía pertenecer a Alcalá. El grafiti se complementaba con una silueta masculina parcialmente cortada en un plano muy cinematográfico, en cuyo brazo aparecía la firma del autor: Luis Camacaro.




Primer grafiti del pasaje de la calle Noria




El grafiti original no duró demasiado tiempo, ya que en la primavera de 2019 el local fue ocupado por una cafetería que encargó a Richy Loker su adaptación a la nueva imagen corporativa. Éste cambió los rótulos y las figuras alusivas a la antigua inmobiliaria por los correspondientes al nuevo comercio, pero en lugar de borrar el conjunto de los monumentos y la estatua de Cervantes optó por policromarlos respetando los dibujos originales, algo completamente inusual en Alcalá.




Segundo grafiti del pasaje de la calle Noria




Aunque tampoco están fechados, fueron pintados en marzo de 2018 los grafitis que decoran los cierres del gastrobar Xote, situado en el parque O’Donnell en la confluencia del paseo de los Pinos con la Vía Complutense, y heredero del recordado kiosco de Bartolo que durante tantos años estuvo allí. Están firmados por Grafiti Madrid, una empresa profesional, y de los cinco existentes dos de ellos pueden ser considerados de temática cervantina, mientras los tres restantes reproducen motivos complutenses por lo cual están recogidos en el artículo correspondiente.




Grafitis del kiosco del parque O’Donnell


El correspondiente a la fachada principal del kiosco reproduce las siluetas de Don Quijote y Sancho Panza cabalgando sobre sus respectivas monturas, sobre un fondo en el que se perfilan varios molinos de viento. El segundo decora una ventana que se abre en la fachada lateral y, de forma casi minimalista, recrea la famosa bacía de barbero que Don Quijote confundió con el mágico yelmo de Mambrino.




Firmado por ScAMEZ, este espectacular mural decoraba una pared interior del restaurante Maimónides, que se encontraba situado en el número 45 de la calle Mayor. Como puede comprobarse, representaba una vista panorámica de la calle Mayor, donde se encontraba este establecimiento, con un motivo central formado por el nombre del restaurante y la figura de este importante personaje judío de la España medieval. A ambos lados aparecían, a la izquierda, la estatua de Cervantes, y a la derecha, Don Quijote cabalgando sobre Rocinante. Lamentablemente el restaurante cerró en el verano de 2018 y el local fue reformado y remodelado por completo para dedicarlo a una actividad comercial distinta un año más tarde, por lo que se le ha de dar por desaparecido.




Grafiti de Maimónides




Muy cerca de allí, en el número 51 de la calle Mayor, nos encontramos con este simpático grafiti que representa una imagen infantil de Don Quijote y Sancho Panza con los soportales al fondo. Se encuentra en el interior de la tienda de recuerdos La Casa de Don Quijote y, más concretamente, en la galería por la que se entra a ella, con toda probabilidad un antiguo adarve medieval de los muchos por los que se accedía al interior de las viviendas cuando la calle era el núcleo del barrio judío. Complementa la decoración cervantina un lienzo, o lona, representando a Don Quijote.


Grafiti del número 51 de la calle Mayor




A principios de abril de 2019 descubrí esta lona publicitaria en el andamio de una fachada que estaba siendo reparada en la esquina de las calles Flores y Navarro y Ledesma. Aunque se trata de un elemento efímero, no dejó por ello de llamarme la atención por lo elaborado de su diseño, que mezcla elementos complutenses y cervantinos, siendo sus elementos centrales las inconfundibles siluetas de Don Quijote y Sancho Panza, jinetes ambos sobre sus respectivas cabalgaduras. A ellos se suma, de forma mucho más discreta, el perfil de la estatua de Cervantes, que aparece a la derecha enmarcada en el arco central de la Puerta de Madrid.




Lona publicitaria en la calle Flores


Posteriormente lo he visto reproducido también en otras obras realizadas por esta empresa, por lo que cabe suponer que se trate de su imagen corporativa.




De 2022 data el grafiti pintado por Luis Camacaro en la fachada lateral de una tienda de la calle de la Madre de Dios, concretamente la que linda con el pasaje peatonal que une a esta calle con la Vía Complutense. Se trata de un mural panorámico, dividido por el escaparate del establecimiento, que representa a un lado una vista de la estatua de Cervantes con la espadaña de San Ildefonso al fondo, y al otro a dos cigüeñas en su nido. Ambas partes están unidas, por encima y por debajo del escaparate, con un cielo surcado por nubes y las copas de los árboles de la plaza de Cervantes enlazadas con el paisaje florido que rodea el muro donde se asienta el nido de las cigüeñas.




Detalle del grafiti de la calle Madre de Dios


Aquí lo que nos interesa es la parte que representa a la estatua de Cervantes, ya que el conjunto del grafiti está reproducido y comentado en el artículo correspondiente. Como puede comprobarse, tanto la estatua y la espadaña están ejecutadas con una minuciosa técnica realista; es una lástima que el aparato de aire acondicionado lo estropee, pero cabe suponer que estuviera allí antes.

Al otro lado del pasaje, lindando con la Vía Complutense y también en la misma tienda, nos encontramos con otro grafiti que en esta ocasión reproduce un montaje de la fachada de la Universidad con las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza de la calle Mayor.




Segundo grafiti de la calle Madre de Dios


Su autor es también Luis Camacaro, pero al no estar fechado no puedo precisar el año de su ejecución, aunque sí que es posterior al otro, puesto que cuando tomé las fotografías de éste en abril de 2022 el nuevo todavía no estaba pintado.




Concluyo el artículo con dos magníficos grafitis ya desaparecidos y muy deteriorados, por culpa del vandalismo, cuando tomé las fotografías, en mayo de 2016, en la plaza de los Irlandeses. Estos dos murales, junto con otros dos ajenos a la temática cervantina, habían sido pintados por encargo de unos establecimientos hosteleros en los cuatro vanos tapiados de un local que hasta entonces había permanecido vacío. Tal como indicaba el cartel colocado en uno de ellos, poco después serían demolidos al adaptarse el local para sede de una academia. Pese a su lamentable estado de conservación, todavía se podía apreciar que ambos estaban dedicados al episodio de la Ínsula Barataria, en el que a servidumbre de los duques mató literalmente de hambre al pobre de Sancho Panza como parte de la burla en la que éstos fingieron nombrarle gobernador.






Sancho Panza en la Ínsula Barataria, en la plaza de los Irlandeses (desaparecidos)




1 Los grafitis cervantinos de Alcalá (I). Grafitis institucionales
2 Los grafitis cervantinos de Alcalá (III). Grafitis de Rubén Bernao

Publicado el 28-3-2016
Actualizado el 9-1-2024